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El COVID-19 se ha convertido en una prueba existencial para la UE

El profesor de relaciones internacionales en la Universidad Bilgi de Estambul, Emre Gonen, no cree que la Unión Europea se valla a disolver una vez finalizada la catástrofe del coronavirus.

Gülsüm İncekaya  | 26.03.2020 - Actualızacıón : 27.03.2020
El COVID-19 se ha convertido en una prueba existencial para la UE (Dursun Aydemir - Agencia Anadolu).

ESTAMBUL

Expertos aseguran que la eurozona, la zona Schengen y el Mercado Común de la Unión Europea (UE) se enfrentan a una crisis seria, e incluso existencial, por la pandemia del nuevo tipo de coronavirus (COVID-19).

En declaraciones al corresponsal de la Agencia Anadolu, la profesora de relaciones internacionales en la Universidad Ege, Sinem Unaldilar Kocamaz, opina que el COVID-19 ha puesto en tela de juicio a la UE.

“La UE, como forma de integración que mantiene su existencia apoyándose en el principio de ‘solidaridad’ desde hace muchos años, ha sufrido daños serios. En su historia, la UE ha lidiado con numerosas crisis.

Recientemente la UE se enfrentó a crisis como la de la Constitución, la crisis económica de 2008, la crisis de los inmigrantes y el brexit, pero esta vez se trata de una amenaza seria. Se puede decir que la epidemia ha cogido a la UE desprevenida como al resto del mundo”, explica Kocamaz.

Según Kocamaz, el hecho de que Italia haya recibido el mayor apoyo de China en su lucha contra el COVID-19, supone un punto de inflexión para el futuro de la UE.

“Mientras la negativa de los países miembros de la UE a la solicitud de mascarillas por parte de Italia ha desvelado el fracaso de la UE a la hora de gestionar una crisis, el principio de solidaridad ha sufrido daños. Antes de la epidemia a menudo se discutía la creciente influencia de China en Europa del Este y los Balcanes, sus inversiones en Italia y la participación de esta en el proyecto ‘Un cinturón, una ruta’. Todo apunta a que después de la epidemia también se va a discutir el futuro de la UE y la competencia china”, comenta Kocamaz.

“No parece que el paquete de medidas (anunciado por la EU) baste para enmendar el pésimo rendimiento demostrado por la UE a la hora de gestionar la crisis y mostrar solidaridad, así como su imagen”, añade Kocamaz.

El profesor de relaciones internacionales en la Universidad Bilgi de Estambul, Emre Gonen, asegura que se demostrado que la UE no está preparada lo suficiente como para responder a los problemas que puede causar semejante pandemia.

“Los principales países de la UE carecen de una infraestructura que les permita realizar producciones masivas a corto plazo debido a razones como la deslocalización y disminución de la actividad industrial. Todos los equipos y aparatos médicos baratos se fabrican en China y países como Vietnam, Malasia y Tailandia. Fabricar una simple mascarilla no es problema para UE. Sin embargo, es más barato producirlas en el extranjero. Es por esto que en situaciones de emergencia su capacidad de producción es suficiente solo para cubrir sus necesidades, y en algunos caso ni eso”, afirma Gonen.

El profesor recuerda que después de cada crisis la UE ha conseguido una mayor integración reformado sus sistemas, señalando que no piensa que la UE se valla a disolver una vez finalizada la catástrofe del COVID-19. Por el contrario, Gonen apunta a una mayor cooperación entre los países miembros, especialmente en materia de sanidad e investigación más desarrollo (I+D).

“A pesar de la confusión, la UE ha conseguido dar luz verde a las negociaciones con Albania y Macedonia para su admisión. Es una señal importante. Esta crisis no se parece a nada vivido anteriormente. Tanto la UE como los demás países del mundo han visto que a veces las naciones pueden ser débiles. Cada vez más necesitamos de más cooperación internacional”, comenta Gonen.

Por su parte, el profesor de ciencias políticas y relaciones internacionales en la Universidad Baskent, Sezgin Mercan, dice que el virus está poniendo a prueba la integración de Europa.

Mercan indica que el perfil débil que hasta el momento ha mostrado la UE en su lucha contra la epidemia se debe a que las decisiones sobre medidas sanitarias se adoptan e implementan por los gobiernos de cada país individualmente.

“La ola de crisis económica que se está formando y se formará no es un asunto que puedan asumir los países miembros. Las discrepancias nacionales debilitan el potencial de la UE de gestionar las crisis y las áreas comunes. La UE está experimentando dificultades a la hora de gestionar esta crisis sanitaria de la misma manera que tiene dificultades a la hora de desarrollar una reacción conjunta frente a las crisis políticas, económicas y militares. El Mecanismo Europeo de Estabilidad tendrá mucho trabajo que hacer ante la recesión económica que se espera. En este sentido la postura de Alemania será decisiva”, concluye Mercan.

China, Italia, Estados Unidos, España, Alemania, Irán, Francia y Suiza siguen siendo los países más afectados por la pandemia.

La enfermedad del COVID-19 es una afección respiratoria que se puede propagar de persona a persona. El COVID-19 se identificó por primera vez en un brote en Wuhan, China, en diciembre del año pasado, y se ha extendido a cerca de 178 países y territorios.

La Organización Mundial de la Salud declaró el brote como una pandemia global el pasado miércoles 11 de marzo.

De más de 511.000 casos que han sido confirmados, más de 120.000 se han recuperado, mientras que las muertes superan las 22.000, según los datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos.

A pesar del creciente número de casos, la mayoría de las personas infectadas sufre solo síntomas leves y se recupera.

*Traducido por Daniel Gallego.

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