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Guerra de gas natural: Europa se convierte en campo de batalla entre EEUU y Rusia

La UE, un mercado lucrativo para las exportaciones de energía, enfrenta a Estados Unidos y a Rusia entre sí por un controvertido proyecto de oleoducto.

Bahattin Gönültaş  | 14.01.2019 - Actualızacıón : 15.01.2019
Guerra de gas natural: Europa se convierte en campo de batalla entre EEUU y Rusia (Archivo Agencia Anadolu)

BERLÍN

Si Estados Unidos impone sanciones al gasoducto Nord Stream 2 (NS2) respaldado por Alemania y Rusia, esto sería considerado como una “interferencia política inaceptable” en la política energética de Europa e incluso podría ser “contraproducente”, según advirtieron expertos y líderes alemanes.

El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, dijo el pasado jueves que las sanciones de Estados Unidos al NS2 serían la manera incorrecta de resolver una disputa sobre el suministro de energía y afirmó que “las cuestiones del suministro de energía en Europa deberían decidirse en Europa”.

Los comentarios de Maas se produjeron en respuesta a las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a principios de este año cuando aseguró que Alemania se “liberaría” de la relación energética con Rusia. Estos comentarios fueron seguidos a fines de la semana pasada por una declaración del secretario de Energía de Estados Unidos, Rick Perry, quien dijo que Washington todavía podría imponer sanciones a la construcción del oleoducto.

El embajador de Estados Unidos en Alemania, Richard Grenell, también advirtió las sanciones contra las empresas vinculadas al NS2 por medio de una carta que fue enviada a la embajada estadounidense en Berlín el domingo 13 de enero.

Los expertos reconocen que dichas sanciones podrían afectar mucho al proyecto del oleoducto de 1.230 kilómetros de longitud.

El NS2 transportará gas natural ruso a los mercados alemán y europeo a través del Mar Báltico sin pasar por Ucrania. El gasoducto bombeará 55 mil millones de metros cúbicos de gas natural por año, suficiente para abastecer a 26 millones de hogares en Europa.

“Las empresas y la financiación se verán directamente afectadas por las sanciones y luego Gazprom [el magnate de gas estatal de Rusia] construirá el gasoducto solo”, explicó Stefan Meister, jefe del Centro Robert Bosch para Europa Central y Oriental, Rusia y el Consejo Alemán de Relaciones Exteriores de Asia Central en declaraciones a la Agencia Anadolu.

Añadió que esto podría empeorar las relaciones con Estados Unidos porque Trump intentará usar este tema para forzar un mejor acuerdo comercial con Alemania y la Unión Europea (UE).

Meister explicó que había dos razones detrás de las acciones de Estados Unidos para frenar el proyecto. La primera es ideológica. “Hay personas en Washington que quieren castigar a Rusia, que quieren cortar todos los contactos con Rusia y están dispuestos a dañar también sus relaciones con los socios en Europa para llegar a esta meta”.

En segundo lugar, agregó Meister, “Trump también está intentando demostrar un punto en su país, que no tiene miedo de apoyar medidas para castigar a Rusia”.

Como resultado de esto, Meister dijo que era difícil responderle a Estados Unidos porque el proyecto no goza de popularidad entre los Estados miembros de la UE ya que es motivo de controversia dentro del bloque.

Meister indicó que, en lo personal, no apoya el proyecto porque considera que la UE no lo necesita y argumenta que esto también debilitará la posición de Ucrania, un país que seguramente perderá con este proyecto ya que la ruta del NS2 planea evitar su paso por Ucrania.

“Pero no veo que Alemania y otros países participantes salgan, al menos no antes de que las sanciones entren en vigencia”.

El oleoducto se construirá independientemente

No obstante, no se espera que las amenazas de Trump tengan mucho efecto, ya que algunos expertos están de acuerdo en que el gasoducto se construirá independientemente.

“Rusia está decidida a completar el proyecto”, sostuvo Luca Franza, investigador del Mercado Internacional de Gas del Programa Internacional de Energía de Clingendael (CIEP).

“Tampoco se está discutiendo mucho el impacto en una gran financiación europea para el proyecto. Esto se debe a que ya se han invertido USD 6.000 millones (de un total de USD 9.500 millones)”, destacó Franza.

Sin embargo, el investigador señaló que las sanciones contra las compañías que utilizan la tecnología occidental podrían ralentizar el proyecto. Nombró al Grupo Allseas, un contratista con sede en Suiza que se especializa en tuberías, elevación pesada y construcción submarina, como una posible víctima de las sanciones.

“Allseas todavía tiene que colocar la mayoría de las tuberías marítimas y esto no es fácil de reemplazar”.

Disputa de la cuota de mercado en Europa

La competencia para abastecer a Europa está creciendo. La UE, con 28 países y una población combinada de más de 500 millones de personas, es un mercado de alto valor para los exportadores de gas natural, ya que Europa occidental produce poco gas natural y, para 2025, se espera que importe el 80% del combustible que necesita.

Estados Unidos se convirtió en exportador neto de gas natural hace dos años por primera vez en casi 60 años, según la Administración de Información de Energía (EIA) del país, pero Rusia ha sido durante mucho tiempo la fuente dominante y el proveedor de gas para la UE.

Rusia es actualmente el mayor proveedor de gas natural para la UE, ya que proporciona casi el 40% del consumo total de la unión, mientras que Noruega representa alrededor del 30% de todas sus importaciones de gas natural.

