Amnistía Internacional ha solicitado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) que “no corte la ayuda humanitaria a los civiles en Idlib, en Siria”, a medida que una resolución de la ONU que permite la asistencia humanitaria a la región está pronta a llegar a su fecha de expiración, el próximo 10 de julio.

El llamado de Amnistía se produjo después de que la organización publicara un informe de 40 páginas el fin de semana en el que se reportaban 18 casos, principalmente en enero y febrero, donde el régimen sirio y las fuerzas rusas atacaron escuelas y hospitales en áreas controladas por la oposición en las ciudades de Idlib, Alepo y Hama.

El informe, titulado "Ningún lugar es seguro para nosotros: los ataques ilegales y los desplazamientos masivos en el noroeste de Siria” contiene comunicaciones de vuelo interceptadas de Rusia y Siria, corroboradas por testigos presenciales y análisis de expertos en imágenes satelitales.

La organización de derechos humanos con sede en Reino Unido indicó que los ataques sirios y rusos afectaron o destruyeron diez instalaciones médicas en Idlib y Alepo entre diciembre de 2019 y febrero de 2020, acabando con la vida de nueve miembros del personal.

Uno de los ataques aéreos impactó el hospital Al-Shami en la ciudad de Ariha, en la provincia de Idlib, el pasado 29 de enero, donde murieron 11 civiles y más de 30 personas resultaron heridas, y fue llevado a cabo ilegalmente por las fuerzas rusas, según informó Amnistía.

Heba Morayef, directora de Amnistía Internacional para Oriente Medio y África del Norte, afirmó: "Incluso para los estándares de la calamitosa crisis de diez años en Siria, el desplazamiento y la emergencia humanitaria provocada por la última embestida (del régimen) en Idlib no ha tenido precedente”.

“El Consejo de Seguridad de la ONU no debe cortar el suministro vital de la ayuda humanitaria transfronteriza mientras miles de vidas están en juego” afirmó Morayef.

“La última ofensiva continuó con un patrón abominable de ataques generalizados y sistemáticos destinados a aterrorizar a la población civil” agregó la directora.

"Mientras tanto, Rusia ha continuado brindando un apoyo militar invaluable, incluso mediante la realización directa de ataques aéreos ilegales, a pesar de la evidencia de que está facilitando a la comisión militar siria los crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad”, resaltó Morayef.

"Los funcionarios de la ONU han denominado a Idlib como una "historia de terror en materia humanitaria”, esto solo empeorará a menos que el Consejo de Seguridad vea más allá de las tácticas políticas y mantenga la valiosa ayuda humanitaria transfronteriza", concluyó Morayef.

Los últimos combates en Idlib han obligado a casi un millón de personas, más del 80% son mujeres y niños, a huir hacia Turquía y buscar asilo.

En julio de 2014, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad una resolución que permite la entrega de ayuda humanitaria transfronteriza al noroeste de Siria y otras áreas controladas por los rebeldes sin el consentimiento del régimen sirio.

Por su parte, el régimen sirio y sus patrocinadores quieren que la ayuda se canalice a través de Damasco, lo que dificulta que la ONU y las agencias humanitarias entreguen ayuda oportunamente.

Los envíos de ayudas humanitarias habían sido previamente restringidas por el régimen a través de elementos burocráticos y poniendo en listas negras a trabajadores humanitarios en áreas controladas por los rebeldes.

*Camilo Hernández contribuyó a la redacción de esta nota.