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La economía de Japón se contrajo inesperadamente en una tasa real anualizada del 1,2% en el tercer trimestre de este año, según informó la agencia de noticias japonesa Kyodo News.

Se trata de la primera contracción en cuatro trimestres luego de que las importaciones aumentaran y el consumo privado se ralentizara debido a la pérdida de confianza a raíz de la aceleración de la inflación.

La cifra de crecimiento se registró en contra del pronóstico promedio del mercado de una expansión del 1,2% en una encuesta de Kyodo News. Un mal augurio para el Gobierno del primer ministro Kishida Fumio, el cual recientemente elaboró ​​​​un paquete económico para aliviar la carga de la inflación sobre los hogares.

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El producto interno bruto real, ajustado por la inflación, cayó un 0,3% respecto al trimestre anterior, según datos preliminares publicados por la Oficina del Gabinete.

La contracción, que se produjo tres meses después de que el PIB de Japón se recuperara a sus niveles previos a la pandemia, subraya la fragilidad de la tercera economía más grande del mundo, con tasas de crecimiento potencial persistentemente bajas.

La aceleración de la inflación, que ha superado el objetivo del 2% del Banco de Japón, ha pesado sobre la confianza del consumidor y llega en un mal momento para Japón, cuya recuperación económica ha sido más lenta que la de sus pares globales.

Un aumento en las importaciones puede funcionar como negativo para el PIB, que mide el valor total de los bienes y servicios creados en un país, mientras que el aumento de los costos de la energía, exacerbado por la guerra en Ucrania, ha asestado un duro golpe a la economía de Japón.