Ecuador probó protocolos de bioseguridad durante un simulacro de las elecciones del 7 de febrero

Este domingo el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador realizó un simulacro para garantizar que las elecciones del próximo 7 de febrero se lleven a cabo con total normalidad y transparencia.

Además de probar los sistemas de escrutinios, gestión y publicación de actas y resultados, de seguimiento móvil y el informático de conteo rápido, la CNE ensayó los protocolos de bioseguridad que se deben realizar durante la jornada de votación para escoger a presidente y parlamentarios.

Entre los protocolos de bioseguridad, que fueron previamente aprobados por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE), se encuentra que se ubiquen funcionarios en todos los puntos de votación para guiar a los electores y proporcionarles alcohol o antibacterial.

Además, nadie podrá permanecer en los recintos luego de votar, por lo que se recomienda que los sufragantes eviten ir acompañados a menos que sea necesaria la compañía, como es el caso de algunas personas en situación de discapacidad o de la tercera edad.

Ese 7 de febrero la CNE utilizará drones en diferentes puntos del país para divisar de manera ágil los lugares en los que se podrían estar llevando a cabo aglomeraciones de personas. De igual manera, la jornada estará marcada por las alertas de voz que enviarán las autoridades electorales en los puntos de votación para recordarles a los electores cómo evitar el contagio de coronavirus.

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Al revisar todos estos protocolos, la presidenta del CNE, Diana Atamaint, explicó a los medios de su país que no hay motivos para postergar las elecciones, ​​​​​​​a pesar de que Ecuador registró en la última semana un promedio de contagios por coronavirus diario de 1.401 personas, ya que se cuentan con todos los procesos y protocolos necesarios para que la jornada sea exitosa.

Por su parte, el ministro de Salud Pública, Juan Carlos Zevallos, garantizó que “todo el personal médico de las 24 provincias del país va a estar vacunado. (No hay) ni la más mínima posibilidad de algo chueco”, dijo a los medios de comunicación.

La declaración se da luego de que dos personas del personal administrativo del Hospital Carlos Andrade Marín, de Quito, se hicieran vacunar sin estar en la lista priorizada de personal sanitario que debía recibir de manera prioritaria la vacuna. Luego del escándalo, se solicitó la desvinculación laboral de ambos funcionarios.