El departamento de Arauca, en Colombia, una tierra con aroma a cacao y naturaleza
En esta zona del oriente colombiano se producen algunos de los mejores granos de cacao del mundo, que complementan la riqueza cultural de la región, caracterizada por sus asados, paisajes y folclor.

Colombia
Casi todos los colombianos al oriente del país alguna vez han escuchado las estrofas "Arauca tierra soñada por el sol…a rienda suelta cabalgan mis emociones, buscando en ti la más bonita inspiración… En tu remanso anidan mil luceros, Río Arauca, compañero, orgulloso estoy de ti”. Ahora, cuando un grupo de periodistas conoció algunos de los municipios del departamento, esas frases musicales se hacen realidad, se experimentan.
A juicio de los amantes del joropo, baile emblemático de esta región limítrofe con Venezuela, las estrofas iniciales de la canción ‘Arauca Río y Pueblo’, del reconocido interprete Reynaldo Armas, transportan a los amaneceres y atardeceres esplendorosos, e incluso a la calidez de la gente que atiende a los viajeros de forma especial y dedicada.
Aquella región atravesada por el río Arauca, un bello afluente cuyo punto principal divide a la capital del departamento del mismo nombre con el estado de Apure, en la hermana Venezuela, no ha estado exenta de los azotes de la violencia y el conflicto colombiano; o de la crisis social, económica y política del país vecino. Ahora, a raíz del Acuerdo de Paz con las FARC, firmado hace cinco años, y del empuje de su gente, pretende renacer como zona ecoturística, productiva y amigable para aquellos que deseen experimentar sus hermosos paisajes, costumbres y comidas.
En la primera semana de diciembre, cuando los araucanos celebran las Fiestas Patronales de Santa Bárbara de Arauca, la versión 55 del Festival Araucano de la Frontera, el día de la araucanidad, a raíz de los 241 años de fundación del municipio, la región experimenta una nueva visión de su industria agropecuaria, su turismo, y el regreso de miles de personas que antaño habían migrado al país vecino y a otras zonas colombianas.
A través de un extenso recorrido organizado por Fontur, entidad del Gobierno nacional, se logró experimentar los diversos atractivos de esta zona de ‘brazos abiertos’.
La importancia del cacao
Arauca es un departamento cacaotero. Tiene de los mejores granos del mundo, junto con regiones de países como Ecuador y Perú, asegura Elizabeth Agudelo, la representante de la finca Villa Gaby, cerca a la localidad de Arauquita, quien con alta experiencia, amor y dedicación por su producto, explica los atributos del fruto base de los chocolates. El cacao que se produce es básicamente trinitario; según ella, el mejor para la preparación de bebidas y dulces.
Hay tres clases de cacao: el forastero, el criollo y el trinitario. Este último es un híbrido obtenido a partir del cruce de los otros dos y tiene un sabor mucho más sutil. En este caso, la semilla provendría de Venezuela, de donde se trajo para 'nutrir' la tierra araucana.
El cacao fue utilizado por los imperios maya, azteca e inca, hace más de dos mil años, como medicina y moneda de cambio. Europa, tras la colonización de América, importó sus semillas junto con otros alimentos.
Si bien la señora Agudelo explica que desde África se produce el cacao a nivel industrial para hacer el chocolate que se sirve en gran parte del mundo, la región colombiana, con suficiente apoyo y mayor tecnificación, podría ser una potencia agraria de calidad.
Para Elizabeth Agudelo la calidad del cacao depende de la genética, la tierra y la ‘terruaca’, es decir, el medioambiente. Según la empresaria y productora, todas estas condiciones son ampliamente favorables en Arauca.
En el siglo XIX se empezó a extender su consumo, debido a la aparición de la industria chocolatera, que agregó azúcares y otros componentes para dar un toque más amable al de por sí sabor amargo del cacao.
Agudelo compara el cacao con los vinos, cuya cepa es igual en todo cultivo, pero su variedad y calidad se da en la fermentación de los granos, en su tratamiento. Si bien Colombia tiene otras zonas con iguales condiciones para una excelente calidad cacaotera como Putumayo y Caquetá, en Arauca el trabajo que realizan los productores agrícolas sobresale por conocimientos, dedicación y esfuerzo, a pesar de las dificultades de distribución y medios de comercialización.
Conocimientos como los de Mario Olaya, un hombre de más de 60 años con pocos estudios formales pero con alta experiencia en diferentes cultivos, especialmente en el cacao, son los que aportan la calidad de los cultivos. Él le ha dedicado los recientes años de su vida a este producto, gracias a los conocimientos adquiridos a través de su finca, La Caribeña, ubicada a unas horas del municipio de Arauca, donde el ecoturismo y la educación se fusionan. En las 11 hectáreas de la finca los árboles de cacao producen alrededor de 120 unidades de frutos al año, en dos periodos de recolección.
Dentro de la variedad de granos del cacao que se ofrecen en el departamento sobresalen los de Arauquita 5, suave, floral, dulce; el Saravena 13, rico en azúcares, jugoso y con un sabor más seco; y Tame 2, que cuenta con un aroma especial, menos dulce y seco en su pulpa.
Historia y turismo
El recorrido que comenzó en la capital del departamento, Arauca, con sus fiestas patronales, prosiguió con la finca La Caribeña y Villa Gaby, donde se degustaron sus barras de cacao; incluso hubo sesiones de chocolaterapia. El viaje también evidenció las costumbres de los araucanos en sus días festivos, desde el recorrido por el Museo de la Historia Llanera, las degustaciones de la comida llanera, basada en la carne de res, arepas y yuca; además de los dulces locales, los mercados campesinos para promocionar productos agrícolas y las presentaciones de los grupos de joropo.
El río Arauca forma la frontera sur del estado venezolano de Apure y el norte del departamento araucano, pero llega a desembocar al río Orinoco, en un recorrido de más de 1000 kilómetros. En la zona visitada, los espectadores pudieron observar el puente José Antonio Páez, que conecta al municipio de Arauca con la localidad del Amparo, en el estado de Apure, Venezuela.
De esa zona los periodistas partieron en busca del tonino, una especie de delfín rosado que deleita la vista de cualquier turista local e internacional. Los ágiles nadadores de agua dulce pueden llegar a apreciarse con la suficiente paciencia y buena vista en esta región y en el río Amazonas, al sur de Colombia.
En medio de extensos trayectos por tierra, los amaneceres llaneros despiertan la pasión de los visitantes, cuyo único inconveniente es madrugar lo suficiente para lograr captar la espectacular imagen de un sol rojizo que se abre paso entre la inmensa llanura araucana y su cielo.
El orgullo local no es solo por sus paisajes y naturaleza, sino también por su historia, epicentro de la lucha independentista suramericana de la corona española. La historia indica que de la región de Tame salieron 14 lanceros que arriesgaron su vida al marchar junto a Simón Bolívar, el Libertador. De ellos se dice que fueron los más avesados combatientes ante los españoles en el centro del país y que le dieron la libertad a lo que hoy es Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú.
Las celebraciones de este diciembre, que abrieron la temporada navideña, evocan esa historia patriótica, sus creencias y cultura, amenizadas por los tradicionales bailes llaneros y la música del joropo, ritmo tradicional de la frontera llanera colombo-venezolana que según la tonada de Reynaldo Armas evoca la “tierra soñada por el sol”.