La reubicación voluntaria de refugiados y migrantes venezolanos del estado de Roraima, en el norte de Brasil, a otros estados del país mediante la Operación Acogida, ha mejorado los índices de calidad de vida e integración local. Así lo indicó un estudio financiado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y producido por REACH, una organización que promueve la investigación en el ámbito humanitario.

El programa de reubicación interna se convirtió en el componente prioritario de la Operación Acogida, la respuesta humanitaria del Gobierno Federal de Brasil al flujo de personas venezolanas, que cuenta con el apoyo de Acnur.

El programa consiste en reubicar voluntariamente a los refugiados y migrantes venezolanos que se encuentran en el estado de Roraima, que comparte frontera con Venezuela, a otras regiones de Brasil. Según cifras oficiales, el programa ya reubicó a más de 27.000 personas.

El estudio se titula “Migración venezolana en Brasil: un análisis del programa de Reubicación Interna” y destaca los resultados positivos del programa, tanto para los venezolanos y venezolanas, como para Brasil.

El documento indica que, cuatro meses después de su reubicación, las familias pueden reportar incrementos en sus ingresos de hasta un 230%. En general, los ingresos de las familias venezolanas pasaron de un promedio de 532 reales brasileños (aproximadamente USD 122) en Boavista, capital del estado de Roraima, a 1.758 reales (aproximadamente USD 402), cuatro meses después de la interiorización.

Otros datos indican un aumento del 70% en la ocupación formal de personas venezolanas después de su reubicación de Boavista hacia otras ciudades de Brasil.

“El aumento de los ingresos de los venezolanos tiene un impacto directo en la economía brasileña, ya que los gastos realizados por los refugiados y migrantes del país vecino mueven el comercio local, además de contribuir a la recaudación tributaria en los lugares de destino de las personas reubicadas”, explica Paulo Sérgio Almeida, oficial de medios de vida de Acnur Brasil.

Los niveles de acceso a la educación de los migrantes también se incrementaron después de la reubicación interna, indicó el informe. Mientras que en Boavista el 65% de las familias encuestadas manifestó haber matriculado un hijo o una hija en el sistema educativo, después de la reubicación ese indicador llega al 100% de los entrevistados.

Antes de salir de Boavista, el 86% de la niñez entre los 4 y los 14 años atiende la escuela primaria. Después de la llegada a su nuevo destino, aumentan al 92%. Los expertos observaron la misma tendencia entre los jóvenes de 15 a 17 años que cursan secundaria. Mientras que en Boavista solo el 23% de los jóvenes estudia, después de la reubicación ese porcentaje sube a 30%.

Otro aspecto importante que se destaca en el informe es el acceso a la vivienda. Mientras que en Roraima hay familias venezolanas que viven en situación de calle, todos los refugiados y migrantes que se benefician de la reubicación interna tienen acceso a vivienda. Más del 70% alquila una casa o un apartamento, mientras el resto vive con familiares y amigos o, en casos excepcionales, en albergues. Asimismo, después de la reubicación disminuye el número de familias que vive por debajo de la línea de la pobreza (USD 1,90).

En la parte final, el estudio ofrece algunas sugerencias para mejorar el programa de Reubicación Interna, como la creación de cursos de capacitación en tema de asilo y migración dirigidos a los funcionarios públicos de los municipios de destino y una mejor coordinación en la preparación antes de las llegadas, cuando las personas venezolanas reubicadas desembarcan en su nueva ciudad en Brasil.