Después de una guerra de 17 años, los afganos sueñan con la paz
La Operación Libertad Duradera fue lanzada en Afganistán por parte de Estados Unidos después de los ataques del 11 de septiembre.

KABUL, Afganistán
Los afganos, agobiados por la guerra, anhelan el momento en que llegue la paz a su país en medio de una violenta insurgencia que ha durado ya 17 años desde que se lanzó la Operación Libertad Duradera (OEF por sus siglas en inglés), la guerra más larga emprendida por Estados Unidos, la cual ha cobrado la vida de cientos de miles de personas y ha costado billones de dólares.
Muchos observadores en Afganistán ven el resentimiento de los Estados Unidos ante una resolución pacífica del conflicto afgano con los talibanes en claro contraste con la esencia de la OEF. Otros consideran que los estadounidenses se dieron cuenta de la amarga verdad en el país afligido por décadas de conflicto armado.
Hace 17 años exactamente, las fuerzas estadounidenses y británicas dieron inicio a bombardeos aéreos en Afganistán contra la presunta ubicación de al Qaeda después de los ataques del 11 de septiembre en Nueva York que causaron la muerte de casi 3.000 personas, según cifras del grupo de expertos Global Security.
Unos meses después de lanzar la OEF, Estados Unidos junto con las fuerzas asociadas de la Alianza Norte en Afganistán lograron derrotar al régimen talibán, pero estos surgieron eventualmente como una resiliente guerrilla, llevando a cabo mortales ataques coordinados, bombardeos suicidas y ataques internos a Estados Unidos, la OTAN, las fuerzas afganas y en todos los rincones desde entonces y hasta el presente.
El general Atiqullah Amarkhail, un crítico acérrimo de muchas tácticas y estrategias militares adoptadas por Estados Unidos en el país y ex jefe de la Fuerza Aérea Afgana, dijo en entrevista a la Agencia Anadolu que las cosas podrían haber sido diferentes si Washington hubiera adoptado un enfoque más razonable.
“Los talibanes habían renunciado cuando su régimen fue derrocado, anunciaron que ya no tenían nada que ver con los asuntos estatales, muchos de sus líderes se exiliaron y los soldados de infantería se retiraron, principalmente a Kandahar y otras provincias, pero los elementos locales apoyados por Estados Unidos los persiguieron en sus hogares, aldeas, causaron asesinatos de civiles, lo que resultó en un resentimiento que recibió el apoyo de los países vecinos y resultó en una rebelión”.
De acuerdo con valoraciones de Estados Unidos, esta guerra ha costado un increíble monto de USD 45.000 millones por año. Randall Schriver, subsecretario de Defensa de Estados Unidos para Asuntos de Seguridad, le dijo al Comité de Relaciones Exteriores del Senado a principios de este año que el total de USD 45.000 millones para el año incluye USD 5.000 millones para las fuerzas afganas y USD 13.000 millones para las fuerzas estadounidenses dentro de Afganistán. El resto está destinado para soporte logístico.
El funcionario indicó que para 2014, antes de la misión de fin de combate, estos gastos rondaban los USD 100.000 millones, cuando Estados Unidos tenía hasta 100.000 soldados desplegados en el país.
Según cifras de iCasualties, un sitio web independiente que registra las muertes de la Guerra de Afganistán y la de Irak, más de 3.500 soldados de las fuerzas estadounidenses y las aliadas fueron asesinados en este periodo.
Las muertes afganas son aún mayores
Las muertes de los afganos, entre ellos rebeldes, civiles y fuerzas gubernamentales, son mucho más altas.
Las estimaciones moderadas sugieren que unos 217.000 afganos han muerto como resultado directo de los combates, mientras que millones más se han visto obligados a exiliarse.
Las últimas cifras publicadas hoy por la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) revelan que las partes en conflicto continúan registrando altas tasas de muertes en la población civil afgana. En el período comprendido entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2018, los hallazgos incluyen el asesinato de más civiles en los primeros seis meses de este año (1,692 muertes) que en cualquier otro momento comparable en los últimos diez años desde que se guardan los registros.
