
Bogotá
Los mexicanos se reúnen cada año desde tiempos prehispánicos para honrar las vidas de sus fallecidos: el Día de los Muertos. En esta tradicional fiesta de cuatro días se realizan reuniones en calles, cementerios y plazas para conmemorar “el viaje espiritual de los muertos”, como señala el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM).
“En México la muerte se considerada parte del ciclo de la vida y es por esto que se celebra”, dice el CPTM.
El Día de Muertos es una gran experiencia tanto para los visitantes como para los locales. La temporada se destaca por una gastronomía típica y de temporada, como el famoso Pan de Muerto, así como por sus festivales en todos los Estados y las visitas anuales a panteones en las que las tumbas “cobran vida” con los coloridos altares y velas a su alrededor.
“En ningún otro lugar del mundo es posible experimentar una celebración tan colorida, mágica y surrealista”, aseguró Héctor Flores Santana, director general del CPTM, al invitar a turistas a hacer parte de esta histórica fiesta.
Aunque el diseño de cada altar puede variar, todos tienen elementos importantes con un significado específico, como el cempasúchil, una flor endémica de México conocida por su brillante color amarillo “que sirve de guía hacia el altar para las almas”.
“Las velas sirven para que los difuntos encuentren su camino, mientras que el incienso se usa como una ofrenda para disipar los malos espíritus para que sus seres queridos puedan viajar en paz”, añade el CPTM.
También se incluyen fotografías o artículos personales de los difuntos, acompañadas de pequeñas calaveritas de chocolate o azúcar. Finalmente, en los altares se coloca el icónico Pan de Muertos, cuya forma se asemeja a un cráneo con cuatro huesos que representan los cuatros caminos del nahulli o universo.
La Ciudad de México albergó su segundo Desfile del Día de Muertos, que recorrió las principales calles de la ciudad partiendo de la Estela de Luz, pasando por las avenidas Paseo de la Reforma y 5 de mayo hacia el centro de la ciudad. El gobierno local estimó que más de un millón de personas presenciaron el evento.
Otras partes del país acogen la celebración de diferentes formas. En Aguascalientes se realiza el “Festival de las Calaveras” rindiendo homenaje al artista José Guadalupe Posada, creador de la famosa “Catrina”, símbolo de las celebraciones del Día de Muertos. La mayoría de las actividades suceden en San Marcos, donde el pueblo entero es adornado con carteles y flores llenos de color.
En Chiapas durante la madrugada del 1 de noviembre, las personas ponen alimentos para sus seres queridos al tiempo que la iglesia de San Juan toca sus campanas para despertar a las almas para que “visiten esta tierra”.
En León, Guanajuato, se realiza el famoso Desfile de Catrinas cada 01 de noviembre. Los habitantes de Oaxaca construyen la Plaza de la Muerte, en donde los turistas pueden encontrar productos hechos a mano por artesanos.
Las culturas indígenas de Querétaro mantienen vivas las tradiciones centenarias. Quintana Roo la cultura Maya creó su propia versión llamada Hanal Pixán (Alimento para las Almas). El emblemático parque Xcaret en Cancún realiza una gran celebración cada año (Festival de Tradiciones de Vida y Muerte), en la que se reúnen varias comunidades indígenas.
Una de las celebraciones más grandes en Veracruz es el Festival Mictlán, que dura cinco días.
La celebración del Día de los Muertos es una tradición que se remonta a 3000 años atrás y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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