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Cultura de la impunidad en India hace que los manifestantes ataquen mezquitas

El presidente de la Comisión de Minorías de Delhi, Zafarul Islam Khan, dijo que atacar sitios religiosos durante ha sido una característica de todos los disturbios comunales en el país, al recordar la demolición de la mezquita Babri en 1992.

Shuriah Niazi  | 27.02.2020 - Actualızacıón : 28.02.2020
Cultura de la impunidad en India hace que los manifestantes ataquen mezquitas Mezquita en Nueva Delhi, India. (Imtiyaz Khan - Agencia Anadolu)

DELHI

Una mezquita en la región nororiental de Delhi se convirtió en el mas reciente objetivo de una turba frenética durante los disturbios que se presentan desde hace días en la capital de la India.

La multitud que coreaba “Jai Shri Ram” (Alaben al dios Ram) incendió la mezquita en la localidad de Ashok Nagar, después de escalar su minarete, sacar altavoces e izar una bandera color azafrán, utilizada por los hindúes en los templos.

Los observadores en el país afirman que atacar una mezquita en la capital debe haber sorprendido a muchos, pero atacar lugares religiosos durante los enfrentamientos comunales es una norma. Porque los casos contra los atacantes apenas llegan a un cierre judicial.

Recuerdan que el 6 de diciembre de 1992, miles de activistas y líderes hindúes extremistas alineados con el gobernante Partido Popular Indio (BJP) supervisaron la demolición de la histórica Mezquita Babri, del siglo XVI, en la ciudad de Ayodhya en la provincia de Uttar Pradesh.

La policía encontró a 68 personas responsables de la demolición, incluidos varios líderes prominentes del BJP y el equipo hindú Vishwa Hindu Parishad (VHP). Pero hasta la fecha, el caso se prolonga en varios tribunales.

En el caso de demolición de la mezquita Babri, 49 acusados ​​han muerto. Entre los que enfrentan juicios en las últimas tres décadas se encuentran el ex viceprimer ministro Lal Kishan Advani, el ex primer ministro de Uttar Pradesh, Kalyan Singh, algunos exministros y algunos parlamentarios en funciones. Después de 27 años de investigaciones, el juicio no ha concluido y nadie ha sido castigado.

Los observadores políticos en India creen que, si se hubiera hecho justicia en el caso de la mezquita de Babri, entonces ningún otro lugar de culto habría sido atacado o profanado. No hay disuasión legal contra los atacantes, según ellos.

El 9 de noviembre de 2019, el Tribunal Supremo Indio dio su veredicto sobre la pertenencia del territorio de la Mezquita Babri y decidió entregárselo a los hindúes para la construcción del un templo al dios Ram. Sin embargo, la corte describió la demolición de la mezquita como un acto criminal.

El abogado ante la Corte Suprema Ehtesham Hashmi explicó que “hasta ahora no se ha hecho justicia en el caso de demolición de Babri. Creo que esto alienta a las personas antisociales y antinacionales a disfrutar de actos similares. Saben que nada va a suceder, incluso si atacan un lugar religioso que pertenece a los musulmanes”.

“También creen que pueden convertirse en líderes y obtener el apoyo de la comunidad hindú para sus acciones y el gobierno no tomará ninguna medida”, dijo Hashmi.

Castigo necesario para los culpables de la mezquita Babri

La activista y política Kavita Krishnan sintió que castigar a los autores de la demolición de la mezquita Babri era necesario. Krishnan asegura que, dado que la Corte Suprema india describió la demolición como un acto criminal, los culpables no deben quedar impunes.

“Y los responsables de la demolición nunca fueron castigados. También hablo de los disturbios anti-sikh de 1984, cuando los sikhs fueron atacados por el gobierno del Congreso. Luego se presentó el incidente de 2002 cuando Narendra Modi gobernaba Gujarat y los musulmanes fueron atacados y asesinados”, dijo Krishnan.

“Queremos que lo que pasó en 1984 y 2002 no se repita en Delhi. Y ¿Por qué estamos diciendo esto? porque las fuerzas políticas estuvieron involucradas en la violencia en el pasado. Si hubiera habido justicia oportuna en 1984 y 2002, entonces probablemente eso podría haber actuado como un elemento disuasorio, pero esto no sucedió. Los líderes políticos que demolieron una mezquita en 1992 todavía están libres”, agregó la activista.

El presidente de la Comisión de Minorías de Delhi (DMC), Zafarul Islam Khan, dijo que atacar sitios religiosos durante los disturbios ha sido una característica de todos los disturbios comunales en la India.

Cuando se le preguntó si los ataques a las mezquitas no hubieran tenido lugar si se hubiera hecho justicia a tiempo en el caso Babri, Khan dijo: “La justicia en el caso Babri significaría que se dé un castigo adecuado para personas como Advani que iniciaron el movimiento que condujo a los disturbios en los que miles de musulmanes fueron asesinados y que culminaron en la demolición de la histórica mezquita en diciembre de 1992”.

Los enfrentamientos, que estallaron en la parte noreste de Delhi el domingo entre manifestantes a favor y en contra de la ciudadanía, han causado la muerte de al menos 24 personas.

Delhi ha sido testigo de graves actos de violencia dos meses después de que el gobierno aprobó la controvertida ley, que otorga la ciudadanía a las minorías religiosas no musulmanas que enfrentan persecución en países vecinos: Pakistán, Afganistán y Bangladés. Los críticos ven la nueva ley como inconstitucional y discriminatoria contra los musulmanes.

*Traducido por Daniela Mendoza.


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