Los talibanes, con motivo del aniversario de la OEF, renovaron su llamado a las “fuerzas de ocupación” para que abandonen el país. “El Emirato Islámico de Afganistán [el gobierno de los talibanes] condena severamente la ‘brutal invasión’ de los estadounidenses y sus fuerzas aliadas y su continuidad recordándole a los ‘ocupantes’ extranjeros en la víspera de los 17 años de su brutal invasión que ‘retiren sus fuerzas’ de nuestra patria poniendo fin a su ‘ocupación’ y que cese el derramamiento de sangre de afganos inocentes por su presencia ‘abominable’, dejando que los afganos decidan sobre su país y su futuro... Esta es la única manera racional y reiterada por el Emirato Islámico para una solución realista y objetiva del problema”, se lee en una declaración emitida por el grupo este domingo.
Amarkhail cree que los rebeldes, así como otros caudillos de la guerra individuales, ahora también reciben apoyo de Irán y Rusia, acusación que Moscú y Teherán han negado. “Ellos [los rebeldes] seguirían planteando amenazas mientras cuenten con santuarios y el apoyo de Pakistán”, agregó el general. Islamabad, también, desestima tales alegatos.
El ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, puso fin oficialmente la OEF a finales de 2014. Su sucesor, el presidente Donald Trump, después revivió la misión de combate con su nueva política en el sur de Asia con algunas modificaciones y un enfoque especial en las ofensivas aéreas, transformando la OEF en una guerra continua de en todo el sentido de la palabra sin un final a la vista.
Entre tanto, el Coronel Knut Peters, portavoz de Resolute Support liderado por la OTAN, le dijo a la Agencia Anadolu que la OEF fue un hito que demostró el compromiso mundial para combatir a los terroristas internacionales en Afganistán. “Hoy, 41 naciones, incluida Turquía, consideran a Afganistán lo suficientemente importante como para comprometer a sus hijos e hijas allí. El propósito general sigue siendo el mismo, para garantizar que Afganistán no se convierta en un refugio para el terrorismo donde los terroristas conectados globalmente puedan planificar, inspirar o realizar ataques contra nuestros países”.
El gobierno afgano liderado por el presidente Mohammad Ashraf Ghani ha aclamado la nueva política de Estados Unidos, particularmente efectiva en términos de obligar a los rebeldes a entrar al proceso de paz.
Ghani ofreció dos cesaciones de fuego condicionales sin precedentes a los talibanes este año, pero solo uno fue correspondido por los rebeldes.
El portavoz del Ministerio de Defensa, Jawed Ghafoor, le comentó a la Agencia Anadolu que las nuevas fuerzas afganas necesitan ayuda, apoyo y entrenamiento de amigos y aliados para enfrentar al terrorismo global en sus líneas.
“Nuestro histórico ejército desapareció tras la invasión soviética y las posteriores guerras civiles en los años 80 y 90. Ahora, nuestras fuerzas de seguridad y defensa emergentes están demostrando su valentía y determinación frente al terrorismo internacional con hasta 20 grupos terroristas que tienen el objetivo de desestabilizar el país”. Todavía necesitamos la capacitación, el apoyo y la asistencia de amigos y aliados ".
A medida que el recién designado Representante Especial de Estados Unidos para la Reconciliación de Afganistán, Zalmay Khalilzad, recorre la región, incluyendo Pakistán, los funcionarios afganos lo ven como una nueva oportunidad para el proceso de paz. Syed Ehsani Tahiri, habló con Tolo News sobre los compromisos de Khalilzad durante sus viajes a varias capitales en relación con la presión que se está generando para llegar a una tregua y aseguró que éstos están bien coordinados con el gobierno de Kabul.
Por parte de Estados Unidos, hay un impulso evidente para las negociaciones con los talibanes. “Los talibanes son afganos y actores clave en una solución afgana que involucra la reconciliación política y la realineación. Los talibanes deben darse cuenta de que su violencia es contraria a esta causa y hasta que comprendan esto, nuestros socios afganos los combatirán. Ellos no son una amenaza directa para nuestros países de origen; la inestabilidad que crean al luchar produce refugios seguros. La coalición ayudará a facilitar una solución afgana que elimine la amenaza terrorista. Nuestros enemigos comunes son los terroristas internacionales”, dijo el coronel Peters a la Agencia Anadolu.
*Daniela Mendoza contribuyó con la redacción de esta nota.
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