El Comité de Coordinación de Musulmanes Turcos en Francia (CCMTF), la Confederación Islámica Visión Nacional Francia (CIMG) y la organización Creencia y Práctica criticaron la “Carta de los Principios del Islam de Francia” del Consejo Nacional de Imames.

"La apresurada firma de la carta, las diversas declaraciones realizadas y especialmente la falta de aprobación de los actores relevantes, los imanes, generó la percepción de que es un proyecto impuesto desde arriba”, aseguraron las organizaciones, que no firmaron el documento, en una declaración escrita.

La declaración subrayó que la carta debió comenzar explicando los fundamentos del islam y enfatizó que los imanes extranjeros en el país cumplen con sus deberes de acuerdo con lo prescrito por su religión y la constitución francesa.

"El uso de un discurso que discrimina a los imanes y los musulmanes, y la generalización de las acciones inaceptables de personas que no tienen relación con la comunidad musulmana reducen gravemente la credibilidad de esta carta y del Consejo Nacional de Imames", agregó.

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El comunicado enfatizó que el concepto de "Islam de Francia" no es correcto, ya que el islam no puede limitarse a una sociedad o ideología, y de hacerse, los principios de esa religión cambiarían.

La declaración rechazó enérgicamente las expresiones del documento que señalan "la adhesión a los valores de la República" y que "el principio de la igualdad está por encima de todas las normas, incluida la religión".

Las ONG subrayaron que los musulmanes viven en el país respetando las leyes francesas, y recordaron que los "valores de la República" no están incluidos en la Constitución y que no se entiende a qué se refiere es término.

Agregaron que la carta muestra al islam y la Constitución como entes irreconciliables entre sí, lo que no es correcto.

La declaración indicó que la carta acusó a asociaciones antiviolencia de agredir a las personas que abandonan el islam con la expresión generalizada “la apostasía del islam no debería considerarse un crimen” y aseguró que las asociaciones musulmanas de hecho ayudan a proteger la libertad de culto.

Rechaza, además, las expresiones en la carta que ligan de alguna manera la religión con la "misoginia" y "las acciones contra personas homosexuales".

"La homosexualidad es un pecado en el islam, pero las asociaciones islámicas no emprenden acciones contra quienes actúan en contra de sus preceptos", aseguró.

Señaló además que los imanes en Francia responden a las preguntas sobre la homosexualidad de acuerdo con los principios del islam sin llamar a la violencia y el odio, y que escribir el término "misoginia" en el documento deja en claro la aceptación de un prejuicio contra el islam y los musulmanes.

El comunicado enfatizó que, contrariamente a lo que quiere dar a entender la carta, los musulmanes son tolerantes con las personas de otras creencias.

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"Aceptar que los rituales religiosos son opiniones y acciones en contra de la Constitución es un enfoque inaceptable en términos judiciales”, subrayó.

Las organizaciones enfatizaron que la carta no deja en claro que quiere decir con "islam político" y que las acciones de cristianos, judíos o budistas no se consideran "sectarismo o separatismo", "cristianismo político", "judaísmo político" o "budismo político", lo que debería aplicarse a los musulmanes también.

También mencionó que el término de "islam político" podría ser usado en contra de los musulmanes y sugirió el uso del concepto de "extremistas que abusan de la religión en contra del orden constitucional" en su lugar.

El ministro del Interior francés, Gerald Darmanin, dijo recientemente que las ONG que no firmen la 'Carta de los Principios del Islam de Francia' deben salir del Consejo Francés de Culto Musulmán (CFCM).

El Gobierno francés ha sido ampliamente criticado por sus medidas y retórica contra el islam y los musulmanes, incluida la afirmación del presidente francés, Emmanuel Macron, de que “el islam está en crisis", además de las redadas a mezquitas y fundaciones islámicas y el proyecto de ley "antiseparatismo" que afectaría muchos campos de la vida de la comunidad musulmana.

El proyecto de ley, que será debatido esta semana en el Parlamento francés, interferiría con las mezquitas y sus administradores, y controlaría las finanzas de las asociaciones y ONG pertenecientes a musulmanes.

Francia tiene la población musulmana más grande de Europa, con alrededor de 6 millones de personas, principalmente del norte de África.

*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.