China comenzó este lunes a movilizar a los trabajadores de la salud mientras lucha por contener un nuevo brote de COVID-19 impulsado por la variante delta.

Se registró un total de 94 casos más de transmisión local durante el último día, la cifra diaria más alta desde enero, dijo la Comisión Nacional de Salud (NHC) en una actualización diaria.

La provincia central de Henan representó 41 de los casos, mientras que 38 se confirmaron en la provincia oriental de Jiangsu, el epicentro del último brote del virus de China.

Las autoridades sanitarias de Jiangsu han enviado 4.050 efectivos para reforzar la lucha contra el COVID-19 en la ciudad de Yangzhou, donde "el número de casos locales confirmados llegó a 346 el lunes, incluidos seis casos críticos y 23 casos graves", informó el diario Global Times.

En Wuhan, zona cero del brote mundial de COVID-19 a finales de 2019, las autoridades realizaron pruebas nucleicas para más de 11 millones de residentes la semana pasada, luego de que se detectaran nuevos casos en la ciudad.

El número total de casos de COVID-19 en China asciende ahora a 93.826, incluidas 4.636 muertes.

Gao Qiang, exministro de Salud del país, dijo que las medidas antivirus de Pekín son "una estrategia de doble seguro que combina un control epidémico preciso con una vacunación generalizada, en lugar de simplemente tratar de lograr la inmunidad colectiva, y mucho menos vivir con el virus".

"Vivir con el virus es eludir la responsabilidad ya que solo resultará en un resurgimiento de la epidemia en medio de la mutación del virus", dijo Qiang al Global Times.

*Maria Paula Triviño contribuyó con la redacción de esta nota.