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¿Por qué Beto Freitas es considerado el George Floyd brasileño?

La muerte de un ciudadano negro tras la brutal golpiza que recibió de los encargados de seguridad blancos de un supermercado provocaron reacciones antirracistas en todo el país. ¿Qué puede cambiar en la sociedad brasileña?

Federico Cornali  | 01.12.2020 - Actualızacıón : 03.12.2020
¿Por qué Beto Freitas es considerado el George Floyd brasileño? RÍO DE JANEIRO, BRASIL - NOVIEMBRE 22, 2020: Los manifestantes protestaron en memoria de Joao Alberto Silveira Freitas, quien fue golpeado hasta morir por dos empleados de Carrefour en Río de Janeiro, Brasil el 22 de noviembre de 2020. (Fabio Teixeira - Agencia Anadolu)

SAO PAULO, Brasil

Por: Federico Cornali

Horas antes de la celebración por el Día de la Conciencia Negra en Brasil, dos encargados de seguridad del supermercado Carrefour de Passo d’Areia, en Porto Alegre, Río Grande do Sul, le dieron una golpiza a Joao Alberto Silveira Freitas, un ciudadano negro de 40 años, quien no soportó el castigo y murió asfixiado.

Las imágenes registradas por los celulares de algunos testigos en el lugar enseguida le dieron la vuelta al mundo y, debido a la brutalidad y a la carga racista del acto (los guardias eran blancos), fueron comparadas con las del asesinato de George Floyd en Minneapolis, Estados Unidos, a manos de cuatro policías locales.

Además de la brutalidad de ambos actos, los pedidos de clemencia de Floyd y Beto Freitas, como le decían al brasileño, son similares. “No puedo respirar”, dijo el afroamericano segundos antes de su muerte, mientras era sofocado por la rodilla del agente Derek Chauvin. La frase se convirtió en uno de los principales mensajes de las multitudinarias protestas antirracistas que se llevaron a cabo en Estados Unidos y en todo el mundo. “Sin hacer escenitas”, le decían a Freitas mientras intentaba sobrevivir a las agresiones que le propinaron, durante más de cinco minutos, Magno Braz Borges y Giovane Gaspar da Silva, un policía militar que estaba haciendo un trabajo extra en la custodia del supermercado.

“Según los peritos médicos legales que analizaron el cuerpo de la víctima, de forma interna y externa, la causa del fallecimiento fue asfixia”, dijo horas después la delegada Roberta Bertoldo. De acuerdo con lo que se puede ver en las cámaras de seguridad del supermercado y el testimonio de la esposa de Freitas, Milena Borges Alves, el cliente tuvo una discusión con la cajera del establecimiento; luego, cuando era acompañado hacia la salida por Braz Borges y Da Silva, tras algunas discusiones, intentó agredir a los guardias. Eso desencadenó la reacción de los encargados de seguridad, que terminó con la muerte de Beto.

Los dos colaboradores del supermercado están bajo arresto, a la espera de una sentencia, mientras que la supervisora del establecimiento, que también presenció el acto e incluso intentó quitarle el celular a los testigos que grababan las imágenes, aún debe definir su situación judicial. “El equipo de Homicidios está chequeando la participación de otros empleados del establecimiento, debido a que la omisión también es una forma de colaborar con la agresión, que terminó en muerte”, explicó la delegada Bertoldo.

Horas después del incidente, la cadena de supermercados publicó una nota oficial en la que afirmaba que “ningún tipo de violencia e intolerancia es admisible. No vamos a aceptar este tipo de situaciones y nos sentimos profundamente consternados con lo que sucedió; estaremos colaborando en todo lo que nos sea posible con la investigación por parte de las autoridades locales”. Además, la empresa anunció que donará USD 5 millones para fomentar acciones para luchar contra el racismo en Brasil. Sin embargo, la reacción de la marca fue recibida de una manera contraria a la esperada. 

Además de las manifestaciones en las cuales tildaban al supermercado de “racista” y “asesino”, hubo invasiones a la tienda, quemas de algunos objetos del estacionamiento y hasta mensajes con aerosol pintados en la parte externa del edificio.

De acuerdo con las estadísticas que trabajaron, en conjunto, los periódicos Folha, de Brasil, y Washington Post, de Estados Unidos, y considerando los porcentajes de ciudadanos negros en cada país, la tasa de mortalidad de negros a manos de policías es cinco veces más alta en el país sudamericano. Vale destacar que en Brasil la presencia de policías militares activos (como el caso de Gaspar da Silva) en otros cargos remunerados está prohibida por la Constitución Nacional. Sin embargo, estas “ganancias extras” en las horas de descanso son comunes entre los efectivos.

