Por: Andrea Aguilar Córdoba

Desde hace más de una semana 750 bolivianos, al menos 300 peruanos y más 200 colombianos acampan frente a las sedes diplomáticas de sus respectivos países para exigir que se les permita salir de Chile, en donde se han quedados varados y sin trabajo a causa de la emergencia sanitaria por la enfermedad COVID-19.

Aunque las autoridades chilenas han logrado habilitar albergues temporales para evitar que los inmigrantes sigan padeciendo las consecuencias del frío que antecede el invierno austral, aseguran que se trata de una situación de hacinamiento preocupante en la que ya se han registrado varios casos de contagio, e incluso la muerte de un ciudadano venezolano a causa del coronaravirus.

El ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Teodoro Ribera, afirmó que está en contacto con las cancillerías de otros países, a las que ha pedido que asistan a sus ciudadanos y les permitan el retorno a casa.

“Hay países que tienen normas mucho más severas, que no dejan ingresar a sus propios connacionales y eso nos complica y nos preocupa mucho. Las personas que están en Chile y quieren retornar lo están haciendo porque no tienen trabajo o porque quieren estar cerca de sus seres queridos en estos momentos de mayor incertidumbre”, aseguró Ribera.

La cuarentena obligada de bolivianos y peruanos

En las sedes diplomáticas de ambos países se han visto, durante semanas, las carpas de centenares de inmigrantes entre los que hay niños, mujeres embarazadas y adultos mayores. Todos tienen un único objetivo: poder salir de Chile.

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Sin embargo, las autoridades de Perú y Bolivia han señalado que antes de regresar deben pasar la cuarentena fuera de sus fronteras y luego de esto serán trasladados en buses a sus respectivos países.

Esteban Villarreal lleva cinco días frente al consulado de Bolivia y asegura que los primeros días fueron los peores, pero que gracias a la ayuda de ciudadanos y autoridades chilenas han podido sobrevivir. “No hemos podido retornar fácilmente, queremos volver lo más pronto posible porque tenemos la familia abandonada allá. Estamos decididos a hacer cuarentena, pero esperamos que nos den un albergue para no estar en la calle pasando frío”, señaló Villarreal a la Agencia Anadolu.

Esta semana su deseo se cumplió y la gran mayoría de personas que acampaba frente a la embajada fue trasladada a albergues temporales, priorizando mujeres y niños, según confirmó el intendente de la región metropolitana, Felipe Guevara.

“Proteger la vida e integridad de las personas es un asunto humanitario, que no distingue nacionalidad ni idioma. Ya reubicamos a más de mil personas en albergues, mientras resuelven su situación”, señaló Guevara.

Pero quienes siguen acampando frente a las sedes diplomáticas aseguran que seguirán exigiendo ayuda de sus gobiernos hasta que todos hayan recibido asistencia. Jean Carlos Guinocchio es uno de ellos. Llegó a Chile como cocinero, hace cuatro años, aprovechando el boom de los restaurantes peruanos, pero entre el estallido social y la pandemia cerraron los restaurantes en los que trabajaba y ahora actúa como vocero de los inmigrantes que quieren retornar al vecino país.

“Estamos en una situación crítica, no tenemos trabajo, estamos durmiendo en carpas en el frío. Le pedimos al presidente Vizcarra que por favor nos dé una mano para regresar a nuestro país para estar con nuestras familias”, señaló a la Agencia Anadolu.

Por su parte, el consulado peruano en Santiago les ha pedido a sus connacionales que se abstengan, temporalmente, de buscar viajar al Perú en un futuro vuelo humanitario y permanezcan en su país habitual de residencia hasta que termine la emergencia y haya una apertura normal de las fronteras.

Por su parte, el Gobierno de Jeanine Añez agradeció la hospitalidad de Chile frente al drama que viven sus ciudadanos y señaló que han podido ser repatriados cerca de 700 bolivianos desde Santiago en las últimas semanas, pero dejó claro que no podrán volver a su país hasta que no hayan pasado la cuarentena.

“Nadie puede ingresar a Bolivia si no cumple con los condicionamientos médicos establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que incluyen una cuarentena mínima de 14 días”, señala el comunicado del Consulado de Bolivia en Santiago.

El caso venezolano

Las cifras de los venezolanos que buscan un vuelo para retornar a su país cuadriplican las de países como Bolivia y llegan hasta los 4.000. Sin embargo, el Gobierno chileno ha señalado que para que eso suceda el ejecutivo de Nicolás Maduro debe abrir sus puertas.

Aunque la mayoría de ciudadanos venezolanos ya está en colegios habilitados como albergues temporales, luego de durar varias semanas a las puertas de su embajada la precaria situación sanitaria los ha convertido en un foco de contagio de COVID-19, que incluso causó la muerte de uno de ellos el pasado 2 de junio, quien falleció esperando los resultados de su test diagnóstico.

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La Coordinadora Nacional de Inmigrantes en Chile alertó por la falta de atención médica y de aislamiento preventivo de personas con síntomas, lo cual calificó como una situación lamentable producto de un actuar negligente de las autoridades locales.

“Cuando manifestaron síntomas se les tomó el exámen de PCR. Pese a ello no se les aisló para que hicieran cuarentena preventiva. Sobre el ciudadano venezolano que falleció, además de provocar un riesgo de contagio a las demás personas del albergue, no recibió la vigilancia necesaria”, señaló a la Agencia Anadolu Rodolfo Noriega, vocero de la coordinadora.

Aunque los campamentos de los migrantes venezolanos, bolivianos y peruanos han sido los más masivos, está situación también se ha registrado en la embajada de Colombia en las últimas semanas. Sin embargo, los gobiernos de Sabastián Piñera e Iván Duque acordaron que en en los próximos días partirá hacia el país cafetero un avión que traerá ciudadanos chilenos de vuelta y que permitirá el retorno de al menos 200 colombianos.