Activista australiano comparte su experiencia en la Flotilla de la Libertad y su conversión al islam
Martin indica que el personal consular que asistía a los activistas reconoció que Israel era el país más difícil de tratar, ya que operaba al margen de las normas internacionales, mientras que otros gobiernos dudaban en exigirle responsabilidades.
ANKARA
El activista australiano pro-Palestina Robert Martin, quien recientemente abrazó el islam, afirma que su apoyo a Palestina y su camino de fe se formaron durante años de activismo y su experiencia a bordo de la Flotilla de la Libertad, que buscaba desafiar el bloqueo israelí a Gaza.
En declaraciones a la Agencia Anadolu (AA), Martin dice que su participación en la causa palestina comenzó hace años tras entablar amistad con un palestino, aunque inicialmente desestimó las versiones sobre las acciones israelíes debido a lo que describió como una confianza en los medios occidentales y las narrativas gubernamentales.
Martin afirma que su participación en la Flotilla de la Libertad en octubre ofreció una visión directa del trato que sufren los palestinos bajo control israelí y asegura que las fuerzas israelíes atacaron la flotilla y que decenas de barcos rodearon y capturaron el barco antes de escoltarlo hasta el puerto de Ashdod.
Señala que él y otros activistas fueron detenidos por las fuerzas israelíes tras el asalto, describiendo el encuentro como agresivo e intimidante. Relata haber enfrentado a personal fuertemente armado al desembarcar y que el grupo fue sometido a abusos físicos, sexuales y psicológicos durante la detención.
Los desnudaron y los cachearon varias veces, lo cual, según Martin, se llevó a cabo de forma burlona, añadiendo que la experiencia ofrecía solo una visión limitada de lo que los palestinos sufren a diario. A pesar de tener un pasaporte australiano, Martin afirmó que no recibió un trato diferente.
“Tenía un pasaporte y un nombre blancos, respaldados por Australia, así que deberían haberme tratado bien. ¿Me trataron bien? Definitivamente no”, dice con sarcasmo y critica al gobierno australiano por no intervenir ni alzar la voz, atribuyendo esta inacción al miedo a Israel.
Martin indica que el personal consular que asistía a los activistas reconoció que Israel era el país más difícil de tratar, ya que operaba al margen de las normas internacionales, mientras que otros gobiernos dudaban en exigirle responsabilidades.
Martin afirma que ha mantenido una estrecha relación con los musulmanes durante unos 15 años y describe sus experiencias de manera positiva. “Todos y cada uno de ellos son personas maravillosas. Todos y cada uno defienden la paz”, dice, añadiendo que todos apoyaban la liberación palestina sin incitar a la violencia.
Comenta que leyó el Corán por primera vez hace una década y lo describió como uno de los libros más profundos que había conocido. En los últimos meses, a través del estudio individual y las lecciones, dice que se sintió más cerca del islam y decidió convertirse.
“Cuando comprendes el significado del libro, cuando comprendes el significado del Corán, cuando comprendes su belleza, cuando comprendes su flexibilidad, su apertura y su bienvenida a todos, me sorprende que no todos sean musulmanes”, explica.
Martin recalca que tiene la intención de seguir hablando públicamente sobre el islam y Palestina, señalando que el silencio ya no era una opción después de lo que presenció. Cree que nunca ha habido un mejor momento para apoyar a Palestina, señalando que el amor global por la causa supera con creces el miedo al gobierno israelí o a sus partidarios.
Martin concluye su entrevista diciendo: “Libertad para Palestina”.
*Traducido por Daniel Gallego.
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