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EEUU, antes y después del asalto al Capitolio nacional

Funcionarios federales afirman que, tras los incidentes en la sede del Congreso, los simpatizantes del saliente presidente Donald Trump se encuentran ansiosos y con más energía para repetir el mismo tipo de violencia en diferentes partes del país.

Andy Roesgen  | 16.01.2021 - Actualızacıón : 18.01.2021
EEUU, antes y después del asalto al Capitolio nacional Los partidarios del presidente estadounidense Donald Trump se reúnen frente al edificio del Capitolio en Washington DC, Estados Unidos, el 6 de enero, 2021. ( Tayfun Coşkun - Agencia Anadolu )

Washington DC

Para los partidarios del presidente Donald Trump lo que sucedió la semana pasada en el Capitolio de Estados Unidos en Washington D.C. no fue una insurrección "fallida" fue un rotundo éxito.

Spencer y Denise, una pareja de mediana edad de Panama City Beach, Florida, que apoya a Trump, se alejaron del Capitolio mientras los disturbios estallaban en los pasillos del edificio federal, impresionados por lo que vieron.

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"Pensé que era increíble", dijeron al unísono. "Lo disfrutamos. Nos robaron (las elecciones)", dijo Denise, "así que estamos luchando para recuperarlas".

"Que (el motín) fue menor a todo lo que condujo a esto", agregó Spencer, al utilizar un refrán común entre los partidarios de Trump de que los disturbios del verano de 2020 originados por la brutalidad policial contra los afroamericanos fueron mucho peores.

Más de un centenar de manifestantes acusados por lo sucedido en el Capitolio (y contando) en todo el país han sido perseguidos por agentes del FBI; exhibidos en fotografías policiales como "delincuentes" en los juzgados, muchos fueron despedidos de sus trabajos o fueron rechazados por la sociedad educada y condenados por políticos de ambos partidos (Republicano - Demócrata).

Pero los funcionarios federales, encargados de hacer cumplir la ley, dicen que, lejos de sentirse humildes y desanimados, el 'trumpismo', de tendencia violenta, se está energizando y está ansioso por más.

"Estamos viendo una gran cantidad de conversaciones preocupantes en Internet. Estamos observando a personas que pueden tener la intención de repetir el mismo tipo de violencia que vimos la semana pasada, tanto a nivel nacional como local", manifestó el jueves el director del FBI, Christopher A. Wray.

Pero Wray reconoció que era difícil distinguir cuáles conversaciones en Internet eran de tipo "aspiracional" y cuáles de tipo "intencional". "Nuestra postura es agresiva y se mantendrá así durante la investidura (de Biden)".

El FBI anunció esta semana que las 50 capitales estatales están bajo amenaza de protestas armadas.

Un grupo de 'vigilantes' armados en Michigan aseguró que se manifestará frente a la capital del estado en Lansing el domingo.

De hecho, las capitales de Michigan y la vecina Wisconsin podrían ser las más vulnerables a las protestas armadas. En el capitolio de Wisconsin, en Madison, las ventanas del primer piso fueron tapiadas.

Ambos estados son gobernados por demócratas. En 2016 Trump venció por un estrecho margen en ambos, pero los perdió en las elecciones de 2020. El equipo de campaña de Trump ha presentado múltiples demandas (sin éxito) en ambos estados para anular los resultados de las elecciones.

EEUU: Partidarios de Trump asaltan el edificio del Capitolio en Washington D.C

Luego de un mitin masivo en el que participó Trump frente a la Casa Blanca, cientos de manifestantes marcharon hacia el Capitolio para denunciar lo que consideran un fraude electoral del que no hay pruebas. Después de enfrentarse a la policía en los accesos, algunos lograron ingresar al recinto, lo que llevó a suspender las sesiones de los legisladores y bloquear las puertas de ingreso a los salones del Senado y la Cámara de Representantes. 

Así mismo, los capitolios estatales de ambos recibieron la inesperada visita de manifestantes fuertemente armados durante la primavera de 2020. En el capitolio de Michigan, los manifestantes, que portaban armas de asalto, entraron gritando al edificio federal para protestar contra el confinamiento impuesto para contener el coronavirus; un hecho que ha sido considerado como el precursor de la insurrección en Washington D.C.

Y el otoño pasado, más de una docena de miembros de la milicia en Michigan fueron arrestados, acusados de conspirar para secuestrar al gobernador del estado y posiblemente asaltar el capitolio.

Un miedo latente

Lo que normalmente ha sido una celebración de la democracia - la toma de posesión de un nuevo presidente - se ha convertido en un miedo mordaz ante la posibilidad de brotes de violencia en Washington D.C. Todos, desde la alcaldesa de la ciudad hasta el jefe del FBI, han instado a los estadounidenses comunes a quedarse en casa el 20 de enero.

El Capitolio de Estados Unidos, donde se llevará a cabo la toma de posesión de Joe Biden el miércoles, fue rodeado por capas masivas de seguridad y miembros armados de la Guardia Nacional con el objetivo de evitar manifestaciones similares a las del pasado 6 de enero.

Al comienzo de la semana, alrededor de 15.000 soldados de la Guardia Nacional estaban de servicio y durmiendo en los pasillos del Capitolio; al final de la semana, ese número había aumentado a 21.000.

Cercas de alambre de púas rodean el Capitolio; y más lejos, un círculo de guardias nacionales; y más lejos, un anillo de barreras de hormigón; y más lejos, un anillo de más cercas.

Las estaciones de tren cercanas al Capitolio fueron cerradas; una medida que derrumbó el sueño del presidente electo Biden, quien esperaba tomar un tren (su método favorito de viaje) desde su casa en Delaware hasta el Capitolio para la toma de posesión.

El Servicio Secreto, la agencia líder de la nación en la protección de la ceremonia de posesión, ha llamado a esto una "misión de cero fallos", confiando en que las cosas marcharán sin problemas. Pero múltiples fuentes dentro del Servicio Secreto han dicho a las agencias de noticias que están muy preocupadas.

Y aunque muchos han sugerido que la ceremonia de investidura debería trasladarse al interior, el equipo de Biden ha sido inflexible, hasta ahora, en realizar la ceremonia al aire libre, como es habitual. Han reiterado su intención de no dejarse intimidar por la 'turba' de la semana pasada.

"Los estadounidenses puede que no vean la mano del FBI en todo lo que hacemos, pero deben estar seguros de que hay una gran cantidad de trabajo en todo el país, entre bastidores", advirtió Wray a los posibles manifestantes.

"Solo desde el 6 de enero, ya hemos identificado a más de 200 sospechosos. Sabemos quiénes son y los agentes del FBI vienen a buscarlos", destacó el director del FBI.

Pero los partidarios acérrimos de Trump siguen firmes. "Estados Unidos nunca volverá a ser el mismo", aseguró Denise.

¿Y qué pasa después? "Guerra civil", auguró.

*Juan Felipe Vélez Rojas contribuyó con la redacción de esta nota.

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