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Birmania priva a los rohinyás de su identidad

Los rohinyás son indígenas en Birmania, que viven en el territorio desde el siglo VII.

Sadık Kedir Abdu  | 23.08.2018 - Actualızacıón : 23.08.2018
Birmania priva a los rohinyás de su identidad Los refugiados rohinyás se desplazaron hacia Bangladés, cuando fuerzas de seguridad birmanas lanzaron una ofensiva contra la comunidad en agosto de 2017. (Mesut Zeyrek - Agencia Anadolu)

ANKARA

Desde su independencia en 1948, Birmania ha enfrentado una crisis de identidad, sobre todo en lo concerniente a sus minorías étnicas como la comunidad de musulmanes rohinyás en el estado de Rakáin.

Los musulmanes rohinyás han estado sufriendo limpieza étnica por parte de las fuerzas del Estado de Birmania.

De las 135 etnias presentes en el país, la mayoría son birmanos, que constituyen más del 60 por ciento, mientras los rohinyás representan solo un 4% de la población.

Registros históricos muestran que los rohinyás son indígenas de Birmania, que datan del siglo VII. También se dice que dirigieron de forma independiente el Reino de Arakan, en ese lugar, durante el siglo XV.

Birmania fue colonizada por Inglaterra en 1885. El país, denominado Myanmar después del golpe militar en 1962, quedó con profundas cicatrices dejadas por años de disputas provocadas por los antiguos amos coloniales.

Dividido por la religión, el 89% de la población de Birmania es budista, mientras un 4% es cristiana y otro 4% es musulmana.

La actual ola de violencia en Birmania se dirige principalmente a los musulmanes rohinyás; comenzó en agosto del año pasado bajo el pretexto de que algunas estaciones de policía de la región estaban siendo atacadas.

Desde que el país obtuvo su independencia, los musulmanes rohinyás han estado protestando y reclamando derechos igualitarios como ciudadanos de Birmania. Algunos se vieron forzados a alzarse en armas contra el gobierno.

Genocidio sistemático

El comienzo del genocidio sistemático contra los rohinyás se remonta entre 1962-1974, cuando el gobierno militar de Ne Win arrestó a líderes del grupo minoritario. Muchos rohinyás huyeron del país y algunos murieron al tratar de llegar a Pakistán e India.

El genocidio continuó en 1977, bajo la Operación Nagamin (Rey Dragón), que llevó al primer éxodo de más de 200.000 rohinyás a Bangladés el siguiente año.

Durante el segundo éxodo 1991-1992, cerca de 250.000 rohinyás cruzaron a Bangladés después de enfrentar trabajos forzados, violaciones y persecución religiosa por el Ejército nacional, según Human Rights Watch.

El gobierno de Birmania, mediante una ley de ciudadanía de 1982, trató entonces de privar a los rohinyás de su ciudadanía, alegando que habían migrado ilegalmente desde Bangladés y no merecían ser incluidos como uno de los 135 grupos indígenas del país.

En 2006, disturbios anti-musulmanes, y un falso reporte que acusaba a un hombre musulmán de violar a una mujer budista, permitieron al gobierno de Birmania negar a los rohinyás hasta el derecho a contraer matrimonio.

Después de 2011, el gobierno nominalmente civil de Thein Sein se juramentó, pero nada cambió para los rohinyás, a pesar de cierto optimismo de que las cosas mejorarían después de que la Premio Nobel de Paz, Aung San Suu Kyi, se convirtiera en la líder de facto de la nación en 2015.

Pero Suu Kyi permaneció en silencio frente a la persecución contra los rohinyás.

El siguiente año surgieron mortales enfrentamientos entre budistas y musulmanes en el estado de Rakáin, que estalló después de la supuesta violación y asesinato de una mujer budista de 27 años y el asesinato de 10 peregrinos.

El mundo le falló a los rohinyás

En un informe, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) dijo que cerca de 170.000 personas huyeron de Birmania solo en 2012.

Desde el 25 de agosto de 2017, más de 24.000 musulmanes rohinyás han sido asesinados por las fuerzas del Estado birmano, de acuerdo con la Agencia para el Desarrollo Internacional de Ontario (OIDA, por sus siglas en inglés).

En un reporte reciente, "Migración forzada de los rohinyás: la experiencia no contada", la OIDA estimó el número de rohinyás asesinados en 23.962, a partir de una cifra manejada por Médicos Sin Fronteras de 9.400.

Más de 34.000 rohinyás fueron quemados vivos, mientras más de 114.000 fueron golpeados, cita el reporte de la OIDA, agregando que 17.718 mujeres y niñas rohinyás fueron violadas por el Ejército y la Policía de Birmania. Cerca de 115.000 casas rohinyás fueron quemadas y otras 113.000 fueron saqueadas, agregó el informe.

De acuerdo con Amnistía Internacional, más de 750.000 refugiados rohinyás, principalmente niños y mujeres, han huido de Birmania y cruzado hacia Bangladés, luego de que las fuerzas de seguridad de Birmania lanzaran una ofensiva contra la comunidad musulmana minoritaria.

Los rohinyás, descritos por la ONU como el pueblo más perseguido del mundo, han enfrentado crecientes temores de ataques desde que docenas fueran asesinados en la violencia comunal de 2012.

La ONU ha documentado violaciones masivas, asesinatos -incluidos bebés y niños-, brutales golpizas y desapariciones cometidas por las fuerzas del Estado birmano. En un informe, los investigadores de la ONU dijeron que estas violaciones se pueden constituir como crímenes de lesa humanidad.

*Natalia Torres contribuyó con la redacción de esta nota.

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