A 29 años de la invasión a Panamá: Dos versiones sobre la caída de Noriega
Durante el Siglo XX las relaciones entre Estados Unidos y Panamá estuvieron marcadas por el control del Canal, el anticomunismo de la Guerra Fría y el ajedrez político en Centro América.

BOGOTÁ, Colombia
Por: Santiago Peña Aranza
A finales de 1989 el general Manuel Antonio Noriega era el único dictador que quedaba en América Latina. En febrero del mismo año Alfredo Stroessner había caído en Paraguay y el año anterior Augusto Pinochet perdió el plebiscito que le permitiría ser candidato presidencial en Chile.
Noriega, antiguo hombre fuerte de Panamá, tuvo una relación recíproca de complicidad y traición con Estados Unidos, país que finalmente lo terminó llevando a prisión después de invadir su país en diciembre de 1989.
Antecedentes
El famoso novelista Larry Collins, en su obra “Águilas Negras” (1993), dedicada a la CIA y al dictador Noriega, cuenta que este fue cooptado por la agencia de inteligencia norteamericana desde sus primeros años como militar y que incluso esta lo ayudó en su ascenso al poder.
Pero Noriega no solo habría tenido relación con la CIA; también se dice que fue uno de los socios del Cartel de Medellín. En 1988 fue acusado formalmente por un tribunal de EEUU de tráfico de drogas, pero su primer contacto con la organización de Pablo Escobar habría sido en 1981, según contó en el juicio contra el dictador el exteniente coronel Luis del Cid, quien fuera su guardaespaldas por más de 25 años.
La CIA habría conocido sus actividades criminales pero se hizo la de la vista gorda durante un tiempo por los importantes servicios que Noriega les había prestado en sus actividades desestabilizadoras en Centroamérica (por ejemplo en el caso Irán-Contra), pero después el mismo hecho de haber colaborado lo volvería una persona incómoda que sabía demasiado.
Simon Tisdall, columnista de The Guardian, cuenta que aparte de los temas de derechos humanos y de seguridad, George Bush padre “tenía muchos motivos personales para hacerlo desaparecer (a Noriega)”.
Bush fue director de la CIA (1976-1977) y vicepresidente de Ronald Reagan (1981-1989), y por tanto “estaba implicado, debido a su vínculo con Noriega, en operaciones, a menudo ilegales, en las guerras civiles de El Salvador y Nicaragua” [1].
“Cara de Piña”, como también le llamaban al dictador por las cicatrices del acné, también habría ayudado “a frenar la influencia de Cuba, y por tanto de la Unión Soviética, en la región”.
Curiosamente, y pese a esto, en 1986 Fidel Castro defendió a Noriega de las acusaciones de narcotráfico hechas por EEUU y las calificó como “una campaña de desestabilización propiciada por el gobierno norteamericano”, con el objetivo de impedir el cumplimiento del tratado firmado por Omar Torrijos y Jimmy Carter en 1977 que garantizaba la devolución del Canal de Panamá el último día de 1999 [2].
Fidel también dijo que era “una bajeza increíble” que el senador estadounidense Jesse Helms dijera que Noriega había participado en la extraña muerte de Omar Torrijos en 1981.
Noriega fue juzgado en Miami dos años después de ser derrocado y fue hallado culpable de narcotráfico y lavado de dinero en un juicio raro en el que el tribunal no le permitió a su equipo de defensa presentar pruebas “para demostrar que la CIA estaba detrás de sus acciones, que había recibido dinero del Gobierno de los Estados Unidos, que conocía las operaciones que EEUU había impulsado en Centro América y que tenía contactos con altos cargos como Bush y que, además, estos estaban informados de las decisiones que había tomado durante la dictadura” [3].
Noriega negó las acusaciones en su contra hasta el día de su muerte.
¿Operación Causa Justa?
En 1984 las relaciones entre Noriega y EEUU empezaron a deteriorarse porque este cerró en Panamá el Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad, que funcionaba desde 1946, más conocido como la Escuela de las Américas, una academia donde los militares latinoamericanos recibían formación política anticomunista por parte del Pentágono.
Sin embargo, la decisión de la invasión tiene dos justificaciones:
La oficial, en la que las causas serían proteger la vida de los soldados estadounidenses (un soldado estadounidense murió asesinado en un retén), capturar a Noriega por sus supuestos vínculos con el narcotráfico y fomentar el regreso de la democracia al país.
