Dos años de genocidio: ¿cómo Israel ha provocado de manera intencional una hambruna en Gaza?
Las muertes palestinas relacionadas con el hambre y la hambruna en Gaza alcanzan al menos 460, incluidos más de 150 niños, mientras una investigación de la ONU concluyó que Israel comete un genocidio en el enclave.

GINEBRA
Israel ha provocado una hambruna en Gaza mediante una política de hambre, afirmaron expertos y organizaciones de derechos humanos, y señalaron que cada decisión adoptada estrechó el cerco sobre los alimentos hasta que el hambre se volvió inevitable.
La ONU declaró oficialmente la hambruna en Gaza a finales de agosto y confirmó lo que otros organismos de control y expertos venían advirtiendo desde meses antes. Un mes después, una comisión independiente de investigación internacional de la ONU concluyó que Israel ha cometido genocidio en Gaza.
A partir de entonces, figuras humanitarias de alto nivel, como el jefe de ayuda de la ONU, Tom Fletcher, realizaron llamados urgentes para poner fin a la “obstrucción sistemática” de insumos y asistencia, algo que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su Gobierno se niegan a reconocer.
Para Ramy Abdu, presidente del observatorio Euro-Med de Derechos Humanos, con sede en Ginebra, esta política de bloqueo de elementos esenciales para la supervivencia demuestra la intención de Israel de provocar hambre en Gaza y causar más muertes palestinas.
“La hambruna de Gaza difiere de otras porque no es resultado de desastres naturales o de un colapso económico”, dijo Abdu a la Agencia Anadolu.
“Es una política que usa los alimentos y el agua como armas de guerra y herramientas de genocidio", agregó.
Destacó que los funcionarios israelíes han expresado abiertamente esa intención desde el inicio de la guerra.
“Según el derecho internacional humanitario, el uso del hambre como arma contra civiles constituye un crimen de guerra, y en Gaza este delito ocurre de manera explícita y a la vista de todos”, indicó.
“Fragilidad fabricada” convertida en “arma de aniquilación lenta”
Israel ha devastado la seguridad alimentaria de Gaza desde mucho antes de octubre de 2023.
Impuso un bloqueo en 2006 que le otorgó control sobre todos los pasos fronterizos y, en ocasiones, incluso calculó las calorías diarias permitidas por persona palestina.
Para 2023, cuatro de cada cinco palestinos en Gaza dependían de la ayuda, el desempleo juvenil rondaba el 67% y las enfermedades vinculadas a la desnutrición, como la anemia, eran generalizadas, explicó Abdu.
“Esa fragilidad fabricada dejó a la sociedad sin capacidad para resistir interrupciones en la ayuda”, señaló.
“Cuando Israel cerró los cruces, no existían alternativas locales ni capacidad de producción. Al mismo tiempo, bombardeó y arrasó tierras agrícolas, al destruir la canasta alimentaria de Gaza", agregó.
El punto de inflexión llegó el 9 de octubre de 2023, cuando Israel declaró un “asedio total” sobre Gaza, al cortar el suministro de alimentos, agua, combustible y electricidad. Las importaciones se detuvieron de inmediato, los convoyes de ayuda quedaron bloqueados en la frontera y la escasez se agravó.
Sin combustible, las panaderías cerraron, las bombas de agua dejaron de funcionar y los camiones no pudieron moverse. Los alimentos no pudieron hornearse, almacenarse ni entregarse. El agua potable desapareció, lo que agravó el hambre y propagó enfermedades.
Abdu también mencionó la destrucción de tierras de cultivo y las prohibiciones de pesca como parte de un patrón más amplio de eliminación de fuentes de alimento en Gaza.
“La ocupación transformó la vulnerabilidad que había creado durante años en un arma de aniquilación lenta”, destacó.
Desplazamientos forzados agravan el hambre
Las órdenes de evacuación israelíes y los bombardeos incesantes obligaron a desplazamientos masivos, saturando los refugios y agotando los suministros.
Se estima que unos 2 millones de palestinos permanecen desplazados en toda la franja devastada.
“La huida repentina dejó a muchas personas sin nada”, explicó Abdu.
Los niños y las mujeres embarazadas fueron los más afectados. El hambre, combinada con las enfermedades y la falta de agua potable, generó lo que Abdu describió como “una crisis total de alimentación, salud y vivienda”.
A comienzos de 2024, Israel intensificó su ofensiva contra la principal red humanitaria de Gaza, la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).
