Jesús Galindo, gobernador del departamento del Amazonas ubicado al suroriente de Colombia, declaró la calamidad pública en todo el territorio, luego de que se confirmara que una mujer brasileña atendida por el sistema de salud de la ciudad de Leticia diera positivo para la nueva variante del coronavirus (COVID-19) hallada en la Amazonía de Brasil.

Esta medida se suma al toque de queda nocturno decretado en la región por el Ministerio de Salud, que rige todos los días entre las 8 p.m. y las 5 a.m., la prohibición de vender bebidas alcohólicas en locales comerciales, la aplicación del pico y cédula para que las personas puedan salir a hacer compras de acuerdo a su número de documento de identidad, y la prohibición de realizar reuniones públicas y privadas de índole social o deportivo.

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Por su parte, la alcaldesa de la capital colombiana, Claudia López, publicó este domingo en su cuenta de Twitter que “anoche llegó a Bogotá un vuelo de Leticia donde ya se confirmó la circulación de la nueva cepa brasileña". "A todos los pasajeros se les tomó prueba y deben permanecer en aislamiento estricto por 14 días. ¡Debemos cuidarnos muchísimo! Estas nuevas cepas son un gran riesgo”, mencionó.

El pasado 28 de enero el ministro de Salud de Colombia, Fernando Ruiz, comentó que se detectó por primera vez un caso de coronavirus de la cepa P1 (variante hallada en la Amazonía brasileña) en una mujer residente del municipio de Tabatinga, Brasil, que fue atendida por el sistema de salud colombiano.

Ese día, en una rueda de prensa, Ruiz explicó que “desde hace más de una semana se evidencia una circulación de una nueva cepa en el Brasil, concretamente en la ciudad de Manaos, que ha generado un brote epidémico bastante fuerte en esa ciudad".

"Inicialmente hay una evidencia de que esta cepa tiene una mayor transmisibilidad y que puede estar explicando parte muy importante de la afectación de la parte amazónica de Brasil”, detalló el ministro.

La preocupación del Gobierno de Colombia de que esta cepa afecte la situación sanitaria actual del país se debe a la cercanía de las ciudades de Leticia (Colombia) y Tabatinga (Brasil) en esta parte de la frontera, donde solo están separadas por una calle y no existe paso migratorio, sino que la movilidad de las personas se da como si pasaran de un barrio a otro de la misma ciudad.