Así llegó la Agencia Anadolu a la 'primera línea' de un hospital en Moscú en la lucha contra la COVID-19
Según los resultados obtenidos, los médicos deciden a qué unidad trasladar los pacientes que ingresan, como aquella de cuidados intensivos también llamada “zona roja”.

Moscú
La Agencia Anadolu logró documentar los procedimientos seguidos por los médicos y enfermeras del Hospital Clínico Número 52 de Moscú, en su lucha contra el coronavirus (COVID-19), así como los tratamientos aplicados en lo que se conoce como la primera línea de lucha contra la enfermedad.
Desde que se registró el primer caso por la COVID-19 en Rusia el pasado 31 de enero, los hospitales públicos y privados reestructuraron sus instalaciones para enfrentarse más efectivamente a la pandemia.
>La plantilla del hospital supera los 3.000 empleados entre médicos, enfermeros y demás trabajadores. A la entrada de la parte dedicada a los pacientes con la COVID-19, un grupo de sanitarios protegidos con overoles, guantes, gafas y máscaras médicas especiales reciben a los pacientes.
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El personal se informa sobre el historial clínico del paciente preguntándole si tiene tos o problemas de respiración. También le miden la fiebre y la tensión.
Una vez registrados los datos del paciente, el personal practica al paciente una electrocardiografía para determinar el grado de funcionamiento de sus músculos cardíacos y su sistema nervioso. También le hacen análisis de sangre y prueba de la COVID-19 extrayendo mucosa de su garganta.
Según los resultados obtenidos, los médicos deciden a qué unidad trasladar al paciente. Si su estado es grave es trasladado a la unidad de cuidados intensivos, llamada “zona roja”. Si tiene dificultades a la hora de respirar se le conecta al ventilador mecánico.
Cada vez que un médico o un enfermero sale de la habitación de un paciente con la COVID-19 estos se desinfectan las manos sin quitarse los guantes. Antes de pasar a otra unidad el personal sanitario se desinfecta por completo de arriba abajo.
Los que terminan su turno tiran a la basura su ropa protectora y se duchan, posteriormente se cambian de ropa.
“Este no es un hospital de infecciones, por eso ha sido un poco difícil que los médicos se acostumbren a una nueva rama (médica). Todo el personal se ha esforzado y al final ha terminado adaptándose a la nueva situación”, explica Maryana Lysenko, directora del hospital.
Lysenko asegura que los problemas que han experimentado desde el principio de la pandemia ya están resueltos y que el hospital posee suficientes equipos de protección. “Hemos tenido tiempo suficiente para prepararnos”, afirma Lysenko.
“El número de pacientes ingresados ha disminuido un 20% en comparación con los meses de marzo y abril”, dice Lysenko, señalando que hasta el momento han dado de alta a más de 4.000 pacientes, mientras que unos 600 continúan ingresados, de los cuales 80 se encuentran en la zona roja.
La directora informa que hasta el día de hoy 39 miembros de su personal sanitario ha resultado infectada con la COVID-19.
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Lysenko rechaza los señalamientos sobre la veracidad de las cifras por la COVID-19 declaradas en Rusia, asegurando que las anuncian de forma transparente y revisable. “La gente habla de lo que no sabe. Estas acusaciones requieren de pruebas”, dice Lysenko.
“Es importante la forma en la que se diagnostica, que enfermedades tiene el paciente y la causa de su muerte. Por ejemplo, lo más apropiado es registrar la muerte de alguien con cáncer como muerte por cáncer, porque durante la infección la circulación sanguínea se dificulta. En esta situación los pacientes mueren por su enfermedad y no por la COVID-19”, explica Lysenko.
La directora dice que han empezado a utilizar los anticuerpos de personas recuperadas de la enfermedad en el tratamiento de los pacientes con la COVID-19. “Hemos tratado a 80 pacientes con este método. Los resultados son muy buenos”, asegura la directora.
Por su parte, el anestesista Serguéi Tsarenko dice que han desarrollado un programa de ordenador que muestra el daño causado por el coronavirus en el cuerpo del paciente en tres dimensiones y en diversos colores.
Tsarenko es uno de los sanitarios del hospital que resultó infectado con la COVID-19, pero no hizo falta que ingresase en el hospital. Recibió tratamiento en su domicilio.
*Daniel Gallego contribuyó con la redacción de esta nota.
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