Las suspensiones de donaciones paralizaron la agencia; sus almacenes fueron bombardeados, los convoyes bloqueados y se registraron saqueos.
Israel prohibió de facto la entrada de ayuda al norte de Gaza desde principios de 2024 y reforzó el bloqueo tras la ofensiva de octubre. En mayo de 2024, el cierre del cruce de Rafah selló la última salida del enclave.
Un año después, en mayo de 2025, Israel, con apoyo de EEUU, creó la llamada Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) para supervisar la asistencia.
En lugar de restablecer el acceso, la ONU y las principales ONG la denunciaron por militarizar la ayuda, describiendo las “zonas de asistencia” como “trampas mortales”. Desde entonces, más de 1.760 palestinos han muerto mientras intentaban obtener alimentos, alrededor de 1.000 de ellos cerca de los sitios de la GHF, según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.
“Si se trazan las acciones y declaraciones de Israel, el bloqueo prolongado, el cierre de cruces, la obstrucción de convoyes, la destrucción de almacenes, los ataques a tierras agrícolas, las prohibiciones de pesca, el debilitamiento de la UNRWA, los saqueos de ayuda, los ataques a civiles que buscan alimentos, los bombardeos contra policías y escoltas de seguridad, las órdenes de evacuación ilegales, y la creación de la llamada Fundación Humanitaria de Gaza, se observa un patrón claro”, explicó Abdu.
“No es caos, sino una política de hambre cuidadosamente diseñada", agregó.
Ver también: Dos años de genocidio: la multimillonaria ganancia de la guerra en Gaza para las compañías armamentísticas
Hambruna declarada, pero sin respuesta efectiva
El 22 de agosto, la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC) declaró formalmente la hambruna en partes de Gaza, al cumplirse los tres umbrales críticos: privación extrema de alimentos, desnutrición aguda y muertes relacionadas con el hambre.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, las muertes palestinas vinculadas al hambre y la hambruna ascienden al menos a 460, incluidos más de 150 niños.
La crisis dejó a uno de cada cinco niños desnutrido en Ciudad de Gaza, con un aumento diario de casos.
“Incluso después de la declaración oficial de hambruna, no se adoptaron medidas efectivas. La comunidad internacional ha fallado al no presionar a Israel, que continúa ignorando las resoluciones de la ONU con el respaldo de EEUU y Europa”, sostuvo Abdu.
Agregó que el reconocimiento de la hambruna solo tiene valor al reforzar el consenso legal y moral, y al preparar el terreno para la rendición de cuentas ante la Corte Penal Internacional (CPI) o la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
“De acuerdo con el derecho internacional humanitario, provocar hambre de forma deliberada constituye un crimen de guerra. Con pruebas crecientes de intención y resultado, estos actos cumplen con el umbral de genocidio”, añadió.
“Poco se ha hecho”
En septiembre, la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU sobre el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Este, e Israel concluyó que Tel Aviv ha cometido genocidio en Gaza.
Tras dos años de investigación, la comisión afirmó que las autoridades y fuerzas de seguridad israelíes cometieron cuatro de los cinco actos genocidas definidos en la Convención sobre el Genocidio de 1948: asesinatos masivos, daño físico o mental grave, imposición de condiciones de vida destinadas a destruir a la población palestina y prevención de nacimientos.
La comisión concluyó que “el Estado de Israel es responsable de no haber prevenido el genocidio, de haberlo cometido y de no haber castigado a sus perpetradores contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza.”
“Israel debe poner fin a su política de hambre, levantar el asedio y garantizar el acceso sin obstáculos de la ayuda humanitaria a gran escala, así como la entrada libre de todo el personal de la ONU, incluida la UNRWA y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, además de todas las agencias humanitarias reconocidas que distribuyen y coordinan la asistencia”, señaló el comunicado del 16 de septiembre.
Abdu subrayó que esta declaración tiene un gran valor simbólico, pero requiere voluntad para aplicarse.
“Calificar las acciones de Israel como genocidio debería activar las obligaciones de la Convención de 1948, incluidas la prevención y el castigo. Eso implicaría ejercer presión política y legal para garantizar la entrega de ayuda”, destacó Abdu.
“En la práctica, sin embargo, poco se ha hecho", lamentó.
*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.
El sitio web de la Agencia Anadolu contiene sólo una parte de las historias de noticias ofrecidas a los suscriptores en el Sistema de Difusión de AA News (HAS), y en forma resumida.“Escolasticidio”: cómo Israel destruye sistemáticamente la educación palestina en Gaza
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