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Al menos 21 civiles fueron masacrados en Camerún

Entre las víctimas se encuentran 13 niños y una mujer embarazada, según el reporte más reciente de Human Rights Watch.

Aurore Bonny  | 26.02.2020 - Actualızacıón : 27.02.2020
Al menos 21 civiles fueron masacrados en Camerún (Archivo Agencia Anadolu)

ANKARA

Las fuerzas del gobierno camerunés y pastores étnicos armados llamados Fulani causaron la muerte de al menos 21 civiles este mes, en la aldea de Ngarbuh, según reportó la organización Human Rights Watch (HRW) en un informe publicado este martes.

El informe señaló que 13 niños y una mujer embarazada estaban entre las víctimas de la masacre del 14 de febrero en el noroccidente de Camerún.

Varias víctimas fueron encontradas quemadas hasta en sus hogares calcinados.

La investigación de HRW encontró que, de 10 a 15 soldados, incluidos miembros del Batallón de Intervención Rápida (BIR), una unidad de élite del Ejército camerunés, y al menos 30 Fulani fueron responsables de las masacres.

Ellos “ingresaron por primera vez a Ngarbuh 1, un vecindario en Ngarbuh, a pie aproximadamente a las 11:00 p.m. el 13 de febrero, saqueando decenas de hogares. Algunas de estas fuerzas llegaron hasta el vecindario de Ngarbuh 2, saqueando casas y golpeando a civiles. Alrededor de las 5:00 a.m. del 14 de febrero, un grupo de soldados y Fulani armados atacaron el vecindario Ngarbuh 3, mataron a 21 civiles en cuatro hogares y luego quemaron las casas”, indicó la ONG citando a un testigo.

HRW mencionó además que revisó imágenes satelitales tomadas antes y después del ataque a Ngarbuh 3 en donde se veían varias casas con daños consistentes y un posible incendio.

Los civiles sospechosos de albergar combatientes separatistas fueron amenazados y atacados como castigo por los militares, según otro testimonio.

“Ya hemos matado niños en Ngarbuh 3, así que también podemos matarte a ti”, dijo un soldado.

El gobierno niega las acusaciones

El informe contradecía la versión de los acontecimientos brindada por el Ministro de Comunicación de Camerún, René Sadi, en un discurso el 18 de febrero.

Según Sadi, se trató una explosión de tanques de combustible que destruyó varias casas y causó la muerte de varias personas tras un enfrentamiento entre terroristas armados y las fuerzas de seguridad del gobierno.

Sin embargo, la explosión fue negada en el informe de HRW. Para las víctimas, los asesinatos fueron deliberados y no se escuchó ninguna explosión.

“Los asesinatos de civiles, incluidos niños, cometidos en condiciones terribles son crímenes atroces que deben investigarse de manera efectiva e independiente y llevar a los responsables ante la justicia”, aseveró Ilaria Allegrozzi, investigadora principal de África de HRW.

Cabe recordar que el ejército camerunés ha sido acusado repetidamente de abusos que el gobierno de este país ha negado.

Sin embargo, para Allegrozzi, negar estos crímenes “se suma al trauma sufrido por los sobrevivientes y solo alentará a las tropas del gobierno a cometer más atrocidades”.

Las víctimas son de etnia fulani que viven en Ngarbuh y sus alrededores, también conocido como “Mbororo”, una comunidad minoritaria en Camerún. Según varios defensores de derechos humanos, son blanco de grupos armados.

Recientemente, un comunicado de la Red de Defensores de Derechos Humanos en África Central (REDHAC) compartido por la prensa local reveló que estas personas están siendo procesadas, entre otras cosas, porque son vulnerables, ubicadas en campamentos remotos y para ajustar cuentas.

Como resultado, alrededor de 11.755 miembros de la comunidad Mbororo han sido desplazados, incluidos 3.755 niños y 246 muertos, mientras que más de 153 millones de francos han sido recolectados en rescate, más de 2.600 reses confiscadas y 470 de sus hogares han sido incendiados por separatistas como parte de la crisis anglófona del país.

*Traducido por Daniela Mendoza.

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