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Biden o Trump: ¿Cómo será la relación del próximo presidente de EEUU con América Latina?

Mientras Trump no ve la región como un tema prioritario, Biden intentará acercarse para retomar las relaciones con Cuba y buscar la salida democrática de Nicolás Maduro en Venezuela.

Juan Felipe Vélez Rojas  | 21.08.2020 - Actualızacıón : 24.08.2020
Biden o Trump: ¿Cómo será la relación del próximo presidente de EEUU con América Latina? Fotografías compuestas del candidato del Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden (izquierda) y el presidente republicano, Donald Trump (derecha). (Tayfun Coşkun y Kyle Mazza - Agencia Anadolu)

BOGOTÁ, Colombia

Por: Juan Felipe Vélez Rojas

América Latina sigue de cerca el desarrollo de los comicios electorales en EEUU, a falta de dos meses para concluir las campañas políticas, este 3 de noviembre cuando se defina el próximo presidente de la potencia mundial. En carrera oficial por la presidencia se encuentran el actual mandatario, el republicano Donald Trump, y el candidato del Partido Demócrata, Joe Biden.

La pandemia del coronavirus; la posible interferencia de Rusia en las elecciones pasadas; las crecientes tensiones con China; el respaldo de Washington al controvertido plan de paz de Israel, llamado Acuerdo del Siglo, que incluye la anexión de ciertas zonas de la Cisjordania ocupada, son algunos de los temas principales que cualquiera de los dos gobiernos tendrá dentro de su política exterior.

En cuanto a América Latina la política estadounidense se ha centrado en temas como las nulas relaciones con Venezuela y Cuba; los tradicionales lazos comerciales con algunos países de la región y la creciente migración, especialmente la proveniente del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador).

Para Carlos Galina, magíster en Ciencia Política de la Universidad George Washington, de ser reelegido Trump, mantendrá el statu quo del momento. Para el actual gobernante Latinoamérica no es prioritaria y se reduce al tema migratorio y a la estabilidad de la región.

“La única posibilidad de cambio sería si vemos un incremento en las tensiones/pelea comercial con China. La influencia de China en algunos sectores económicos de Latinoamérica sí pudiese empujar a Estados Unidos a proponer planes de desarrollo para jalar a los países hacia Washington y lejos de China, pero esto sería bajo un escenario en el que la recuperación económica de EEUU sea muy rápida y creo que hasta ahora eso es poco probable”, enfatizó el experto.

La política exterior de Trump en América Latina se ha centrado principalmente en Venezuela y la migración. Sobre la nación sudamericana, el actual Gobierno estadounidense ha mantenido una política de ‘máxima presión’ contra el que considera el régimen 'usurpador' de Nicolás Maduro, al aumentar las sanciones contra algunas empresas estatales y funcionarios gubernamentales de ese país.

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La administración Trump optó por generar un cerco diplomático contra el Gobierno venezolano y manifestó su apoyo al autoproclamado presidente Juan Guaidó en enero del 2019. Así mismo, mantuvo una retórica amenazante y estuvo “abierto ante una posible intervención militar”, opción que nunca se llegó a concretar.

Sin embargo, para el profesor de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia, Manuel Alejandro Rayran, en un segundo mandato Trump se alejaría de Guaidó.

“Ya no le daría la misma importancia a Guaidó, el líder opositor ha perdido mucha influencia en Washington y Trump tratará de mirar otra forma para presionar a Maduro”, aseguró el académico.

El mismo Biden ha criticado la política de Trump hacia Venezuela y varios de sus asesores la han calificado como incoherente.

“Trump habla duro sobre Venezuela, pero admira a matones y dictadores (similares a) Nicolás Maduro. Como presidente, apoyaré al pueblo venezolano por la democracia”, escribió el candidato demócrata en Twitter a finales de junio luego de que Trump dejó entrever sus dudas sobre su reconocimiento a Guaidó y manifestó considerar una posible reunión con Maduro.

El candidato demócrata, quien también catalogó a Maduro como un dictador y fue uno de los primeros demócratas en reconocer a Guaidó como presidente interino, ha reiterado su apoyo al pueblo venezolano, razón por la cual impulsará la extensión del Estatus de Protección Temporal (TPS) a los venezolanos que buscan “alivio de la crisis humanitaria provocada por el régimen de Maduro”, aseguró Rayran.

