Barrios marginales, el epicentro del coronavirus en Buenos Aires, con el 41% de los casos
En las últimas semanas se han multiplicado los casos positivos de coronavirus en “las villas”, como se les conoce a los distintos barrios de emergencia de la zona metropolitana de la capital argentina.

BUENOS AIRES
Por: Emiliano Limia
En Argentina existen más de 4 mil asentamientos de emergencia, más conocidos localmente como “villas”. Son barrios en los que predomina el hacinamiento, hay deficiencia en servicios básicos como el agua, el sistema cloacal y la electricidad.
Se estima que alrededor de 1.800 de las 4 mil villas se encuentran en la Provincia de Buenos Aires, muchas de ellas situadas próximas a basurales. Allí residen 2,6 millones de personas, en viviendas precarias, en donde la infraestructura no solo de las viviendas (con techos de lata y casas hechas de restos de basura), sino en general es muy pobre.
Desde el comienzo de la pandemia, diversos especialistas advirtieron que el mayor problema relacionado con la enfermedad COVID-19 en Latinoamérica iba a estar en los barrios de emergencia, en donde viven alrededor de 90 millones de familias en la región. Este fenómeno le da a la pandemia un rasgo que no tuvo en otras partes del mundo.
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Hasta el momento, el total de infectados en Argentina es de 18.319, mientras que los fallecidos llegan a 570. Pero el 80% de los contagios se concentra en la Provincia de Buenos Aires: 10.633 en Capital Federal y 6.400 en el resto de la provincia.
En las últimas semanas esta problemática comenzó a manifestarse en las villas de Buenos Aires. De hecho, de los 10.633 casos registrados en la ciudad, 4.189 son en barrios vulnerables, lo que representa el 41% de la cifra total, y se espera que el número siga en ascenso.
La pandemia comenzó a llegar progresivamente primero a las villas de la Capital Federal, donde la densidad poblacional es más elevada que en las villas del conurbano bonaerense. Es decir, allí vive más gente por kilómetro cuadrado y por lo tanto es aún más difícil llevar adelante una política correcta de higiene.
En las últimas semanas, más del 90% de los nuevos casos se registran en estas localidades, y eso se debe a brotes en los barrios más vulnerables.
Según analistas, el virus llegó allí por no existir una estrategia enfocada en este tipo de barrios, donde es muy difícil que se lleven a cabo las recomendaciones sanitarias más básicas, como el lavado de manos y el distanciamiento social.
Pero no solo los contagios se multiplicaron en las villas, sino que los vecinos comenzaron a denunciar que hay falta de comida.
Marcelo Lobo tiene 24 años y vive en la villa 31 de la Ciudad de Buenos Aires. Según cuenta, allí se vive con mucho temor ante el coronavirus “porque mucha gente no tiene nada para comer. Nos traen bolsones de comida pero no les llega a todos y tampoco sabemos cuánto nos va a durar. Por suerte nos están llegando muchas donaciones y eso es importante".
"Además de la comida tenemos otros problemas, como la falta de agua y la acumulación de basura. Hace unas semanas era peor, ahora estamos un poco más organizados, con las ayudas ahora está todo un poco mejor", añade Marcelo.
El caso de la Villa Azul
A finales de mayo el coronavirus también llegó a las villas de la provincia. A partir de protestas, empezó a tener mucha repercusión el caso de la llamada Villa Azul, ubicada en medio de las localidades de Quilmes y Avellaneda, en donde viven unas 5 mil personas.
Es una villa que se formó en una hondonada, de donde se extrajo material para hacer la autopista que conecta la Capital Federal con la zona sur bonaerense. Por su naturaleza, la zona tiende a inundarse, y allí es donde se establecieron miles de familias que armaron el barrio de forma improvisada.
Oficialmente hasta este lunes se conocen 271 casos en la Villa Azul. El primero fue en la tercera semana de mayo, cuando los vecinos descubrieron que la persona contagiada no había cumplido con las reglas de la cuarentena y empezaron a reclamar para que se les hicieran pruebas de COVID-19.
Ante la falta de test, realizaron una protesta cortando la mencionada autopista y pidiendo chequeos médicos, y finalmente el pasado fin de semana lograron que comiencen a testear a los vecinos. El domingo 24 de mayo se confirmaron 54 casos; al día siguiente la cifra se elevó a 84, y el martes siguiente ya había ascendido a 145. Más del 50% de los chequeos dio positivo.
El mismo domingo se decidió aislar a la Villa Azul, rodearla con fuerzas de seguridad y controlar los accesos, y este miércoles la villa completó 11 días de aislamiento. Cabe preguntarse entonces si la idea de aislar a uno de estos barrios es positiva, teniendo en cuenta las condiciones en las que viven allí.
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Un problema adicional es qué sucedería si el caso se replica en otras villas. En la Villa Azul hoy hay más de 300 efectivos policiales por turno. Si el problema se multiplica en otras villas del conurbano, la Policía no dispone de personal para aplicar el mismo protocolo.
Además, ¿cuánto tiempo se puede aislar a la gente de esa manera? Todos los que viven allí están muy expuestos. ¿Cuánto tiempo pueden estar sin provisiones? Hasta el momento, el Estado se encarga de coordinar la entrega de alimentos y agua.
Y al otro lado de la autopista, en otra villa llamada Villa Itatí, donde viven unas 15 mil personas, también empezaron a aparecer casos de coronavirus. Hasta el momento hay 49.
Todo esto se da en el marco de una cuarentena que, al menos en la zona metropolitana, se extiende indefinidamente y en la que las personas en situación de vulnerabilidad son las más afectadas, ya que la mayoría trabaja en la informalidad y son pocos los niños y jóvenes que pueden continuar con sus estudios mediante las clases virtuales.
El impacto de la cuarentena en la economía
En marzo, la actividad económica en el país cayó 9,8%. Teniendo en cuenta que la cuarentena en Argentina comenzó el 20 de marzo, el número es alarmante. Pero no solo afecta al sector privado, sino también a las finanzas del Estado.
Eso está siendo compensado con una fuerte emisión monetaria, que trae expectativas futuras de fuerte devaluación. Por este motivo, el pasado 25 de mayo el Gobierno puso nuevos controles a la compra de divisa extranjera, pero ello a su vez aumenta la brecha cambiaria entre el dólar oficial (70 pesos) y el del mercado negro, llamado “dólar blue” (130 pesos).
Por otro lado, un informe del Centro de Economía Regional y Experimental (CERX) indica que en mayo el 87,7% de las familias en Argentina tenía algún tipo de deuda. Es decir, las familias dejaron de pagar una tarjeta de crédito o préstamo de un banco, algún servicio público o impuesto, la renta del hogar, o contrajeron una deuda con un amigo o familiar, entre otros.
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