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Ejército de Zimbabue toma el control de Harare y niega golpe de Estado

Las fuerzas armadas dicen que el presidente y su familia están seguros y que prometen retirarse después de atacar a los delincuentes que están al lado del mandatario.

Jeffrey Moyo  | 15.11.2017 - Actualızacıón : 17.11.2017
Ejército de Zimbabue toma el control de Harare y niega golpe de Estado Soldados del Ejército de Zimbabue bloquean el acceso a edificios gubernamentales de la capital, Harare. El ejército de Zimbabwe negó el miércoles las noticias de un golpe militar en el país (Tafadzwa Ufumeli - Agencia Anadolu)

HARARE, Zimbabue

El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, y su familia han sido detenidos luego de una intervención militar en la capital Harare, mientras un portavoz del Ejército y el partido gobernante insistieron, el miércoles, que "no fue un golpe".

Los oficiales militares aparecieron en televisión la madrugada del miércoles para hacer una declaración diciendo que estaban "atacando a delincuentes" alrededor del presidente Robert Mugabe.

Más tarde el miércoles, el portavoz de la Unión Nacional Africana de Zimbabue - Frente Patriótico (Zanu-PF) realizó una serie de anuncios en Twitter confirmando a Emmerson Mnangagwa, quien fue despedido como vicepresidente la semana pasada, como líder interino del partido y presidente de facto.

"Anoche, la familia presidencial fue detenida y está a salvo, tanto por la constitución como por la cordura de la nación, esto era necesario", trinó el Zanu-PF. "Ni Zimbabue ni el Zanu son propiedad de Mugabe y su esposa. Hoy comienza una nueva era y el camarada Mnangagwa nos ayudará a lograr un mejor Zimbabue".

La declaración de Twitter insistió en que la movida militar no fue un golpe de Estado.

"Zimbabue no ha tenido un golpe. Hubo una decisión para intervenir porque nuestra constitución había sido socavada y camarada E. Mnangagwa será presidente interino del Zanu-PF según la constitución de nuestra organización revolucionaria".

Horas antes, los soldados tomaron el control de la Zimbabwe Broadcasting Corporation en la capital, Harare.

El portavoz del Ejército, mayor general Sibusiso Moyo, dijo que los militares no se estaban tomando el poder y les dijo a los televidentes que el presidente y su familia estaban a salvo y que su seguridad estaba "garantizada".

"Tan pronto como hayamos cumplido nuestra misión, esperamos que la situación vuelva a la normalidad", dijo Moyo y agregó: "Deseamos dejar muy claro que esto no es una toma de control militar del Gobierno".

Refiriéndose a Mugabe, que ha ocupado el poder desde 1980, dijo: "Solo estamos apuntando a delincuentes a su alrededor que están cometiendo crímenes que están causando sufrimiento social y económico en el país, con el fin de llevarlos ante la justicia".

El martes por la noche, rumores de un golpe de Estado o una exhibición militar de fuerza circularon mientras tanques y vehículos blindados se dirigían hacia Harare.

Además de la estación de televisión, los militares también sellaron las oficinas presidenciales con tanques.

Sucesión

En una declaración escrita, Moyo les dijo a los soldados que todos los permisos de trabajo fueron cancelados y les ordenó regresar a sus cuarteles.

También instó al público a mantener la calma y a limitar los movimientos innecesarios, pero para continuar la vida normal tanto como sea posible.

"Nuestro deseo es que disfrute de sus derechos y libertades y que a nuestro país regrese un orden que permita la inversión, el desarrollo y la prosperidad por la que todos luchamos y por la cual muchos de nuestros ciudadanos pagaron el sacrificio supremo", dijo.

La intervención militar se produjo después de un período de disturbios dentro del partido gobernante Zanu-PF. La semana pasada, el vicepresidente Emmerson Mnangagwa fue despedido en medio de una disputa sobre quién sucedería al presidente de 93 años.

Mnangagwa había sido visto previamente como el sucesor de Mugabe, pero fue reemplazado por la esposa del presidente, Grace Mugabe, lo que resultó en una división en el Zanu-PF.

La destitución del vicepresidente condujo el lunes al jefe del Ejército, general Constantino Chiwenga, a advertir que los militares estaban preparados para intervenir y poner fin a las purgas dentro del partido.

Chiwenga dijo tener como objetivo a los "miembros del partido con antecedentes de liberación", una referencia a la lucha de Zimbabue contra el gobierno de minoría blanca en los años setenta. Mnangagwa es un veterano de la guerra de liberación.

Esto llevó al partido a acusar a Chiwenga de "conducta traidora".

Mientras tanto, el presidente sudafricano Jacob Zuma se convirtió en el primer líder africano en reaccionar ante la intervención militar en Zimbabue.

Zuma llamó a la calma y la moderación, y agregó que esperaba que los acontecimientos allí no conduzcan a cambios inconstitucionales de gobierno, una medida que sería inaceptable para la Unión Africana.

En nombre de la Comunidad de Desarrollo del África Meridional (SADC), un bloque regional de 15 países, Zuma dijo: "La SADC seguirá vigilando de cerca la situación y sigue dispuesta a ayudar donde sea necesario para resolver el estancamiento político, de acuerdo con los protocolos y procesos establecidos".

También instó al gobierno de Zimbabue y su Ejército a resolver el impasse político de manera amistosa.

*Hassan Isilow contribuyó a esta historia desde Johannesburgo, Sudáfrica.

*María Paula Triviño contribuyó con la redacción de esta nota.

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