Política, Análisis

Miembros de la UE en los Balcanes bloquean a sus vecinos no pertenecientes al bloque

Las políticas obstruccionistas aplicadas por los nuevos miembros de la UE en los Balcanes contra sus vecinos socavan la idea de propagar la europeización que era popular hasta hace solo una década.

Dr. Hamza Karcic  | 27.01.2021 - Actualızacıón : 27.01.2021
Miembros de la UE en los Balcanes bloquean a sus vecinos no pertenecientes al bloque BRUSELAS, BÉLGICA: Una vista de la bandera de la Unión Europea (UE) fuera del edificio del Parlamento en el centro de ciudad de Bruselas, Bélgica. (Dursun Aydemir - Agencia Anadolu).

Sarajevo

*Por: Dr. Hamza Karcic

El 17 de noviembre de 2020, Bulgaria bloqueó la apertura de conversaciones de adhesión a la UE con Macedonia del Norte. Se citó a la ministra de Relaciones Exteriores de Bulgaria, Ekaterina Zaharieva, quien dijo que su país no podía apoyar la apertura de conversaciones con su vecino de al lado. Este es el tercer obstáculo al que se ha enfrentado el país balcánico después de los previamente puestos por Grecia y Francia. El último veto se debió a las opiniones de los búlgaros sobre el idioma macedonio.

Por desconcertante que sea, el veto búlgaro no es atípico. De hecho, sigue la tradición de los recientes Estados miembros de la UE que bloquean activamente las conversaciones de adhesión con sus vecinos no pertenecientes a la UE. En 2009, Eslovenia bloqueó las negociaciones de Croacia con la UE. La razón fueron los desacuerdos entre estas dos exrepúblicas yugoslavas sobre cómo establecer la frontera en la Bahía de Piran. En 2016, Serbia acusó a Croacia de bloquear sus conversaciones de adhesión. Los informes de los medios de comunicación indicaron que Croacia había bloqueado la apertura de un nuevo capítulo debido a la situación de la minoría croata en Serbia.

La alguna vez aparentemente plausible noción de que la ampliación de la UE conduce a la europeización de nuevos Estados miembros y a un efecto derrame en su vecindad ha sido aplacada. El giro antiliberal en muchos Estados que se han unido a la UE desde 2004 muestra que la europeización es un proceso reversible. Las políticas obstruccionistas aplicadas por los nuevos miembros de la UE contra sus vecinos han socavado la idea de un derrame o de propagar la europeización que estaba de moda hace tan solo una década.

El enfoque de "bloquea a tu vecino ahora que puedes" expone abiertamente no solo la falsa promesa del efecto derrame de la europeización regional, sino también el trato cada vez más injusto al resto de los países balcánicos. Básicamente, los nuevos Estados miembros de la UE aprovechan su membresía en el club para obtener concesiones de sus vecinos de al lado. Esto no es una excepción, sino un patrón que se repetirá.

Bosnia es un ejemplo de ello, incluso antes de que se le concediera el estatus de candidata a la UE. Poco después de unirse a la UE en 2013, los líderes políticos de Croacia comenzaron a adoptar un enfoque paternalista completamente injustificado e infundado hacia Bosnia. La injerencia directa en la política interna de Bosnia va desde el favoritismo electoral hasta los intentos de interferir en la legislación bosnia. El caso de las relaciones Croacia-Bosnia desde 2013 muestra que el último Estado miembro de la UE envasa sus intereses nacionales y nacionalistas como “valores europeos”, y también busca imponerlos como tales. Al asumir el papel de custodios de los "valores europeos", sin importar lo poco convincentes que pueden ser, los líderes políticos croatas han intentado aprovecharse de su membresía de la UE. Este enfoque ha sido adoptado tanto por nacionalistas como por socialdemócratas.

Este intento de jugar al europeo en Bosnia fue brevemente absorbido incluso por el dominante partido nacionalista croata HDZ (Unión Democrática Croata de Bosnia y Herzegovina). El HDZ intentó por poco tiempo presentarse como un custodio de los "valores europeos", al seguir el ejemplo de los políticos en la vecina Croacia, pero rápidamente encontró su propio giro poco convincente y lo abandonó.

Ahora que Croacia es miembro de la UE y que Serbia está muy por delante de Bosnia con 18 capítulos de negociación abiertos, la suposición es que Serbia se unirá a la UE antes que Bosnia. Si Serbia se une a la UE antes que Bosnia, podrá y usará su nueva ventaja contra esta última, tal y como Eslovenia la usó contra Croacia. Con Croacia y Serbia en la UE, Bosnia se quedará atascada con dos vecinos con la ventaja de dos vetos potenciales.

Además, los croatas de Bosnia ya tienen derecho a un pasaporte croata (siendo Croacia un miembro de la UE) y a una variedad de otros beneficios. Es igualmente probable que los serbios de Bosnia disfruten de beneficios similares si Serbia es aceptado en el club también. En Bosnia, son los políticos nacionalistas serbobosnios y bosnocroatas quienes se han convertido en los principales obstáculos en el camino del país hacia la adhesión a la UE. La implicación subyacente es simple: el mayor impacto de la demora de Bosnia en el proceso de integración de la UE solo lo sentirán los bosnios. Este no es un escenario meramente teórico, sino uno cada vez más probable al que nos dirigimos.

Este patrón de obstáculos puede aplicarse más allá de Bosnia. Serbia, que inició sus conversaciones de adhesión a la UE en 2014, está muy por delante de Kosovo en el camino hacia la adhesión a la UE. Si la normalización Belgrado-Prístina no se completa por completo antes de la adhesión de Serbia, esto significa que, siguiendo la lógica de bloqueo hasta ahora, Serbia utilizará su membresía para poner obstáculos en el camino de Kosovo. Estos obstáculos, como en todos los demás casos citados hasta ahora, se envasarán y presentarán como "normas europeas" a las que Kosovo debe adherirse.

Si Serbia y Albania se unieran a la UE simultáneamente, Albania podría compensar con sus contra-vetos los obstáculos que impondrá Serbia a Kosovo. Sin embargo, Albania, aliado de Kosovo, se ha quedado atrás de Serbia en las negociaciones con la UE. El bloque decidió iniciar negociaciones de adhesión con Albania en 2020. Esto significa que con la adhesión de Serbia a la UE antes que Albania, Serbia estará en la posición de jugar el juego del veto.

Lo que un panorama general de los bloqueos indica hasta el momento es que los vetos no son una anomalía sino una práctica establecida. La membresía de la UE ha desempeñado el papel de herramienta para hacer que el vecino haga cosas que de otro modo no haría y, además, mostrar los intereses nacionalistas como “valores europeos”. Combinado con el auge de la política de extrema derecha y el giro antiliberal de los últimos miembros de la UE, los vetos aplicados a los aspirantes a la UE no inspiran ni un poco de confianza. La repercusión política de esta tendencia es que, en lugar de trabajar únicamente para mejorar las buenas relaciones de vecindad, a los aspirantes a la membresía de la UE les convendría construir vínculos más fuertes con capitales nacionales clave, en particular Berlín, con miras a compensar las barreras que les espera más adelante.

*Hamza Karcic es profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Sarajevo.

**Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.

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