De tierra a arena: la creciente amenaza de la desertificación en España
El cambio climático y el uso insostenible de la tierra podrían significar una catástrofe para el Mediterráneo.

LONDRES
Por: Alyssa McMurtry
Si no se reducen las emisiones de carbono, Madrid tendrá un clima más parecido al de Marrakech en 2050, según un estudio publicado recientemente por el instituto suizo TH Zurich and Crowther Lab.
El informe sugiere que si el mundo no se une en los próximos 11 años para reducir las emisiones de CO2, la Tierra podría estar 2-2.5 grados más caliente en cuestión de unas décadas.
En ese escenario, es probable que el clima de Madrid, España, aumente en un promedio de 2.1 ° C, donde las temperaturas más altas aumentarán en 6.4 ° C.
El 28 de junio de este año, los madrileños experimentaron una temperatura récord de 40.7C (105 Fahrenheit), según el servicio meteorológico nacional de España.
Expertos de la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA, por sus siglas en inglés) le dijeron a la Agencia Anadolu que los escenarios climáticos más extremos proyectan una disminución de la precipitación de más del 40% en partes de España durante los meses de verano para finales de siglo, lo que lleva a sequías más prolongadas y severas en todo el país.
Al menos el 74% de España está en riesgo de desertificación (18% en alto o muy alto riesgo), según los datos oficiales de 2008.
“El proceso de desertificación nunca producirá un desierto. La desertificación crea algo mucho peor que eso: un paisaje formado por ecosistemas oportunistas y degradación de la tierra”, explicó Gabriel del Barrio, investigador de la Estación Experimental para Zonas Áridas (EEZA) en Almería, España. "Los desiertos se forman a lo largo de miles de años por ecosistemas maduros y contienen una biodiversidad abundante".
La actividad humana es el principal motor de la desertificación. El proceso se debe a la sobreexplotación de recursos naturales limitados que son lentos y difíciles de renovar. El uso excesivo de agua es un factor importante. La eliminación de la vegetación es otra.
Las actividades como la agricultura cuando se realizan de forma insostenible en tierras secas y vulnerables, amenazan con dejar estériles franjas de la tierra. Según las Naciones Unidas, cada año, el mundo pierde 24 mil millones de toneladas de suelo fértil, pero se necesitan cientos o miles de años para que solo se forme un centímetro de suelo.
Los efectos del cambio climático podrían terminar haciendo que cada vez más tierras sean vulnerables a la degradación en España.
“Un rápido aumento de la temperatura tiene importantes consecuencias para la desertificación. Cuando las temperaturas aumentan, al igual que las personas sudan más, las plantas transpiran más, y el agua se evapora del suelo y la vegetación. Estas condiciones debilitan las plantas, lo que las hace más vulnerables a las plagas ", señaló Patricio García-Fayos, director del Centro de Investigación de Desertificación (CIDE) en Valencia, quien señaló la plaga de Xylella, responsable de la destrucción de miles de árboles en el sureste de España en los últimos años.
Los expertos de la EEA señalaron que es probable que Europa, especialmente el sur, se vea afectada por precipitaciones más erráticas. La sequía es un problema obvio, pero las fuertes lluvias también pueden causar inundaciones y la erosión del suelo que aceleran el proceso.
Según una investigación publicada en 2016 en la revista Science, a menos que los aumentos de temperatura se mantengan dentro de 1.5 ° C por encima de los niveles industriales, es probable que la cuenca mediterránea experimente cambios dramáticos, incluida la expansión de los desiertos y la pérdida de vegetación tradicional, que no se han visto en los últimos 10.000 años.
“La región mediterránea es altamente sensible porque se encuentra en una interfaz entre una región tropical en África y una región templada en Europa. Es muy fácil cambiar entre el aire del sur y los del norte, por lo que incluso un pequeño cambio puede tener un efecto muy grande", señaló uno de los coautores del estudio, Joel Guiot, que es profesor en la Universidad de Aix-Marsella y un investigador director del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS).
El estudio de Guiot se publicó poco después del Acuerdo de París sobre el cambio climático. Desde entonces, gran parte del optimismo que rodea al acuerdo se ha ido diluyendo, especialmente con la salida de EEUU del histórico acuerdo.
“Hemos perdido tres años y las emisiones de CO2 han seguido aumentando. Según estudios, todavía es posible mantener el calentamiento por debajo de 1.5 ° C, pero tenemos que actuar muy rápido ", agregó.
Además de la ubicación del Mediterráneo, el área ha sido explotada por los humanos desde la era neolítica, lo que trae más desafíos a la región.
“Los paisajes vírgenes mediterráneos no existen; el área ha evolucionado con los humanos desde la invención de la agricultura. Si las personas abandonan ciertas áreas por cualquier motivo, la tierra no regresa a un estado prístino. Su reacción es impredecible y eso es a menudo cuando ocurre la degradación de la tierra", señaló Gabriel del Barrio.
Un informe publicado a finales de 2018 por auditores de la Unión Europea encontró que entre 2008 y 2017, el tamaño total del territorio con alta sensibilidad a la desertificación en Europa aumentó 177. 000 km2, un área tan grande como la de Grecia y Eslovaquia juntas.
Dentro del continente, Bulgaria, Grecia, España, Croacia, Italia, Chipre, Letonia, Hungría, Malta, Portugal, Rumania, Eslovenia y Eslovaquia se han declarado afectados por el proceso de desertificación.
El mismo informe criticó a la UE por su "coherencia limitada" en torno al tema. Como respuesta, la Comisión Europea inició una investigación sobre la degradación del suelo.
Pero por ahora, la desertificación se está incrementando silenciosamente en países de todo el mundo, haciendo mella en la biodiversidad, las economías locales y las poblaciones.
“La pérdida de tierra para la producción agrícola aumentará la migración del campo a las ciudades porque la gente perderá su base económica, como ya podemos observar", afirmaron los expertos de la EEA.
Dentro de España, García-Fayos predice que más personas migrarán desde el interior del país, que ya enfrenta una despoblación masiva, a áreas costeras con temperaturas menos extremas, creando lo que él llama "desiertos demográficos".
Del Barrio también ve desafíos compuestos para aquellos que están más afectados por la desertificación.
“La desertificación ocurre después de que la gente invirtió todo los que pudo para establecerse en lugares con riqueza efímera. Por ejemplo, las familias emigraron a Almería en el sur de España y compraron tierras que tenían un rango de productividad de 10 a 20 años. Pero una vez la tierra se degrada, esas familias pierden sus inversiones y quedan atrapadas. Eso causa problemas sociales y dificulta la emigración ", señaló el experto.
Según Del Barrio, mientras que solo el 1% de las tierras españolas están siendo activamente desertificadas en este momento, alrededor del 20% de las tierras ya desertificadas están atravezando el complejo proceso de regeneración. Pero a pesar de los esfuerzos en países como España para regenerar la tierra perdida y prevenir la desertificación, Del Barrio sugiere que las acciones aisladas no serán suficientes para combatir el problema.
"Mi opinión personal es que si los escenarios extremos de cambio climático fructifican y el modelo económico en el que se explota la tierra y luego se deja atrás, todo el Mediterráneo podría enfrentar una situación catastrófica", enfatizo el experto.
*Traducido por Juan Felipe Vélez.
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