WASHINGTON DC

23 profesores de economía, incluidos premios Nobel de importantes universidades de Estados Unidos y Europa, escribieron una carta al gobierno israelí exigiendo el fin de cualquier política que agrave el hambre en la Franja de Gaza.

Entre estos profesores economistas, Daron Acemoğlu, Angus Deaton, Peter Diamond, Esther Duflo, Claudia Goldin, Eric Maskin, Roger Myerson, Edmund Phelps, Christopher Pissarides y Joseph Stiglitz han recibido premios Nobel.

«Les escribimos para expresar nuestra urgente preocupación por el hambre generalizado en Gaza y el plan del gobierno israelí de acorralar a civiles en una supuesta “ciudad humanitaria”», empieza la carta, la cual exige el fin inmediato de cualquier política que agrave la situación de hambre generalizada.

También exige el restablecimiento de la asistencia alimentaria y médica adecuada, el abandono definitivo de los planes de establecer campamentos para civiles en Gaza, la emisión de una declaración oficial que rescindiera todas las propuestas de contención y control de la población y reafirmara el compromiso de Israel con los derechos humanos y el derecho internacional.

La carta solicitaba que el gobierno israelí busque, activamente y de buena fe, un acuerdo de alto el fuego que mejore la situación humanitaria, devuelva a los prisioneros y punga fin al conflicto, enfatizando que solo así Israel podría prevenir el hambre generalizado, preservar su estructura democrática y asegurar sus perspectivas económicas a largo plazo.

Asimismo, instaba a los líderes occidentales a trabajar activamente para garantizar la implementación de estas políticas y recuerda que, en las últimas semanas, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas advirtió que aproximadamente un tercio de los 2,1 millones de habitantes de la región había pasado días sin comer y que los precios de mercado de los alimentos básicos en Gaza eran diez veces más altos que hace tan solo tres meses.

En la carta, los firmantes advierten que la presunta “ciudad humanitaria”, propuesta bajo el pretexto de ayuda humanitaria, reubicaría a cientos de miles de residentes de Gaza en una zona restringida, privándolos de su libertad de movimiento y de su dignidad humana fundamental.

“Es inconcebible que Israel considere a los civiles como una carga que debe ser controlada en lugar de considerarlos seres humanos con derecho a condiciones de vida dignas”, afirma.

*Traducido por Daniel Gallego.