Dos años de genocidio: trabajadores humanitarios en Gaza enfrentan hambre y muerte junto a las víctimas
Más de 560 trabajadores humanitarios han muerto en la guerra de Israel contra Gaza, y muchos otros continúan trabajando sin cubrir sus necesidades básicas con el fin de salvar vidas.

GINEBRA, Suiza
Una “tormenta humanitaria perfecta”. Así describe la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) la situación en Gaza, donde los trabajadores humanitarios sufren el mismo hambre y miedo que las personas a las que intentan ayudar.
La advertencia llega cuando la guerra de Israel se acerca a su tercer año, en lo que las agencias de ayuda describen como el periodo más letal registrado para el personal humanitario. El año 2025 sigue el mismo rumbo.
“El año pasado fue el más mortífero registrado para colegas de distintas organizaciones: hablamos de cientos de muertos”, declaró a la Agencia Anadolu Tommaso Della Longa, portavoz de la FICR.
“La gran mayoría, lamentablemente, son de Gaza, Cisjordania y Sudán. Y 2025 ya sigue esa tendencia”, agregó.
A fecha del 14 de agosto de 2025, al menos 265 trabajadores humanitarios habían sido asesinados en todo el mundo, cifra que se aproxima al total de 383 del año anterior, según la Base de Datos de Seguridad de Trabajadores Humanitarios.
Datos recientes de la ONU indican que las fuerzas israelíes han matado al menos a 562 trabajadores humanitarios en Gaza durante los últimos dos años, incluidos 376 empleados de la ONU y 54 miembros y voluntarios de la Media Luna Roja Palestina.
A medida que la violencia contra el personal humanitario alcanza niveles récord, la FICR advierte que Gaza se encuentra en el centro de una tendencia que amenaza con convertir los ataques a trabajadores de ayuda en una característica habitual de la guerra.
“El riesgo es normalizar algo que nunca debería normalizarse”, señaló Della Longa, y lamentó que quienes dedican su vida a salvar a otros sean “atacados, asesinados, heridos o detenidos”.
Vivir con hambre y hambruna
Dentro de Gaza, donde la ONU declaró oficialmente la hambruna a finales de agosto, la situación es devastadora. Los trabajadores humanitarios describen escenas de desesperación: colegas que piden a sus hijos dormir temprano para no sentir hambre o que guardan un solo trozo de pan hasta la noche para dárselo a sus niños.
“Un colega me explicó lo que significa vivir con hambruna: sueñas con comida que no puedes tener y, cuando finalmente consigues un pedazo de pan, debes guardarlo para tu hijo”, relató Della Longa.
“Luego, al dárselo, tienes que disculparte y pedirle que espere más, porque no podrás ofrecerle nada más. Como padre, me parece absolutamente desgarrador”, relató.
Médicos y enfermeros en Gaza trabajan sin descanso, muchas veces sin recursos básicos, y soportan pérdidas personales inimaginables mientras intentan salvar vidas bajo los incesantes ataques israelíes.
“Nunca hubo quien los reemplazara, ni siquiera por un par de días. Fueron asesinados, no estaban protegidos, y ahora ni siquiera saben cómo obtener alimentos durante el día”, dijo Della Longa.
“Debilitar a los médicos y enfermeros significa debilitar comunidades enteras”, subrayó.
Carla Drysdale, portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), compartió la misma preocupación y advirtió sobre los ataques que no solo destruyeron hospitales y ambulancias, sino que también dejaron miles de trabajadores sanitarios muertos o heridos.
Ambas organizaciones afirmaron que, sin protección ni acceso, la acción humanitaria en Gaza seguirá paralizada.
Ver también: Dos años de genocidio: ¿cómo Israel ha provocado de manera intencional una hambruna en Gaza?
“La impunidad en un lugar abre la puerta a la impunidad en todas partes”
Durante los últimos dos años, Israel ha asesinado a más de 67.000 palestinos en Gaza, la mayoría mujeres y niños, y ha herido a cerca de 170.000, según las cifras de las autoridades palestinas confirmadas por la ONU y otras organizaciones internacionales.
Una comisión internacional independiente de investigación de la ONU concluyó el mes pasado que Israel comete genocidio en el enclave, donde el asedio y el bloqueo total de bienes esenciales también provocaron una hambruna que ha causado la muerte de más de 450 palestinos, incluidos más de 150 niños.
A principios de agosto, expertos de la ONU advirtieron que la destrucción deliberada del sistema de salud en Gaza equivale a un “medicidio”.
En una declaración conjunta, las relatoras especiales Tlaleng Mofokeng y Francesca Albanese señalaron que Israel “ataca y mata deliberadamente a trabajadores sanitarios, paramédicos y hospitales para eliminar la atención médica en el enclave asediado”.
“Además de presenciar un genocidio en curso, también presenciamos un medicidio, un componente siniestro de la creación intencionada de condiciones destinadas a destruir al pueblo palestino en Gaza, lo cual constituye un acto de genocidio”, defendieron las expertas.
Della Longa advirtió que la erosión del respeto hacia los trabajadores humanitarios ya no se limita a las zonas de conflicto.
“Hace diez años, hablar de la protección de los humanitarios en estos términos habría sido incomprensible, porque simplemente no se atacaba a los humanitarios. Esta tendencia está tan extendida que resulta profundamente preocupante y alarmante”, subrayó.
Pidió hacer cumplir las leyes existentes y crear mecanismos que pongan fin a la impunidad.
“Si hay impunidad una vez, significa que la habrá en todas partes. Este precedente es inaceptable”, insistió.
“El problema es la voluntad política. Los humanitarios deben dedicarse a su labor y exigir a los gobiernos que asuman su responsabilidad”, añadió.
La portavoz de la FICR oncluyó con un llamado: “No disparen contra la Cruz Roja. No disparen contra los humanitarios. No disparen contra quienes salvan vidas y alivian el sufrimiento”.
*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.
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