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A partir del asesinato de Freitas, las protestas antirracistas se hicieron sentir en varias capitales de Brasil, sobre todo 24 horas después del hecho, durante el Día de la Conciencia Negra, demostrando que el país no está dispuesto a quedarse callado frente a actos de este tipo.

“No podemos ponernos a comparar una muerte con la otra, porque todas duelen por igual, todas son pérdidas irreparables. Sin embargo, sí podemos decir que el caso de Beto Freitas fue más salvaje”, opina José Vicente, rector de la Universidad Zumbi dos Palmares, una institución dedicada a la inclusión, capacitación y protagonismo de los ciudadanos negros en la sociedad brasileña.

“Hace tiempo que venimos alertando a la sociedad sobre el crecimiento de la violencia contra la juventud negra y pobre, como también sobre el racismo que se vive en empresas que brindan atención al público, como supermercados, shoppings y otras grandes tiendas, donde se practica la humillación verbal y la tortura”, agregó Vicente, quien también integra la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos Dom Paulo Evaristo Arns. “Pero el racismo al estilo brasileño parece seguir su camino, impávido, degradando a la sociedad como un todo y a los individuos”.

Al profundizar sobre la comparación entre el caso Floyd, en Minneapolis, y el de Freitas, en Porto Alegre, el rector no tiene dudas. “El caso de Freitas fue mucho más brutal. Cuando analizas lo que pasó con Floyd en las imágenes, notarás que el policía asumió el riesgo al no considerar el pedido de la víctima, que no conseguía respirar. Lo que pasó en Carrefour con Freitas fue una acción activa, con continuidad e intensidad, durante varios minutos. Se demostró la disposición del guardia de matar o, como mínimo, provocar serios daños físicos”, sostuvo Vicente.

Pero las reacciones por la muerte de Freitas no estuvieron limitadas a las fronteras brasileñas. “La muerte de Freitas es un ejemplo extremo, pero lamentablemente muy común, de la violencia que sufren los negros en Brasil. Este acto deplorable, ocurrido en la víspera del Día de la Conciencia Negra, debe ser condenado por todos”, comunicó Ravina Shamdasani, vocera de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

“El Gobierno brasileño tiene la responsabilidad de reconocer el problema persistente del racismo en el país, pues este es el primer paso para resolverlo”, agregó el comunicado firmado por la expresidenta de Chile, que apunta directamente contra Jair Bolsonaro y, sobre todo, contra su vicepresidente Hamilton Mourao, quien dijo que “en Brasil no existe el racismo” cuando le preguntaron por la muerte de Freitas.

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Por otra parte, Lewis Hamilton, heptacampeón de la Fórmula Uno, también se manifestó acerca de la muerte de Freitas en el Carrefour de Porto Alegre. “Estoy devastado tras oír la noticia de otra vida negra perdida. Sigue sucediendo y tenemos que luchar para que se detenga. Mis pensamientos y oraciones están contigo, Brasil. Descansa en paz, Joao Alberto Silveira Freitas”, escribió el piloto en sus redes sociales.

“Lamentablemente, más allá de que se hayan puesto los ojos sobre el racismo en Brasil con el asesinato de Freitas, es difícil que algo cambie inmediatamente porque este tipo de castigos brutales de blancos contra negros demuestra que seguimos viviendo un período de barbarie, justamente a causa de este genocidio incesante de la población negra. El sentimiento es que este racismo institucional es incansable, porque podemos observar una naturalización y un desdén por la figura de los negros”, dice Julio Cesar Santos, director del Instituto Luiz Gama.

“El mensaje detrás de esta repetición de agresiones es que podría ser yo, mi hermano, mi tío o un amigo. Pero no se trata de miedo; es una angustia permanente. Se convierte en miedo recién a la hora de pasar por la puerta giratoria de un banco, cuando el patrullero de la policía pasa lentamente a tu lado por la noche. El terror llega cuando te enteras de los números de muertos por racismo, que empeoran desde hace 10 años, y todas las víctimas tienen un poco de mí”, expresa Dennis Pacheco, investigador del Fórum Brasileño de Seguridad Pública.

Según el departamento de informática del Sistema Único de Salud de Brasil (DataSUS), hubo un crecimiento del 59% en la mortalidad de personas negras por violencia física en los últimos ocho años. Durante el mismo periodo, el aumento de víctimas blancas por el mismo motivo fue de 1,3%. Los números parecen hablar por sí solos.

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