Actos de vandalismo y protestas opacan el inicio del Festival de Viña del Mar

Por: Andrea Aguilar Córdoba

Mientras miles de personas se dirigían a la Quinta Vergara, el escenario de uno de los festivales musicales más importantes de América Latina, otra multitud intentaba ingresar al recinto armada con palos y bombas motolov en una jornada que se anticipaba violenta, debido a la tensión a causa de las protestas que sacuden Chile desde el pasado mes de octubre.

A las 5 de la tarde del domingo iniciaron las manifestaciones, que fueron rápidamente dispersadas por la fuerza pública con gases lacrimógenos y carros lanza agua. Sin embargo, los encapuchados se dirigieron al emblemático Hotel O’Higgins, en donde los empleados evitaron su entrada, armados solo con extintores, y lograron evacuar a casi 300 personas, entre las que se encontraban artistas, periodistas y huéspedes que salían en medio del humo. 

El frontis del edificio quedó destruido y al menos siete autos de periodistas y trabajadores, que estaban en el parqueadero, fueron quemados ante la mirada impávida del gerente del hotel, José Antonio Dávalos. “Hay personal de seguridad, pero para una turba de estas no hay personal de seguridad que pueda aguantar esto”, señaló Dávalos, visiblemente conmocionado. 

Otro de los focos de los desmanes fue la municipalidad de Viña del Mar, que fue objeto de ataques incendiarios que pudieron ser controlados por los bomberos de la zona. Las autoridades locales aseguraron que una cosa son las manifestaciones y otra los actos de vandalismo. “Lamentablemente la delincuencia quedó al descubierto. Las manifestaciones pueden hacerse y las respetamos, pero esto es delincuencia y hay que tratarla como tal”, señaló la alcaldesa de la ciudad, Virginia Reginato.

A las 10 de la noche, y mientras continuaban los disturbios en las calles, el Festival inició con un sentido discurso por parte de los presentadores con el que se buscó empatizar con la situación de tensión social que vive el país. “Somos 17 millones de personas y todos soñamos con un futuro mejor, un Chile justo, un Chile diverso e inclusivo, un Chile con más y mejores oportunidades para todos”, señaló el presentador del Canal 13, Martín Cárcamo.

Para algunos asistentes era entendible el malestar social que produce un festival, tradicionalmente asociado a la enorme inversión de recursos en medio de una crisis como la que se vive en el país. “Yo no lo justifico, pero entiendo de dónde proviene la rabia que se manifiesta en violencia, pero hay una diferencia entre eso y la delincuencia, y aquí se ha traspasado una línea de querer simplemente dar un mensaje contra los 30 años de injusticias, a vandalismo puro”, aseguró Federico Sansfurgo a la Agencia Anadolu.

Por su parte el intendente de la región de Valparaíso, Jorge Martínez, aseguró que se redoblarán las medidas para proteger no solo el festival, que termina el 28 de febrero, sino toda la ciudad. “Esos chilenos no quieren reformas sociales, no quieren plebiscito. Quieren solo violencia y destrucción”.

Aunque el ingreso de los asistentes se realizó con relativa calma, centenares de personas tuvieron que esquivar los enfrentamientos entre los manifestantes y la fuerza pública para poder llegar al festival. “Es bastante lamentable porque uno viene a ver un espectáculo, viene a disfrutar, a reír, a esperar un artista que no venía hace seis años , como Ricky Martín, y se tiene que enfrentar a esta lluvia de piedras y de gases lacrimógenos, chorros lanza agua. Al final llegamos todos mojados”, le dijo a la Agencia Anadolu Iván Garrido.

El general de Carabineros, Hugo Zenteno, afirmó que no se cometieron errores en el dispositivo de seguridad y que los manifestantes tenían la intención de provocar caos para boicotear el certamen en una noche que terminó con 23 carabineros heridos, varios de ellos de gravedad.

“No buscan otra cosa que el enfrentamiento con carabineros. Tenían el objetivo claro de que no se hiciera el Festival de Viña. No hablemos luego de situaciones de derechos humanos, porque ellos atentan contra todo”, señaló Zenteno durante el primer balance entregado tras una noche de violencia en la “Ciudad Jardín”.

Pero mientras a las afueras de la Quinta Vergara los comercios eran saqueados y algunas sedes del Banco de Chile eran vandalizadas, adentro todo era celebración para los 15.000 asistentes que disfrutaron de un espectáculo que combinó música y humor.

El cantante puertorriqueño Ricky Martín fue el acto inaugural y, antes de que ocurrieran los disturbios en las calles, expresó su apoyo a las manifestaciones, que iniciaron por el alza del precio de los pasajes del metro y terminaron sacando a más de un millón de personas a las calles.

“Que Chile sirva como efecto dominó para todas las partes del mundo, donde hace falta que se nos escuche (…) Las protestas son importantes, dejarles saber a los líderes de nuestros países qué es lo que necesitamos, siempre y cuando lo hagamos de manera ordenada”, aseguró.

Ya sobre el escenario, Martin volvió a enviar un mensaje de apoyo a las manifestaciones pidiendo que la gente se siga expresando y que que exijan lo básico, que son derechos humanos. “Nunca callados, siempre con amor y paz exijan lo que merecen”, señaló en medio de su presentación mientras la multitud lo aplaudía.

El Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar vive su edición más tensa desde 1988, cuando fueron censurados los carteles y todos los ojos estaban puestos en los mensajes que se daban sobre el escenario, un mes antes de que un plebiscito terminara con el gobierno del dictador Augusto Pinochet.