¿Por qué Chile no ratificará el acuerdo ambiental de Escazú que él mismo impulsó para América Latina?
El gobierno de Sebastián Piñera argumenta que el Acuerdo podría exponer su soberanía en tribunales internacionales y asegura que el problema está en la forma en que quedó escrito el texto final.
CHILE
Por: Andrea Aguilar Córdoba
Sorpresa y desazón causó entre ambientalistas la decisión del Gobierno chileno de no adherirse el acuerdo que propuso, junto a Costa Rica, en el 2012 y que impulsó durante seis años, antes de empezar a mostrar reticencia a ratificar el documento, que constituye el acuerdo por la transparencia y la información ambiental más importante para América Latina.
La Agencia Anadolu conversó con defensores del medioambiente y expertos que cuestionan las razones por las que Chile se marginó del ambicioso acuerdo, cuya fecha para adherirse culmina el próximo 26 de septiembre, y que entrará en vigencia cuando 11 países lo hayan firmado.
“Lamentamos profundamente la decisión del Gobierno de Sebastián Piñera de no firmar el acuerdo por los derechos humanos y el medioambiente más importante de los últimos 20 años. Nos parece inaceptable que faltando cinco días para el cierre del proceso se dé esta respuesta oficial, y que además se le cierra las puertas a un acuerdo donde estuvimos colaborando durante más de seis años”, señaló Sebastián Benfeld, líder de campaña Escazú Ahora Chile.
Y es que desde el 2018 el Gobierno de Piñera empezó a dar muestras de no querer ratificar el acuerdo, argumentando que podría exponer su soberanía en tribunales internacionales en momentos en los que sostenía un litigio ante la Corte Penal Internacional con su vecino Bolivia por la salida al mar. Esta es una de las razones presentadas en los últimos días para justificar esta decisión.
“De aprobarse Escazú, Chile puede ser arrastrado a tribunales internacionales y, por ende, verse afectada su soberanía por supuestos incumplimientos de obligaciones ambientales muy imprecisas. Algo que hoy no ocurre”, señaló el canciller chileno, Andrés Allamand.
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Hasta el momento hay nueve países que lo han ratificado, entre los que se encuentran Uruguay, Ecuador, Bolivia y Panamá. Mientras que países como Argentina, Colombia, México y Perú están en proceso de ratificación. No obstante, la ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt, aseguró que el problema no es el fondo del acuerdo, sino la redacción y las ambigüedades que podría generar su firma.
“El problema de Escazú no está en las temáticas que aborda, el problema no está en el acceso a la información, no está en la participación ciudadana ni en la justicia. El problema está en la forma en que quedó escrito el texto final, la ambigüedad y la amplitud en que quedó”, aseguró Schmidt.
Sin embargo, para Benfeld, quien también es joven campeón de Escazú por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) -una iniciativa en la que se escogieron cinco jóvenes de América Latina para impulsar el acuerdo en sus países-, los argumentos del Gobierno de Piñera no son claros ni convincentes.
“Lo que pareciera ser que hay es una postura política en un Gobierno al que le cuesta proteger los derechos humanos y ambientales de todas las personas. Puede que el garantizar derechos para las personas y no para las industrias contaminantes sea lo que ha puesto trabas para conseguir las firmas del tratado”, aseguró Benfeld a la Agencia Anadolu.
La contradicción de Piñera
La polémica por la confirmación de que Chile no ratificará el Acuerdo de Escazú coincidió con la intervención del presidente Sebastián Piñera ante Naciones Unidas, en la que hizo una férrea defensa de la preservación del medioambiente, mientras la oposición y los ambientalistas criticaban lo que consideraban un doble discurso en su propio país.
“Es realmente lamentable la pérdida de un liderazgo que tanto nos costó encontrar y eso también debilita el multilateralismo de la región, en donde entendemos que para enfrentar estos problemas globales requerimos participación. Queda mal Chile, como un país que se autoadula y que se autoasigna liderazgos, pero que en la práctica no lleva a cabo”, señaló el exministro de Medio Ambiente chileno Marcelo Mena a la Agencia Anadolu.
Según Mena, el Gobierno de Sebastián Piñera se vanagloria de ser líder climático, pero estuvo al frente de una presidencia de la COP 25 que no logró los resultados esperados. Una opinión compartida por el director de Greenpeace en Chile, Mateo Asun.
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“El Gobierno expuso el acuerdo de Escazú como argumento para conseguir la sede de la COP25. Bueno, resulta que todo fue un engaño. Una publicidad engañosa que finalmente hoy se sincera. Sentimos la decepción de quien ha sido engañado por largo tiempo”, señaló Asun.
Para los ambientalistas chilenos el Acuerdo de Escazú es el primer acuerdo en América Latina que pretende dar una respuesta a un conflicto que se extiende en una región en la que, durante el 2019, se asesinaron a 148 personas por defender las zonas protegidas, por lo consideran que la negativa del Gobierno de Piñera a ratificar el texto es una oportunidad perdida.
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