Camerún declaró este miércoles como día de luto nacional para rendir homenaje a las víctimas de un tiroteo mortal en una escuela en Kumba, que dejó al menos siete niños muertos.

La bandera nacional ondeará a media asta hasta el 31 de octubre en todo el país, según un decreto presidencial.

El papa Francisco se unió a la comunidad internacional el miércoles para condenar el asesinato "bárbaro" de los niños en edad escolar.

''¡Que Dios ilumine los corazones, para que nunca se repitan actos similares! Envío mi cariño a las familias y a todo Camerún, e invoco el consuelo que solo Dios puede dar”, dijo el papa.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también dijo que estaba "conmocionado por un ataque horrible".

Tras la masacre, varios líderes de opinión acudieron a las redes sociales con el hashtag #EndAnglophoneCrisis, para denunciar los ataques e instar al Gobierno y a los secesionistas a solucionar la crisis que ha afectado a toda la nación.

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El país centroafricano se ha visto afectado por protestas y violencia desde 2016; los residentes de las regiones de habla inglesa dicen que han sido marginados durante décadas por el Gobierno central y la mayoría de habla francesa. Por eso, han exigido la independencia o un estado federal.

La violencia en las regiones anglófonas en los últimos tres años se ha cobrado unas 3.000 vidas y ha provocado el desplazamiento de más de 730.000 civiles, según Human Rights Watch.

El Consejo Noruego para los Refugiados dijo en junio que, por segundo año consecutivo, Camerún encabezó la lista como la crisis más desatendida del planeta en 2019.

*Maria Paula Triviño contribuyó con la redacción de esta nota.