A mediodía de este 22 de febrero (hora local) las acciones de la empresa estatal brasileña de petróleos, Petrobras, caían el 19,5% luego de que el presidente, Jair Bolsonaro, anunciara el viernes que el nuevo presidente de la compañía será el general retirado Joaquim Silva e Luna.

“El Gobierno decidió nombrar al Sr. Joaquim Silva e Luna para cumplir una nueva misión, como consejo de administración y presidente de Petrobras, tras el cierre del ciclo, de más de dos años, del actual presidente, el Sr. Roberto Castello Branco", publicó Bolsonaro en una red social el pasado 19 de febrero.

La opinión pública y expertos en economía han descrito esta decisión como una injerencia del Gobierno y como un asomo de una política de control de precios en una empresa estatal independiente al Ejecutivo.

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Aunque este lunes Bolsonaro anunció en un programa de televisión que “nadie va a intervenir en la política de precios de Petrobras”, no solo las acciones de Petrobras siguen cayendo, sino también las de Electrobras (-4,23%) y las del Banco do Brasil (-11,18%), del cual el Estado tiene el 70% de la participación; el Real brasileño se depreciaba 2,60% frente al dólar, y el índice accionario Ibovespa retrocedía casi 5%.

Otra de las declaraciones del presidente que más ha alarmado a los economistas e inversionistas la dio el sábado 20 de febrero, en la que aseguró que él va a “meter el dedo en la energía eléctrica. Si la prensa está preocupada con el cambio de ayer (el nombramiento de Silva), la próxima semana tendremos más”.

Frente a lo anterior, el socio-fundador de la escuela de traders Projeto os 10%, André Machado, aseguró al diario Folha de Sao Paulo que “tenemos la expectativa de que haya injerencia en otras estatales. La expectativa del mercado es que despidan a André Brandao”, presidente del Banco do Brasil.