Y la no oficial, que afirma que Estados Unidos buscaba desestabilizar el país para garantizar el control del Canal después del año 2000 y acabar los contactos del Gobierno panameño con Japón, que pretendía construir una ampliación del Canal, lo que les daría presencia a los nipones en Centro América y una posición de poder sobre el comercio mundial.
Esta teoría se basa en un documento “Secreto-Sensitivo” del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU conocido en 1989 por Julio Yao Villalaz, diplomático de carrera y exasesor del general Omar Torrijos, que decía textualmente:
“Nuestro objetivo es desestabilizar el país sin arriesgar nuestra presencia e influencia allí, y al mismo tiempo tener una base legítima para abrogar los Tratados Torrijos-Carter”, Memorandúm Secreto-Sensitivo del Consejo de seguridad Nacional, 8 de abril 1986.
Villalaz, en la introducción de una entrevista que le hizo a Noriega para La Estrella de Panamá en 1993 [4], cuenta que los contactos con Japón fueron iniciados por Omar Torrijos y profundizados por “Cara de Piña”, ya que ambos buscaban “contrapesar la influencia de EEUU” en el istmo.
El exdiplomático acusa a la CIA de asesinar a Torrijos en 1981 (en un extraño accidente aéreo) por su negativa de suspender los contactos de Japón y, en esa misma línea, esa versión de la historia argumentaría que Noriega, dictador sanguinario y lo que se quiera, también habría sido una víctima de los norteamericanos.
Así entonces, el 20 de diciembre de 1989, por orden del presidente George H. W. Bush, el entonces jefe del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos, el general Colin Powell, impulsó la operación “Causa Justa”, en la que desplegó 27.000 soldados en Panamá, que lograron en 14 días la entrega del general Noriega.
Las cifras oficiales hablan de 500 muertos, pero organizaciones de derechos humanos ubican la cifra en 3.000, sumando soldados y civiles.
En noviembre de este año, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos le pidió a Estados Unidos resarcir a las víctimas.
Por su lado el Estado panameño conformó en 2016 la Comisión 20 de Diciembre de 1989 para contar e identificar a las víctimas y buscar la reconciliación. El informe resultado de su trabajo deberá ser presentado en mayo de 2019.
¿Qué pasó con el Canal de Panamá… y con el de Nicaragua?
En diciembre de 1999, Estados Unidos le entregó a Panamá el control del Canal, tal como lo establecía el Tratado Torrijos-Carter, pero logró impedir que Japón consiguiera sus objetivos.
Finalmente este se amplió, pero fue hasta 2007 cuando comenzaron las obras, que terminaron en 2016.
Según cifras de la Administración del Canal de Panamá, Estados Unidos, China, Japón, Chile y México son los países que más lo usan; por eso el pasado interés de los nipones en su ampliación.
China también tiene intereses en esa zona comercial estratégica. De ahí la posibilidad de que se abra otro canal en Nicaragua. De hecho el gobierno de Daniel Ortega le entregó la concesión en 2013 al grupo chino HKND, para la construcción y el manejo de la obra por 50 años.
Sin embargo, este proyecto, que debería ser inaugurado en 2020, ha tenido muchas dificultades: la falta de solvencia del grupo chino, falta de claridad en los estudios técnicos, protestas de los ambientalistas y la grave crisis social y política que vive Nicaragua desde abril de 2018.
De otro lado, el inicio de las relaciones diplomáticas entre China y Panamá (2017), así como la adhesión del país centroamericano a la iniciativa de Xi Jinping de la “Ruta de la Seda” (un corredor económico entre Oriente y Occidente), parecen sepultar totalmente el sueño nicaragüense, a la vez que sitúan a Panamá en medio de una especie de “Guerra Fría” comercial entre China y Estados Unidos.
*Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.
[1] Noriega, el dictador de la CIA que sabía demasiado (mayo de 2017), en: https://www.eldiario.es/theguardian/Noriega-hombre-sabia-demasiado_0_649185919.html
[2] Castro defiende a Noriega y a las fuerzas armadas de Panamá (julio de 1986), en: https://elpais.com/diario/1986/07/02/internacional/520639209_850215.html
[3] Noriega, el dictador de la CIA que sabía demasiado (mayo de 2017), en: https://www.eldiario.es/theguardian/Noriega-hombre-sabia-demasiado_0_649185919.html
[4] La invasión: entrevista a Noriega sobre Japón (I) (abril de 2017), en: http://laestrella.com.pa/opinion/columnistas/invasion-entrevista-noriega-sobre-japon/23994045
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