Murió 'Pancho' Segura Cano, gloria ecuatoriana del tenis
El tenista, que tenía 96 años, fue ganador de una veintena de títulos en Estados Unidos y fue el mejor tenista amateur en Estados Unidos entre 1942 y 1947.
Pancho Segura es el único deportista ecuatoriano que está en el Salón de la Fama del Tenis en Rhode Island, Estados Unidos. (Archivo - Agencia Anadolu)
Colombia
La mayor gloria ecuatoriana del tenis, Francisco ´Pancho´ Segura Cano, falleció la noche del sábado 18 de noviembre a los 96 años, según informaron sus familiares a la prensa ecuatoriana.
Pancho es el único deportista del país que está en el Salón de la Fama del Tenis en Rhode Island, Estados Unidos.
Fue dos veces campeón mundial profesional en dobles y logró tres coronas mundiales como profesional en singles venciendo en varias ocasiones a estrellas como Arthur Ashe, Bill Talbert y Don McNeill.
Luego de ganar una veintena de títulos en Estados Unidos, fue condecorado como el mejor tenista amateur en Estados Unidos entre 1942 y 1947. También fue campeón bolivariano y sudamericano.
Los deportistas ecuatorianos lo reconocen como una leyenda que inspiró a toda una generación de tenistas. Miguel Olvera, Francisco Guzmán, Eduardo Zuleta, Ricardo Ycaza, Andrés Gómez, Nicolás Lapentti y muchos más crecieron bajo su sombra.
Francisco Olegario Segura Cano nació un hogar muy humilde de Guayaquil el 20 de junio de 1921. El mayor de los siete hijos, tres varones y cuatro mujeres.
Era un niño débil y enfermizo. Aunque su madre intentaba que practicara algún deporte el pequeño no parecía interesarse por ninguno.
Eso cambió cuando su padre lo empezó a llevar al Guayaquil Tenis Club, donde trabajaba arreglando las canchas, retirando las redes y repartiendo las toallas a los socios. Mientras su padre trabajaba el pequeño Francisco observaba a los socios jugar el elegante deporte blanco.
Un socio le regaló su primera raqueta: era vieja, de madera, demasiado grande y pesada para él. Esos problemas lo obligaron a utilizar las dos manos en sus golpes algo que no era considerada una técnica de juego correcta, en aquella época.
Fue en 1935 cuando periodista de diario ecuatoriano El Telégrafo lo vio jugar y predijo que “brindaría muchas alegrías” al tenis ecuatoriano.
En 1938 viajó como seleccionado ecuatoriano a los Juegos Bolivarianos en Bogotá donde venció, contra todo pronóstico, al campeón colombiano Jorge Combariza y obtuvo por primera vez un oro.
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