Película Parasite llega a los Óscar para “superar la barrera de los subtítulos”
El filme surcoreano, aclamado en en el Festival de Cannes 2019, los Globos de Oro y el sindicato de actores de EEUU, entre otros, espera consagrarse con seis nominaciones al lado de cineastas gigantes como Tarantino y Scorsese.

BOGOTÁ, Colombia
Por: Gustavo A. Delvasto D.
La película surcoreana “Parasite” (Parásitos) quizá no hubiera podido destacarse en el circuito internacional de premios de cine si hubiera salido en un año diferente al 2019.
El año de las protestas contra las estructuras sociales en diferentes países - Colombia, Chile, Bolivia, Ecuador, Irak, Irán, Hong Kong, Francia y una larga lista - el hastío con la corrupción, la pobreza, la falta de oportunidades, los malos gobernantes, la falta de empatía en el mundo, pero especialmente la brecha cada vez más amplia entre ricos y pobres que retrata el filme ha cabalgado sobre la ola en el momento indicado, similar a lo sucedido con el “Joker”.
Así lo reconoce el periodista y crítico de cine colombiano Pedro Adrián Zuluaga: “Las películas que se vuelven estos fenómenos internacionales se vuelven paradigmáticas por la forma como leen un momento histórico, como lo simplifican”.
El reconocimiento no se ha hecho esperar por parte de la crítica internacional, especialmente en Estados Unidos, sumado al prestigio de años de cine coreano sustentado por destacados directores como el mismo de Parasite, Bong Joon-ho (con una trayectoria de siete películas exitosas), Park chan-wook (Old Boy, Thirst, The Handmaiden) o Kim Ki Duk (Las estaciones de la vida, El arco, Tiempo) entre otros.
Muchos intentan encajarla en un filme de género (¿suspenso, terror, drama?) que logró tocar las fibras de diversos jurados, críticos y públicos en el mundo. Como un crítico de cine español lo resalta, “en realidad son varios géneros en colisión en búsqueda de la magia”.
Su camino en ascenso inició muy a comienzos de la temporada de premios, a mediados de 2019, al obtener la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes (Francia), uno de los galardones más prestigiosos en el cine de hoy.
Se convirtió en la primera película de habla no inglesa en ganar el premio más importante de los que entrega el Sindicato de Actores de Estados Unidos, SAG, por encima de ensambles actorales tan prestigiosos como “The Irishman”, “Once Upon a Time in… Hollywood”, o “Joker”.
En los Globos de Oro, entregados por los corresponsales de la prensa extranjera de Hollywood, obtuvo la estatuilla a mejor película de habla no inglesa, además de estar nominada en otras categorías.
Según la BBC, ha recaudado en el mundo alrededor de USD 140 millones en taquilla y por ejemplo, se ha mantenido por 18 semanas consecutivas en exhibición en salas de cine de Los Ángeles.
La historia de "Parasite"
Dos familias y sus hogares, los ricos Park y los pobres Kim. Mientras unos viven en una mansión en las colinas de Seúl, los otros, en una especie de apartamentos semisótano, que en la capital coreana se denominan “banjiha”, donde actualmente viven miles de personas en medio de incomodidades y privaciones.
La ubicación es determinante porque hace parte de la temática de la película, donde la vivienda se convierte en un símbolo de los deseos de los Kim, el “creer que están algo más arriba del suelo”, según dijo el propio Bong Joon-ho durante una entrevista.
Si bien la tendencia de cine social no es nueva y muchos clásicos hablan sobre ello, recuérdese Barry Lyndon, de Stanley Kubrick; el Ladrón de Bicicletas, de Vittorio de Sica; Las uvas de la ira, de John Ford; Los olvidados, de Luis Buñuel, por mencionar algunas; el director de Parasite ha tenido el tema como su obsesión en las siete películas que ha realizado.
