En Chile dos iglesias fueron quemadas durante unas protestas
Las marchas por el aniversario del estallido social en Chile se tornaron violentas hacia la tarde y se registraron varios saqueos.

Colombia
En medio de la conmemoración del primer aniversario del estallido social en Chile, las marchas que se habían desarrollado desde la mañana se tornaron violentas y han terminado en la quema de dos iglesias y varios saqueos.
La primera iglesia en ser incendiada fue la de San Francisco de Borja, que es usada frecuentemente por la Policía de los Carabineros en ceremonias.
Horas después, la Iglesia de la Asunción, con más de un siglo y medio de antigüedad, resultó envuelta en las llamas.
Las iglesias se encontraban en los alrededores de la Plaza Italia, en la ciudad de Santiago, el epicentro de las concentraciones de los manifestantes que recordaron las masivas protestas que hace un año causaron la muerte de 34 personas.
Medios locales reportaron además que encapuchados realizaron saqueos a diferentes locales cercanos.
El ministro del Interior, Víctor Pérez, calificó los hechos como “una expresión de brutalidad” y dijo que el Gobierno “tiene conciencia de que los grupos violentos van a tratar de seguir actuando y generando daños y perjuicios”.
La Policía de los Carabineros ordenó para las protestas el despliegue de 40 mil oficiales, que supervisarán las protestas con nuevos equipos “disuasivos”.
Además de Santiago, también se realizaron manifestaciones en Valparaíso, Viña del Mar, Antofagasta y Concepción.
El aniversario se da ocho días antes de que se realice el histórico referendo que definirá si se va a cambiar o no la Constitución que fue forjada en los tiempos de la dictadura de Augusto Pinochet.
Las movilizaciones, que han sido las más importantes desde el fin de la dictadura, fueron causadas por el aumento del pasaje del Metro, pero se extendieron rápidamente en contra de diferentes problemáticas que aquejan al país.
Ver también: Manifestantes se toman las calles de Chile en el aniversario del estallido socialLos manifestantes se oponían al modelo neoliberal impulsado por el Gobierno, la desigualdad social y económica, los abusos de poder, la corrupción y el aumento del desempleo.
Al menos 34 personas murieron como resultado del estallido social en Chile, mientras que otras 3.400 fueron hospitalizadas.
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