El boicot individual que comenzó en todo el mundo después de los ataques de Israel a Gaza se está volviendo masivo
La portavoz de la Iniciativa Palestina, Tülay Gökçimen, afirma que la gente en todo el mundo reaccionó individualmente no comprando productos israelíes en respuesta al “genocidio y masacre” cometido por Israel en Gaza.

ESTAMBUL
La portavoz de la Iniciativa Palestina, Tülay Gökçimen, dice que la campaña de boicot a los productos israelíes que comenzó individualmente en todo el mundo después de los ataques de Israel contra Gaza lanzados el 7 de octubre de 2023, se ha vuelto masiva.
En una entrevista con la Agnecia Anadolu (AA) Gökçimen afirma que la gente en todo el mundo reaccionó individualmente no comprando productos israelíes en respuesta al “genocidio y masacre” cometido por Israel en Gaza.
“Antes de las masacres en Gaza, los 75 años de opresión de Israel en Palestina no podían explicarse completamente, pero ahora todos quieren hacer algo tanto como puedan. Gaza generó conciencia entre la gente contra la ocupación israelí. Las reacciones individuales evolucionaron hasta convertirse en un movimiento de masas con el tiempo”.
Gökçimen afirma que el boicot puede utilizarse como un arma eficaz para detener los ataques de Israel contra Gaza y señala que la reacción contra Israel comenzó con el cambio de los hábitos de consumo.
La activista recalca que no sólo los musulmanes reaccionaron a los ataques a Gaza, sino que también personas de otras religiones en muchos países alrededor del mundo comenzaron a boicotear los productos israelíes y explica que “hicieron al mundo entero palestino. Todos los días se realizan manifestaciones frente a cadenas de alimentos y bebidas que apoyan a Israel en diferentes países y se genera conciencia pública”.
Gökçimen recuerda que Israel es un país sin recursos naturales y que los materiales para las bombas utilizadas en Gaza provienen de otros países.
“Todas las bombas y armas con las que Israel ataca a nuestros hermanos en realidad se producen con dinero del comercio en otros países. La gente no puede detener a quienes fabrican las bombas, pero no compran productos israelíes para no ganar dinero en este sistema financiero. Si yo no lo compro y ustedes no lo compran, este sistema financiero cambiará e Israel se sentirá acorralado en algún momento y dará un paso atrás”.
Gökçimen indica que las empresas que apoyan a Israel sufrieron pérdidas comerciales y recalca que las empresas boicoteadas no transmitieron con precisión la disminución de sus volúmenes comerciales a finales de año y no lo harán en el futuro.
La activista también recuerda que los gerentes de algunas marcas que proporcionaron ayuda financiera a las fuerzas israelíes tuvieron que declarar que no apoyaban a Israel debido al boicot y dice que “algunas empresas que apoyan abiertamente a Israel compartieron publicaciones del tipo de ‘no somos malas personas, por favor abandonen el boicot’. Incluso las cadenas de comida rápida que alimentan directamente a las fuerzas israelíes se ven ahora obligadas a ocultar la ayuda que proporcionan. Incluso se habla de que se venderá una cadena de bebidas”.
Gökçimen menciona que algunas organizaciones de medios internacionales y economistas han informado que los márgenes de ganancias de las marcas que apoyan a Israel han disminuido.
“Podemos entender que el volumen comercial de las marcas israelíes haya disminuido por el hecho de que se anuncian más que nunca en los principales medios de comunicación y tratan de vender sus productos a la mitad de precio. En las series de televisión o programas femeninos más vistos, vemos anuncios de productos que apoyan a Israel que nunca antes habíamos visto. Marcas que antes estaban en todos los hogares y que ni siquiera necesitaban publicidad, se anuncian constantemente por todas partes. Vemos anuncios de los productos que boicoteamos por las calles de Estambul”.
Gökçimen afirma que los hábitos de los consumidores comenzaron a cambiar con el movimiento de boicot y dice que después del boicot, los productos turcos se hicieron populares en el país y en el extranjero y son vistos como una alternativa a los productos israelíes.
La activista dice que se cree que un boicot individual no será suficiente para detener los ataques de Israel contra Gaza, pero aclara que, “de hecho, creo que otro propósito del boicot es proteger el respeto a uno mismo. Estar del lado de los oprimidos y no del lado de Israel, que mata a bebés y niños, también forma parte del boicot”.
Tras subrayar que el consumidor no debe subestimar su propio poder, Gökçimen afirma que los boicots llevados a cabo conjuntamente han tenido éxito en muchos lugares y que hay ejemplos de esto en la historia mundial.
Gökçimen comparte la opinión de que Israel debería ser despojado de su poder económico para poner fin a la ocupación, no sólo en Gaza sino también en todas las tierras palestinas.
“Las personas concienzudas no pueden darse el lujo de decir ‘el boicot no funciona’. Hoy, Israel dirige una gran economía para poder matar niños. Compra bombas a Estados Unidos, Inglaterra y otros países”.
En este sentido, Gökçimen señala que no hay necesidad de grandes sacrificios para el boicot:
“Hay miles de bebés en Gaza a quienes se les expidieron certificados de defunción sin que se les haya expedido un certificado de nacimiento. Mataron, masacraron y despedazaron a los niños cuyas madres y padres no podían soportar cuidar de ellos. Esta cuestión hace tiempo que dejó de ser una cuestión de religión, lengua o raza. Como puedes ver, el mundo está cambiando. Precisamente ayer, los judíos en Estados Unidos realizaron una sentada de protesta frente a la Casa Blanca. Si no comemos ni bebemos productos israelíes, no moriremos, pero si continuamos brindándoles apoyo financiero, Israel continuará con sus masacres en Gaza o en otras partes de Palestina. Lo peor que podemos hacer es acostumbrarnos a estas masacres”.
*Traducido por Daniel Gallego.
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