Mother (2009) habla de la lucha de una mujer pobre por demostrar que su hijo discapacitado mental no es un asesino; The Host (2006), donde una familia de escasos recursos lucha contra un monstruo resultado de las armas producidas por EEUU y la burocracia coreana. Snowpiercer (2013), la literal lucha de clases a bordo de un tren en un futuro consecuencia del cambio climático. Okja (2017), la lucha de campesinos y activistas contra el capitalismo y su consumo desenfrenado de animales. Un crítico de cine menciona que “todos sus protagonistas son pobres, sin embargo no los retrata de la misma forma a todos”.
En una reciente entrevista citada por la BBC con el director Bong, se le pregunta sobre su interés por este tema de “luchas de clases” a lo largo de su filmografía. “Porque afectan a todas nuestras interacciones –responde-. Intentamos ignorarlos (pobres) porque nos incomodan, pero no hay manera. Cuando nos presentan a alguien, de forma instintiva reparamos en la ropa que viste, en si su teléfono es de gama alta o si su reloj o su maleta son costosos… Todo, hasta nuestro olor corporal, es un asunto de clase”, aseguró el cineasta de 51 años de edad.
Para Zuluaga, Parasite “tiene un comentario político pertinente para un momento como el actual con muchísimos malestares sociales… La idea de una canibalización entre ricos y pobres. La idea del parásito que se aprovecha del otro, del mutuo aprovechamiento”.
¿Tendrá oportunidad en los Oscar?
Para este 9 de febrero, el filme compite en seis categorías en la gala de entrega de los premios Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos.
Se convirtió en el primer filme de Corea del Sur en ser nominado a Mejor película y Mejor película extranjera, y en el sexto filme en obtener postulaciones en ambas categorías de los premios más reconocidos.
En esa situación han estado películas como Z (Francia, 1969), La vida es bella (Italia, 1998), “El tigre y el dragón” (Taiwán, 2000), “Amour” (Francia, 2012) y más recientemente, Roma (México, 2018). También compite en los campos de Mejor director, Mejor diseño de producción, Mejor edición y Mejor guion original.
Esta será la prueba final y posiblemente su consagración en el circuito de galardones del cine.
¿Tendrá oportunidad ante la Academia de Hollywood? ¿La reconocerán por “el espíritu del tiempo (Zeitgeist)", por encima de sus competidoras principales como “The Irishman”, del clásico Martin Scorsese; ‘1917’ sobre la primera guerra mundial, de Sam Mendes; ‘Jojo Rabbit’, sobre la Segunda Guerra Mundial; ‘Joker’ de Todd Phillips; ‘Mujercitas’ o ‘Érase una vez... en Hollywood’, de Quentin Tarantino?
Para el crítico Zuluaga, “la Academia tiende a ser más predecible. Creo que está cantado que gane mejor película extranjera, pero no le alcanzará para hacer historia ganando a mejor película”.
Zuluaga afirma que este domingo será más interesante cómo la Academia de Hollywood va a reaccionar al entregarle premios a nuevas formas de ver cine en las plataformas digitales como Netflix, o si le darán nuevos premios a figuras como Scorsese o Tarantino.
Más allá de si gana o hace historia, o si vence a las plataformas digitales, a gigantes como Tarantino o Scorsese, para Zuluaga la clave del éxito de la película es que “efectúa como una especie de venganza poética, donde los pobres actúan sobre los ricos y eso es un atractivo muy simple para el público… Hay una necesidad de justicia poética, es si el mundo va mal al menos que las narraciones vayan bien, como lo que pasó con Joker, que tienen cierta sensación de equilibrio, de justicia”.
El crítico colombiano concluye que lo interesante del director, no solo con esta película sino con toda su obra fílmica, es la habilidad para utilizar el cine de género “sin reducirlo a una entretenimiento y lo politiza. Logra que el entretenimiento no se contradiga con el comentario. Hace una lectura política de esa sociedad. Ese aparente discurso político que incluye en los géneros empieza como a envolverlos”.
El reto para la película está superado, solo faltaría el Oscar como la cereza en el pastel de reconocimientos internacionales, pero como dijo Bong John Hoo en los Globos de Oro a comienzos de año: lo importante ya se logró, “para superar esa barrera de los subtítulos”.
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