Por: Gustavo A. Delvasto D.

Al colombiano Juancho Valencia le gustan las analogías para explicar sus facetas profesionales. El músico, compositor, productor y ambientalista nacido en Medellín se compara con un técnico y jugador de fútbol, inclusive con un actor y director de cine.

No lo expresa con la soberbia de algunos artistas consagrados, a pesar de tener el mérito de 20 años de carrera tras los micrófonos y detrás de una consola musical. El tono de su voz, las palabras medidas, sus reflexiones, incluso sus seis nominaciones a los premios Grammy hasta el momento no se le han subido a la cabeza.

“El jugador está en la cancha sintiendo desde la parte más carnal el partido. Todo el tiempo está jugando con sus emociones y la pasión para tomar sus decisiones. Mientras el técnico está afuera del campo viendo el partido de manera más racional”, dice en entrevista con la Agencia Anadolu.

Trata de explicar qué se siente estar inmerso al mismo tiempo en las facetas de composición e interpretación y la producción musical, propia y de otros.

Para el artista, nacido hace 39 años en Medellín, su trabajo lo es todo. Bien sea con su propia agrupación, Puerto Candelaria, nominada este año en los Grammy Latinos a Mejor Álbum de Cumbia/Vallenato con “Yo me llamo Cumbia”, o bien como compositor y productor en colaboración con la artista holandesa Maite Hontelé, con quien está nominado a Mejor Álbum Salsa por “Cuba Linda”.

La primera de las nominaciones es de ‘covers’ de clásicos de la cultura de la cumbia colombiana. Valencia afirma: “las dos nominaciones son con proyectos de la casa. Realizamos estos desde cero, producción, comercialización y desarrollo”.
Otras colaboraciones de Valencia han incluido a artistas internacionales como Calle 13, Chobquibtown, Andrés Cepeda, Óscar D’ León, Monsieur Periné, entre otros.

“El productor tiene un conocimiento más completo del significado de la música en la actualidad. (en el cine) Tiene un conocimiento complejo de aspectos como la música, la tecnología, la imagen y el mercado o público. Como productor te están celebrando todas las facetas posibles de un profesional de la música”, sostiene el músico.

El estar nominado a dos premios Grammy Latino, afirma, es comparable con lo que puede vivir un cineasta como Clint Eastwood cuando ha sido reconocido como actor y productor de sus películas. Pero es aún más destacado, según dice, si ese Eastwood tuviera la productora “totalmente independiente” que le gana a las gigantes de Hollywood.

Cuando se sube a un escenario fusiona sus dos facetas. “Estoy totalmente analizando el comportamiento de ese público desde lo racional. Con qué canciones están conectando, con qué ritmos, con qué tonalidades. Las velocidades de los temas, cuáles son comprensibles o incomprensibles para una cultura, lejana o cercana. Hace que el trabajo sea más eficiente y complejo, pero cuyo resultado genera cosas más interesantes”.

Su vida incluye privilegios como los viajes, con los que ha recorrido más de 60 ciudades en el mundo, en países como Alemania, España, Francia, Holanda, Bélgica, Estados Unidos, entre otros.

Sueño cumplido

Recientemente estuvo con su banda en Estambul, Turquía, donde cumplió un sueño de toda la vida, “por el significado cultural que tiene”.

“Cuando llegamos nos dimos cuenta que estamos viendo a los tíos, los abuelos, la gente tan parecida a los antioqueños, sus montañas tan parecidas a las nuestras, a las de la costa caribe, a Santander… Empezamos a sentir que no era un lugar tan lejano como geográficamente está ubicado”, dice.

Para Valencia fue “un momento mágico” y “un gran orgullo”. Como conocedor de las culturas y músicas de Latinoamérica reconoce la turca como “herencia de nosotros, de la música latina… Existen los giros rítmicos, los giros melódicos, matices de contrapunto de la música de ellos. De una manera hemos desconocido la historia oficial de la herencia en la música latinoamericana que va más allá de Europa y África”. Cree que la cultura otomana está tácita en la manera de bailar de los latinos.