Los flujos de GNL se deciden en gran medida por las fuerzas del mercado

La Administración de Trump está tratando de exportar Gas Natural Líquido (GNL) a Europa como parte de un esfuerzo de la administración para aumentar las exportaciones de Estados Unidos y reducir su déficit comercial.

Pero Franza argumentó que es poco probable que estos esfuerzos tengan éxito. “El gobierno de Estados Unidos está tratando de perseguir el mismo objetivo con China”.

“Sin embargo, la interferencia política es inútil en el mejor de los casos porque los flujos de GNL son decididos en gran medida por las fuerzas del mercado. El GNL flexible va al cliente que paga el precio más alto”.

Las importaciones de GNL a los 28 países que conforman la Unión Europea (UE-28) promediaron 5.100 millones de pies cúbicos por día (bcf/d) en 2017, aumentando por tercer año consecutivo pero permaneciendo por debajo de su pico de 2011, según la EIA. En 2017, las importaciones de GNL a la UE-28 representaron solo el 13% del total mundial.

El GNL cuesta más que el gasoducto

Las importaciones de GNL están disminuyendo en Europa, ya que el GNL es una opción mucho más costosa que el gasoducto. La utilización de las instalaciones de importación de GNL de la UE-28 ha disminuido de aproximadamente el 50 por ciento en 2010 a entre el 20 por ciento y el 25 por ciento en los últimos años, ya que la expansión en la capacidad de regasificación ha superado con creces la demanda de importaciones de GNL, según estimaciones de la EIA.

Aunque 13 de los países miembros de la UE-28 actualmente importan GNL, en 2017, el GNL representó solo el 11% del suministro general de gas natural de la UE-28, según los datos de la EIA.

El ministro federal de Economía y Energía de Alemania, Peter Altmaier, declaró la semana pasada que Europa está lista para construir la infraestructura necesaria para importar GNL de Estados Unidos, pero que éstos deben ofrecer precios competitivos.

La interferencia política podría incluso ser contraproducente, advirtió Franza.

“China amenazó con los aranceles tipo ojo por ojo que perjudican el GNL de Estados Unidos después de que éstos los amenazaron con imponer sanciones a los productos chinos. En Alemania, la interferencia de Estados Unidos podría resultar contraproducente al poner a los oponentes del Nord Stream 2 en una posición embarazosa. De hecho, algunos de los miembros europeos que se oponen a Nord Stream 2, como la Comisión Europea, también son críticos con las sanciones estadounidenses. Se consideran una interferencia política inaceptable en la política energética europea y sentarían un precedente preocupante”, agregó el investigador.

Sin embargo, Trump parece pensar que puede acosar a Alemania para que acepte un GNL más costoso ofrecido por Estados Unidos. Trump ha acusado a Alemania de estar “cautiva” frente a Moscú debido a su gran dependencia del gas ruso y ha pedido a Alemania que abandone el apoyo por más de USD 10.000 millones del plan de tubería del NS2 para bombear más gas desde Rusia a Alemania.

"Parece como si Trump estuviera apuntando contra Alemania”, dijo Ulrich Speck, un experto alemán en política exterior del German Marshall Fund de Estados Unidos en entrevista con el Washington Post. “Si [Trump] hubiera sido serio al presionar contra el Nord Stream, probablemente lo habría mencionado con más fuerza con Putin”.

Speck agregó: “Es difícil saber qué está pasando por su mente”.

El Nord Stream 2 no pondría en peligro la seguridad del suministro de Europa

El 12 de diciembre de 2018, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó una resolución no vinculante que califica al oleoducto como un “paso drástico en retroceso para la seguridad energética europea y los intereses de Estados Unidos”. La resolución también instó a Trump a “utilizar todos los medios disponibles para respaldar la seguridad energética europea a través de una política de diversificación para disminuir la dependencia” frente a Rusia. No obstante, ha cambiado muy poco el panorama del suministro de energía en Europa desde entonces.

Sin embargo, Franza señaló que las preocupaciones sobre el NS2 son en gran medida exageradas.

“En primer lugar, la construcción del oleoducto no significaría el fin del tránsito de Ucrania. El tránsito de Ucrania asciende a 93.000 millones de metros cúbicos (bcm) por año, mientras que el Nord Stream 2 tiene una capacidad proyectada de 55 bcm por año. Además, es probable que las necesidades de importación de la UE aumenten debido a la eliminación gradual de la energía nuclear y del carbón a principios de la década de 2020 y a una menor producción nacional de la UE”, argumentó.

Si bien Rusia no quiso el tránsito de Ucrania hasta hace unos años, y los ucranianos insistían en un tránsito total, ambas partes han suavizado sus puntos de vista en los últimos años y parece posible un compromiso de alrededor de 30-40 bcm, según el investigador.

En segundo lugar, Franza sostiene que el NS2 no pondría en peligro la seguridad del suministro europeo. “Europa tiene acceso al GNL flexible gracias a una infraestructura de regasificación redundante y los mercados globales están muy bien abastecidos. Los flujos inversos permitirían el transporte de GNL a Europa Central y Oriental. Faltan algunos vínculos, pero se está trabajando para completarlos”, concluyó Franza.

*Daniela Mendoza contribuyó con la redacción de esta nota.

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