GAZA

La Oficina de Prensa del Gobierno palestino en la Franja de Gaza anunció este martes que el número de muertos en los ataques israelíes a los centros de distribución de ayuda humanitaria, administrados por EEUU e Israel, ascendido a 102 personas y 490 heridos en ocho días.

En un comunicado, la oficina afirmó que «la ocupación israelí está convirtiendo los centros de distribución de ayuda estadounidense israelí en trampas mortales masivas y masacres».

El aumento del número de muertos se produce después de que el Ejército israelí cometiera una nueva masacre en la mañana de este martes cerca del centro de ayuda estadounidense israelí en la provincia de Rafah, en la que 27 personas perdieron la vida y más de 90 resultaron heridas.

La oficina señaló que, desde el 27 de mayo, fecha en la que Israel comenzó a operar el dudoso proyecto que promueve bajo el nombre de «respuesta humanitaria», el Ejército ha estado asesinando «abiertamente y en directo» a «palestinos hambrientos».

«Los llamados centros de distribución de ayuda, establecidos en zonas rojas expuestas y peligrosas bajo el control del Ejército de ocupación, se han convertido en masacres masivas, atrayendo a civiles hambrientos debido a la hambruna devastadora y el férreo asedio. Luego, son fusilados deliberada y fríamente en una escena que ejemplifica la maldad del proyecto y expone sus verdaderos objetivos».

La oficina responsabilizó directamente a la administración estadounidense, la cual que apoya política y físicamente el «sangriento proyecto» de distribución de ayuda, del uso de alimentos como arma en la actual guerra “genocida” de Israel en Gaza y señaló que las masacres israelíes diarias contra palestinos cerca de los centros de distribución de ayuda «revela al mundo que lo que está sucediendo es el uso deliberado de la ayuda como herramienta para la matanza masiva y la limpieza étnica, lo que constituye el delito de genocidio según el Artículo II de la Convención sobre el Genocidio de 1948».

En este sentido, la oficina exhortó a las Naciones Unidas, al Consejo de Seguridad y a las organizaciones de derechos humanos a asumir sus responsabilidades morales y legales, a tomar medidas inmediatas y a ejercer presión por todos los medios disponibles para abrir los cruces fronterizos oficiales sin interferencias ni condiciones de la ocupación, y a garantizar la entrega de ayuda humanitaria a través de instituciones neutrales de la ONU e internacionales.

También pidió la formación de un comité internacional de investigación independiente para documentar estas masacres y llevar a sus autores ante la justicia internacional, advirtiendo sobre las consecuencias del silencio internacional, que da luz verde a la comisión de nuevas masacres.

*Traducido por Daniel Gallego.