¿Por qué se considera que la seguridad en el Capitolio de EEUU el 6 de enero fue “un fracaso”?

Por: Carmen Rodríguez

Una “falla catastrófica”. Así calificó la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, la reacción de la seguridad del Capitolio ante la irrupción de los partidarios del saliente presidente estadounidense, Donald Trump.

La funcionaria defendió a la policía local y centró sus críticas en la falta de una reacción rápida de parte de los cuerpos de seguridad federales, que son quienes están a cargo de garantizar la estabilidad en uno de los edificios más importantes del país.

“El Congreso debe crear una comisión bipartidaria, especial, para que pueda entender por qué falló la seguridad el miércoles, para que esto no vuelva a pasar y para garantizar que la gente tanto del edificio como de la ciudad van a estar seguras. El Congreso debe entender por qué la falla de seguridad fue catastrófica”, dijo Bowser en una conferencia de prensa.

A las críticas se suma la opinión no solo de los residentes de DC sino en general de muchos estadounidenses, quienes cuestionan la diferencia entre cómo se trató a los seguidores de Trump el 6 de enero y cómo fueron tratados los manifestantes que se pronunciaron en contra del racismo en el país y de los asesinatos de personas de color cometidos por policías.

“La manera en cómo se trató una marcha de personas blancas que con violencia ingresaron al Capitolio es totalmente diferente a como se trató o se reaccionó a las marchas del movimiento de ‘Black Lives Matters’. Si los que ingresaron al edificio hubiesen sido personas de color, la reacción no hubiera sido la misma”, dijo a la Agencia Anadolu Bryant Lazo, un joven residente de DC.

La alcaldesa Bowser se sumó a las críticas poco tiempo después de que la Policía local y la Guardia Nacional intervinieran y fue de las primeras en señalar que la reacción a las marchas de junio pasado y los hechos de violencia del 6 de enero no fue la misma.

“Lo que pasó el miércoles es lo que el presidente Trump quiso que pasara. La Policía del Capitolio no tenía que haber permitido que la gente ingresara al edificio rompiendo ventanas, aterrorizando a la gente e intimidando a los empleados y a los senadores. Esto debería de molestarnos a todos”, señaló Bowser.

Las críticas arreciaron cuando empezaron a circular en las redes sociales fotografías en las que aparecen policías de la seguridad del Capitolio en selfies con los manifestantes y seguidores de Trump. Pero, además, muchos criticaron la poca presencia policial cuando la seguridad del Congreso sabía que la marcha se dirigía al recinto.

Las quejas también las hicieron los miembros del Congreso. Nancy Pelosi, líder de los demócratas en la Cámara de Representantes, dijo que el jefe de la Policía del edificio informó de lo que sucedía hasta que los manifestantes ya estaban adentro del inmueble.

Además, el miércoles por la noche circuló información local que indicaba que el presidente Trump se negó a ordenar la intervención de la Guardia Nacional para controlar la revuelta del Capitolio. Quien dio la orden para la intervención y el apoyo militar fue el vicepresidente Mike Pence, quien se encontraba adentro del edificio.

En junio pasado, durante la marcha en contra del racismo, no pasaron ni dos horas para que Trump ordenara la intervención de la guardia militar para desalojar a los manifestantes de los alrededores de la Casa Blanca.

Tras las críticas y los reclamos, el jefe de la Policía del Capitolio, Steven Sund, renunció a su cargo este jueves por la tarde, mientras que el congresista Tim Ryan dijo que ante “la enorme falla” de la seguridad en el Congreso habrá despidos de quienes no cumplieron con garantizar la seguridad del lugar.

El jefe de la Policía de Washington DC, Robert Contee, dijo que de haber habido más policías federales del cuerpo de seguridad del Congreso en el segundo cordón de seguridad, hubiese sido más fácil dispersar a los manifestantes y evitar que ingresaran por la fuerza al edificio.

Contee señaló que la Policía de DC no podía reaccionar en el perímetro que le corresponde porque ahí los manifestantes no habían usado la violencia. “No se puede declarar que hay una revuelta sin que haya violencia”, dijo el jefe policial.

Terrorismo doméstico

En la mañana de este miércoles, cuando miles de personas empezaron a congregarse en las calles de Washington DC en contra del supuesto robo de las elecciones, Trump y su abogado, el exalcalde Rudolph Giuliani, alentaron a las turbas para que impidieran la certificación de los resultados de las elecciones que se realizaría en el Congreso.

“Vamos a tratar incluso mediante el combate”, agitó Giuliani. Mientras que Trump les dijo a sus seguidores: “No se puede recuperar el país con debilidad, tienen que ser fuertes”.

Los demócratas consideran que estas palabras fueron parte de los detonantes para que los manifestantes que apoyan al presidente y la teoría del supuesto fraude electoral irrumpieran violentamente en el Congreso.

Ver también: Medios estadounidenses culpan a Trump por el asalto al Capitolio de EEUU

Tanto las autoridades de la Alcaldía como de los cuerpos de seguridad federal y local han señalado que los responsables de los hechos de violencia serán perseguidos y acusados. De hecho, la Policía de DC difundió imágenes de personas que ya han sido identificadas en hoteles y establecimientos de la ciudad para proceder con los arrestos.

Los delitos que enfrentarán las personas que sean detenidas y vinculadas con los hechos del miércoles en el Capitolio son de terrorismo doméstico, daños a propiedad federal y desórdenes en propiedad federal, entre otros.

La alcaldesa Bowser señaló que su oficina y la Policía de DC están trabajando “para tomar las medidas” para garantizar la seguridad en el Día de la Inauguración, en el que Joe Biden tomará posesión de la presidencia.