Arrancó el Festival Internacional de Cortometrajes Bogoshorts, en medio del paro nacional

“Sin importar las condiciones, en esta ciudad no hay miedo”. Esas fueron las primeras palabras de Jaime Manrique, director del Festival Internacional de Cortometrajes de Bogotá, Bogoshorts, durante la noche de inauguración.

Una hora antes, el Teatro Jorge Eliecer Gaitán había abierto sus puertas a los invitados a la sesión inaugural de la 17º versión del festival de cortos audiovisuales, que ha adquirido reconocimiento y relevancia a nivel internacional.

En el lobby del teatro se agrupaba la gente a la espera de la velada. Otras personas hacían fila para recoger café de Starbucks, cerveza Grolsch y palomitas moleculares (enfriadas con nitrógeno) que regalaron los patrocinadores del evento. En el segundo piso había puestos de prensa donde se hacían entrevistas a algunos de los directores e invitados especiales, como Carter Pilcher, miembro de la Rama de Cortometrajes y Animación de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos (AMPAS), entidad seleccionadora de los premios Oscar.

Para Manrique, esta edición del festival es muy especial porque el equipo creció y eso permitió organizar un mejor evento. Pero también por el contexto del paro nacional que ocurre actualmente en Colombia. “Nuestra apuesta es continuar con el Festival hasta el final porque creemos que abrir un espacio para mostrar el talento joven y para ver los cortos definitivamente es un espacio de resistencia”.

Bogoshorts no es solo un festival de cine, sino que se ha convertido en un movimiento alrededor de la cultura del cortometraje. El festival nació en 2003 con las muestras de In Vitro Visual en In Vitro Bar, uno de los bares emblema de Bogotá donde se hacían muestras semanales de cortometrajes de realizadores colombianos.

En 2004 se crearon los premios In Vitro Visual que se convertirían en referente de encuentro de la industria cinematográfica colombiana. Cuatro años después, en 2008, cambió su nombre a Festival Internacional In Vitro Visual o FIIVV y en 2013 se establecería definitivamente como Bogoshorts.

El Festival se realiza durante la primera semana de diciembre y trae alrededor de 400 cortometrajes nacionales e internacionales en secciones competitivas, temáticas y retrospectivas. Habrá actividades de formación llamadas Bogoshorts al tablero y reunión de la industria; el Bogoshorts Film Market (BFM), un lugar de encuentro para fortalecer el sector audiovisual del país, donde se reunirán realizadores que están en proceso de producción o de montaje y podrán recibir becas y formación para llevar a buen término el cortometraje; Imaginatón, una maratón de realización de filminutos; exposiciones artísticas y gastronómicas, fiestas, conciertos, entre otras actividades dirigidas a los amantes del cine.

Pero Bogoshorts no sucede solo durante esta semana. Hay programación de muestras de cortometrajes durante todo el año en diferentes espacios de Bogotá. Por ejemplo, las Bogoshort Sessions se realizan semanalmente para estrenar cortos colombianos donde asisten unas 400 personas. Los Bogoshorts bajo la Luna es una exhibición al aire libre de cortometrajes en una plazoleta de la Universidad de Los Andes. El último viernes de cada mes se hacen conversatorios con los directores en la nueva Cinemateca Distrital y, en alianza con la Universidad Jorge Tadeo Lozano, se presenta Bogoshorts Retro, una muestra enfocada en la memoria y la preservación del patrimonio fílmico nacional.

También es un festival itinerante con su Bogoshorts ruta Colombia, participando en festivales de cine como el FICCI de Cartagena, el FECISO en Sogamoso, el Festival de Jardín, en Jardín (Antioquia), el FICME de Medellín y el Cine a la Calle de Barranquilla. Y ha viajado a nivel internacional a lugares como Finlandia, Taiwán, Francia, España, Alemania y Panamá para mostrar las producciones colombianas en el mercado internacional.

En esta décimoséptima versión participarán producciones de más de 50 países y habrá una experiencia de realidad virtual abierta al público. Por cierto, Bogoshorts es de los primeros festivales en tener una competencia internacional de este formato audiovisual inmersivo. Además, se proyectarán los cortometrajes en más de 15 espacios como Cine Tonalá, la Cinemateca Distrital, la Biblioteca Nacional, el Instituto Goethe, entre otros.

Y finalmente, Bogoshorts será el anfitrión del Encuentro Nacional de Estudiantes de Cine (Estucine), un encuentro que reúne alrededor de 200 estudiantes de cine, profesores y directivas académicas de todo el país en torno a la reflexión y acercamiento al medio cinematográfico organizado por el Círculo Nacional de Estudiantes de Cine.

Hay tanto por hacer que probablemente en este artículo no haya espacio para contar todo. Hay exposiciones artísticas de los afiches de las producciones que compiten, habrá una noche exclusiva en un restaurante con chefs reconocidos para crear una comunión entre el cine y la gastronomía. Fiestas, cocteles y la tan esperada Noche de Santa Lucía, la gala en que se entregan las estatuilla a los ganadores.

El premio es una figura de la virgen Santa Lucía, la virgen de los cineastas, ciegos y soñadores y la santa de luz. En la noche de premiación y clausura del Festival se entregarán 22 Santa Lucías: diez a los cortos ganadores en cada categoría, diez más en las categorías técnicas y artísticas de los cortometrajes colombianos y dos como reconocimientos especiales, una a la labor cinematográfica de una institución o persona y la del Mejor Largometraje Colombiano, escogido por la votación de todos los directores que participan en el festival.

Mientras el año pasado Bogoshorts recibió a 40.163 asistentes, este año espera seguir creciendo para convertirse en el emblema nacional del movimiento del cortometraje audiovisual. Todas las versiones han tenido un tema que es una lectura desde la historia del cine. En la edición de este año se concentraron en los 50 años de la llegada del hombre a la luna, que fueron fundamentales para el cine, pues cambió la forma de soñar del hombre; ahora nada era imposible.

Por eso esta versión se llama “La dimensión de sus sueños”. "Creo que eso, casi como un destino, se conectó con este momento histórico que estamos viviendo y con el cual comulgamos. Porque de mi parte y sé que de mucha parte de las personas que hacen el Festival posible, nuestro sueño es tener un país diferente: que los jóvenes tengan trabajo digno, que no se asesinen líderes sociales, que protejamos nuestros recursos naturales. Y el sueño máximo es que la gente pueda expresarse como se le dé la gana: sin miedo”, dijo Manrique.

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