Durante su presentación en la ciudad turca, Valencia confiesa haber sacado un “as bajo la manga”, el “momento climático” del espectáculo cuando interpretaron el porro “Estambul”, compuesto por el fallecido músico colombiano Pacho Galán. Incluso dice: “Se nos acercaron turcos coleccionistas de música latina emocionados de por fin escuchar esa canción en vivo.”

Primavera Fest

La faceta, si se quiere más reciente, es su actividad como ambientalista. Por esto se encuentra promocionando la sexta versión del evento medio ambiental Primavera Fest, que llega por primera vez a Bogotá tras cinco ediciones pasadas en su ciudad natal. “Nuestra filosofía ha sido la de aprovechar el arte y la música como un vehículo de transformación”, por esto decidieron dar otro paso en la evolución de este original evento y armar la propuesta que definen como de “entretenimiento sostenible” a las afueras de la capital colombiana el próximo 19 de octubre.

El espectáculo dirigido a toda la familia incluirá conciertos del propio Puerto Candelaria, la cantante Martina la Peligrosa, los Herencia de Timbiquí, además de la presentación de propuestas eco-amigables para que las familias aprendan a cuidar del planeta desde sus espacios, e iniciativas gastronómicas que “promueven un estilo de vida saludable”.

Revolución a pequeña escala

Según Valencia hay dos tipos de artistas, los que piensan como él que “cada vez que tienen un micrófono en la mano tenemos la posibilidad de mejorar el mundo. Cualquier profesión que tenga el poder para llegarle a muchas personas es una oportunidad para mejorar”.

Valencia no duda en expresar sus opiniones bien sea a través de eventos ambientales o analizando la industria, como se pudo apreciar recientemente al publicar un video criticando la protestas de artistas de reguetón, afectados por las escasas nominaciones en las categorías principales a los premios Grammy de este año. En su momento llegó a afirmar “sin reguetón si hay Grammy latinos”, a diferencia de la frase con la que los exponentes del genero urbano protestaron contra el evento musical.

“Hoy es un día histórico para Colombia, no solamente por que estamos celebrando la cantidad y la calidad sino también la diversidad sonora”, dijo en ese video.

Al preguntársele por estas controversias aclara para la Agencia Anadolu: “Los artistas independientes son el 98% del mundo. No están afiliados a una multinacional. Solamente el 2% de los artistas están afiliados a las grandes disqueras. Ese 2% abarcan el 98% del mercado. Entonces, ¿qué significa eso?. Cuando una empresa ciento por ciento local levanta esa nominación, es un mensaje positivo para las personas que de verdad, como microempresas y cooperativas, hacemos parte del 98% de la industria”.

Valencia cree que Colombia se está convirtiendo en uno de los mayores exportadores de música, especialmente este año con 30 nominaciones a premios, en diversidad de géneros y propuestas como las folclóricas, alternativas, infantil, clásica y jazz.

Lo ve como algo esperanzador a pesar de estar en medio de un “ambiente tan hostil”, donde los espacios para la “música alternativa, independiente, sin tendencia, cada vez se están cerrando más para que mayor cantidad de gente pueda escucharlas”.

En el caso de sus proyectos, afirma que no están tan interesados en que muchas personas los conozcan o se diviertan en sus eventos. Con su frase favorita “revolución a pequeña escala” cree que se resume muy bien su personalidad y cuál quiere que sea el impacto.

Afirma que no están interesados en “cambiar la vida de una persona por completo. Sino que por el amor, por la diversión, por la música, por lo que te enseñamos, porque generamos un diálogo, tu vas a cambiar algo pequeño, pero que esas sumas de cambios pequeños en muchos miles de personas van a generar un cambio en la sociedad.”

Desea que la herramienta de la música y el festival sean los responsables de esto.