Chile: cerca de 400 venezolanos acampan en embajada de su país para ser repatriados

Desde el pasado 3 de mayo decenas de venezolanos comenzaron a instalarse frente a la embajada de su país en Santiago para pedir ser incluidos en el plan “Vuelta a la patria” lanzado por el gobierno de Nicolás Maduro, y mediante el cual, podrían obtener acceso a un vuelo humanitario que los repatrie de un país en el que ya no tienen condiciones mínimas para seguir viviendo.

Muchos de los venezolanos que están acampando, cerca de 400 hasta este martes, nunca imaginaron que dependerían de la ayuda del régimen del que huyeron para volver a su tierra en medio de la pandemia del coronavirus (COVID-19), una de ellas es Karen Martínez, quien no pensaba volver en el corto plazo, pero ahora lleva dos días acampando con sus dos hijos tras ser despedida por no contar con cédula de identificación chilena y no tener un contrato vigente de trabajo.

“Por el Covid-19 nos dijeron que teníamos que desalojar la vivienda en donde estábamos y tuvimos que venirnos para acá para ver si en algún vuelo de repatriación podremos regresar”, señaló.

Entre maletas, cartones y colchones, Jenniffer De Souza, cuenta que corrió la misma suerte, ya que trabajaba en un centro comercial y fue despedida. A pesar de haber recibido la indemnización legal de la empresa, no fue suficiente para sostenerse en un país en donde no tiene red de apoyo. “Por la situación con este coronavirus me quedé sin empleo, aunque ya tenía pensado irme tengo mi hijo allá. Tengo compañeros que se fueron en el primer vuelo, están cumpliendo las normas, estuvieron 14 días en cuarentena y luego los llevan a sus casas”, señaló a la Agencia Anadolu.

El último vuelo de repatriados salió hacia Caracas el pasado 6 de mayo con 250 venezolanos a bordo, quienes provenían de regiones fuera de Santiago. Sin embargo, quienes acampan aseguran que las cuarentenas en varias comunas de la capital los dejaron a merced de la ayuda humanitaria, en un país en donde ya hay más de 30.000 infectados y 323 muertos por coronavirus.

Entre los más de 200 venezolanos que sobreviven en medio de carpas y cobijas desde hace una semana, también está Aylinn Acosta, quien salió de su natal Zulia y llegó a Chile para buscar un trabajo con el que le alcanzara para vivir. Sin embargo, se enfrentó a los retos de la burocracia, las duras leyes migratorias y terminó viviendo acogida por una familia, que, a causa del COVID-19, le pidió que saliera de su vivienda, ante el temor de que fuera una fuente de contagio.

Acosta lleva una semana con su hija de tres años pernoctando frente a la sede diplomática y señala que durante una semana ningún funcionario de la embajada ha salido a darles alguna respuesta. “Estamos sufriendo bastante. Al principio estuvimos durmiendo en el piso porque estamos en situación de calle, no hay trabajo. Además la problemática que estamos viviendo con la pandemia nos dejó así. Lo que pedimos a nuestro presidente Nicolás Maduro es un vuelo humanitario para poder regresar a nuestro país”, relató a la Agencia Anadolu.

Todos coinciden que en Venezuela al menos tienen a sus familias y critican el actuar de la embajada de la cual no han recibido ningún tipo de asistencia, ni de información. La única ayuda les ha llegado de parte de vecinos que les han llevado colchones y mantas para soportar las bajas temperaturas en las noches, así como de la Parroquia de la Anunciación que permite que las mujeres con niños pasen la noche al interior y les facilita elementos de aseo y baño.

La pandemia ha golpeado la economía chilena, que era fuente de ingresos para miles de inmigrantes, al punto de que la ministra de Trabajo chilena, María José Zaldívar, señaló este lunes que la tasa de desocupación del país podría llegar al 18% cuando la cifra de desempleados del primer trimestre del año superó los 800 mil.

Andy Herrera llegó el jueves de la semana pasada luego de haber quedado en situación de calle tras ser despedido del trabajo que tenía como carpintero. “Yo no quería quedarme en este país, vine solo a trabajar, pero con el tema del COVID-19 me quedé sin trabajo y como ya no puedo mantenerme prefiero devolverme a mi país con mis hijas”, señaló a la Agencia Anadolu.

El drama de los migrantes venezolanos también lo han vivido centenares de bolivianos y peruanos que, en las últimas semanas, han llegado hasta las sedes diplomáticas de su país o hasta las zonas de frontera para pedir que se les permita salir de Chile para retornar a sus hogares a causa de la pandemia.