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¿Puede el Cáucaso convertirse en una región pacífica y próspera?

La presencia militar de Turquía en el sur del Cáucaso y su postura positiva a la hora de establecer relaciones con Armenia ofrecen una oportunidad para rehacer el futuro de la región.

Araz Aslanlı  | 21.02.2021 - Actualızacıón : 22.02.2021
¿Puede el Cáucaso convertirse en una región pacífica y próspera? Azerbaiyanos se reúnen en la Plaza Azadlig para ver el Desfile de la Victoria que se realiza para conmemorar la victoria del ejército azerbaiyano en Nagorno-Karabaj, en Bakú, Azerbaiyán, el 10 de diciembre de 2020. (Behlül Çetinkaya - Agencia Anadolu)

Estambul

Por: Araz Aslanlı

Los resultados de la última guerra entre Azerbaiyán y Armenia, a finales de 2020, no solo son importantes para el problema del Alto Karabaj, sino para el sur del Cáucaso, Eurasia e incluso el mundo entero.

Los 44 días que duró la guerra han demostrado lo artificial que era el estatus quo que Armenia, su lobby y países terceros pretendieron establecer entre 1988 y 1994. Así mismo, han evidenciado que los resultados de la primera guerra no fueron fruto del equilibrio de fuerza entre ambas naciones, sino de la intervención de fuerzas externas.

Varios sectores coinciden en que de no ser por la intervención diplomática de Rusia el 10 de noviembre del año pasado para detener los enfrentamientos armados, Azerbaiyán habría recuperado la totalidad de sus territorios ocupados por Armenia y expulsado a los soldados armenios de ellos.

La Turquía de hoy tampoco es la de 1990 cuando sus burócratas seguían mirando a Rusia como a la Unión Soviética de después de la Segunda Guerra Mundial. Actualmente el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, es capaz de comunicar a su homólogo ruso, Vladimir Putin, las líneas rojas de Turquía respecto al problema del Alto Karabaj y mostrar su determinación a intervenir si estas son traspasadas.

Los cambios de Turquía

Turquía tampoco es ahora aquel primer frente de la OTAN ante Rusia en la década de los 90. Hoy, es un candidato a convertirse en aliado de Moscú y un país capaz de colaborar y cooperar con esta en diferentes regiones del mundo.

A principios de los 90, Occidente ganaba los terrenos que Rusia perdía, mientras que Turquía permanecía como espectador.

En cambio, en 2020, por primera vez un país, Azerbaiyán, del entorno exsoviético ganaba una guerra contra una fuerza apoyada por Rusia, mientras que Turquía se encontraba del lado ganador y Occidente se quedaba de espectador. Durante el conflicto, Turquía y Rusia apoyaron a sus aliados sin enfrentarse el uno con el otro.

Durante años, se suponía que Rusia, Estados Unidos y Francia debían solucionar el conflicto armenio azerí. Hoy, los países que van a solucionar el problema siguen siendo tres, pero los dos últimos han sido relevados por Turquía y Azerbaiyán. Los países extremadamente molestos por este cambio siguen siendo Irán, Francia y Estados Unidos.

La presencia militar de Turquía en el sur del Cáucaso y su postura positiva a la hora de establecer relaciones con Armenia ofrecen una oportunidad para rehacer el futuro de la región.

La ruta Turquía-Armenia-Azerbaiyán aportaría una nueva dinámica a la región y a las rutas existentes: Azerbaiyán-Georgia-Turquía y Rusia-Azerbaiyán-Irán. Así mismo, las visiones comunes de Rusia y Turquía hacia Eurasia podrían contribuir a la solución del problema del Alto Karabaj y al futuro del sur del Cáucaso.

Las posibilidades de una paz permanente en el sur del Cáucaso

En este sentido, hay que tener cuidado y no permitir que actores terceros intervengan y provoquen las relaciones bilaterales entre Turquía y Azerbaiyán, Azerbaiyán y Rusia, y Rusia y Turquía.

Las áreas de conflicto de interés entre Rusia y Turquía no son pocas. Sin embargo, ambos son objetivo de las mismas amenazas y saben que una relación mala entre ellos podría debilitarles ante estas amenazas.

Las posibilidades de una paz permanente en el sur del Cáucaso aumentan cuando estos dos países se centran en sus intereses comunes y dejan a lado sus diferencias. Pero para que esto suceda, Armenia tiene que sacar las conclusiones adecuadas y correctas de la guerra de 44 días con Azerbaiyán y dejar de ser el títere de fuerzas y países terceros.

*Araz Aslanli es el director del Departamento de la Academia Estatal de Aduanas de Azerbaiyán y también es jefe del Centro del Cáucaso para Relaciones Internacionales y Estudios Estratégicos (QAFSAM)]

*Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.

*Traducido por Daniel Gallego.

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