Biden es partidario de presionar una salida democrática en Venezuela a través de elecciones libres y justas. Igualmente, reiteró su objetivo de acompañar las sanciones contra Maduro con una estrategia más amplia donde participe Cuba, uno de los más cercanos aliados de Maduro y con quien seguramente restablecerá relaciones diplomáticas, del mismo modo que lo hizo Barack Obama durante su mandato en 2014, afirmó el experto.

La posible llegada de Biden a la Casa Blanca es necesaria, según Rayran, si EEUU desea retomar el rol de liderar al mundo y mantener su influencia sobre América Latina. La continua política disruptiva de Trump, llena de medidas agresivas contra sus aliados (Europa, México, OTAN, entre otros), le ha dado un mayor campo de acción y maniobra a China y otros competidores que, de mantenerse, llevarán a que los aliados estadounidenses a que miren hacia otro lado.

“Biden ha destacado que durante su primer año de Gobierno fortalecerá la multilateralidad, liderada por la Cumbre para la Democracia. Él quiere reconstruir esas alianzas multilaterales que Trump ha dañado y lo quiere unificar alrededor del tema de la democracia”, señaló el experto.

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Rayran cree que el candidato demócrata podría implementar un elemento similar a la política Détente (palabra francesa que se puede traducir como ‘distensión’) implementada por EEUU durante la Guerra Fría para contener a la Unión Soviética, principalmente por medios diplomáticos.

Según el analista, el candidato intentará construir una 'Détente 2.0' y ésta, en última instancia, va a incluir el ‘poder blando’, la cumbre de derechos humanos, el tema nuclear y especialmente va a fortalecer las alianzas con los aliados de EEUU. Esta política será de gran importancia para América Latina, una región a la cual Biden pretende acercarse mucho más.

“A Trump no le ha importado mucho América Latina y Biden lo que buscará es tratar de incluir a sus aliados para hacerle frente a la creciente presencia de China en la región. Esto se asemeja a lo que una vez dijo Obama cuando era presidente y donde afirmó que no permitiría que Pekín fuera el que estableciera las normas en el comercio mundial y Biden va a retomar esa posición (…) Él va a tratar de evitar que el Estado chino le quite a EEUU la influencia que mantiene sobre América Latina”, sostiene Rayran.

Galina, por su parte, asegura que si Biden es elegido, una vez logre "estabilizar" la situación interna en Estados Unidos, el primer enfoque del presidente hacia la región se centrará en México y Canadá, en el interés que tienen los Gobiernos de los tres países en convertir a Norteamérica en una región manufacturera con base en el T-MEC.

“Se ha hablado de que Biden tiene una relación especial con Colombia y que es probable que el presidente busque fortalecer esta relación. En el caso de Cuba, sí veo un escenario en el que se regrese a una política similar a la que vimos en los últimos meses de Obama, donde se busque la reconstrucción de la relación entre Cuba y Estados Unidos y a través de eso, la promoción de la democracia en el país”, señaló el académico, quien resaltó el tema de migración como uno de los ejes centrales del demócrata en la región.

A diferencia de Trump, de quien los analistas sostienen mantendrá su política rígida hacia la migración irregular a través de acuerdos con los Estados del Triángulo Norte Centroamericano y la ampliación del muro en la frontera con México, Biden ha asegurado que humanizará el proceso migratorio por medio del "derecho legal a solicitar asilo” y abordará las causas internas que generan la migración dentro de estas naciones (corrupción, pobreza, inseguridad).

El demócrata aseguró que le pondría fin al programa denominado Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés) o “Quédate en México”, impulsado por Trump, y que les exige a los solicitantes de asilo esperar sus audiencias judiciales en suelo mexicano.

Así mismo, Biden se comprometió a proteger la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), creada durante la administración Obama-Biden, y que ha sido atacada por Trump. El mandatario había señalado en junio de este año que no aceptará nuevas solicitudes para acogerse a este programa pese al fallo de la Corte Suprema de Justicia que le ordenó al Gobierno estadounidense a restaurar el programa. 

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