Debido a la muerte de uno de los participantes del ensayo clínico de la vacuna china contra la COVID-19, producida por la empresa farmacéutica Sinovac en conjunto con el Instituto Butantan de Brasil, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa) decidió suspender la fase tres de las pruebas en el país suramericano.

La Agencia realizó el anuncio el lunes 9 de noviembre sin haberlo consultado previamente con el instituto brasileño, lo que causó asombro entre quienes conducen el estudio, de acuerdo con medios locales.

Anvisa explicó que los hechos que la llevaron a suspender el ensayo de CoronaVac ocurrieron el 29 de octubre. Sin embargo, el Instituto Butantan y el laboratorio Sinovac descartaron que exista una relación entre la vacuna y la muerte del participante en el ensayo. “Debemos recuperar la confianza de quienes ya están en el ensayo y de quienes están por entrar. No podemos dejar ninguna duda sobre la transparencia del estudio y la seguridad de la vacuna. Esta vacuna es la más segura de las que están en estudio en la actualidad”, explicó en rueda de prensa Dimas Covas, director del Instituto Butantan.

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La falta de comunicación entre Anvisa y Butantan hace especular sobre si la decisión está motivada por algún interés político. Horas antes del anuncio, el gobernador de São Paulo, João Doria, participó en el inicio de las obras de una nueva fábrica de CoronaVac, con capacidad para producir 100 millones de dosis anualmente. 

Sin embargo, en octubre pasado el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, anunció que el Gobierno cancelaría el acuerdo de compra de la vacuna del laboratorio chino Sinovac y esa misma semana el mandatario aprobó en el Senado a cuatro nominados para ocupar la cúpula administrativa de Anvisa.