El presidente de Argentina, Alberto Fernández, solicitó a los líderes mundiales “renovar la arquitectura financiera internacional” durante la Cumbre sobre el clima llevada a cabo de manera virtual este jueves 22 de abril.

“Como bien ha dicho el presidente de Francia, Emmanuel Macron, necesitamos renovar la arquitectura financiera internacional. (...) En atención a los fenómenos de sobreendeudamiento irresponsable provocados antes de la pandemia y agravados por la presencia de este virus, (es necesaria contar con una) mayor flexibilidad de plazos, de tasas y de condiciones”, aseguró Fernández en su intervención.

Argentina tiene una deuda de USD 45.000 millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en la actualidad está renegociando en medio de unas conversaciones en las que ninguno de los lados quiere ceder.

Este tema es uno de los más polémicos que enfrenta el Gobierno de Fernández en la actualidad. La situación es tan controversial que diferentes analistas políticos aseguran que el presidente estaría dispuesto a aplazar hasta 2022 la reestructuración de la deuda para evitar compromisos impopulares antes de las elecciones legislativas de octubre.

El pasado 25 de marzo el vocero del FMI, Gerry Rice, explicó que no le pueden permitir a Argentina una extensión al plazo de 10 años para el pago de la deuda. Tres días después, el presidente Fernández afirmó que dicha deuda, heredada del Gobierno anterior, es “impagable”.

“Lo que estamos diciendo todos es que la deuda que heredamos, en los términos en los que está, es impagable, y estamos viendo cómo negociar con el fondo para obtener las mejores ventajas”, dijo Fernández en esa oportunidad durante una entrevista con el periodista Horacio Verbitsky.

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Precisamente, fue el expresidente Mauricio Macri quien suscribió en junio del 2018 un primer acuerdo con el FMI por unos USD 40.000 millones, pero ante los incumplimientos del pago y la crisis cambiaria en Argentina se decidió realizar un segundo entendimiento, esta vez por USD 57.000 millones.