Por: Kaan Devecioglu

Los problemas económicos y sociales en los países africanos que obtuvieron la independencia justo después de sus períodos colonialistas proporcionaron una oportunidad y un entorno para que avanzara el neocolonialismo.

Las potencias coloniales, en especial Francia e Inglaterra, dominaban la mayoría de los valiosos recursos del continente, como reservas de hidrocarburos, telecomunicaciones, gestión portuaria, administración de ferrocarriles, sistemas de comercio minorista e incluso las empresas contratistas que llevan a cabo la producción de la infraestructura.

Por esta razón, las potencias coloniales que otorgaron independencia a los países en cuestión llenaron fácilmente las brechas de poder que resultaron de las crisis de gobernanza de los países del continente.

Las palabras de Doudou Thiam, exministro de Asuntos Exteriores de Senegal, hacen que la situación sea más significativa: “¡Basta! La independencia que no puede ir más allá de la forma ... A menos que tratemos de obtener nuestros derechos de soberanía económica y social, no podremos alcanzar una verdadera independencia".

Dado que la coyuntura de hoy indica un cambio en África occidental, se puede afirmar que el miedo de Francia a perder territorio lo lleva a aplicar métodos poco éticos que se actualizan con estrategias neocoloniales. Por lo tanto, podemos afirmar que este caso se está dando de dos maneras.

La primera dirección es el tema del franco CFA (nombre de dos monedas comunes de 14 países africanos), que es la moneda colonial. Las reservas del franco CFA y de los Estados regionales de África occidental (todo ello durante los primeros años de su fundación) se depositaron en el Banco Central francés.

En esta situación también es bastante claro que muchos de los presidentes que quisieron salir de la región en la que se usa el CFA en los últimos años fueron golpeados por fuerzas apoyadas por Francia.

En este contexto, los Estados de la región CFA abandonarán el legado colonial e implementarán la "Eco", la moneda del continente determinada por la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), en 2020.

Sin embargo, se informó que Nigeria, Sierra Leona, Liberia, Gambia, Ghana y Guinea se negaron a usar el "Eco" como moneda durante la reunión organizada por los Estados el pasado 17 de enero.

La segunda dirección es que las actividades terroristas que han aumentado recientemente en África occidental forman una base para que Francia mantenga soldados en la región.

Pero la sociedad africana ha reaccionado ante la actitud francesa y ha estado protestando.

Las comunidades en cuestión piensan que el poder militar de Francia, incluidos 4.500 soldados como parte de la operación 'Barkhane' que Francia ha mantenido desde 2014 en la región del Sahel, solo ha generado un aumento tanto del terrorismo como de la incapacidad regional.

Incluso presidentes como Roch Marc Christian Kabore, de Burkina Faso, han criticado el tono del presidente francés, Emmanuel Macron, cuando este intentó defender la presencia de fuerzas francesas en el continente.

Kabore indicó que el tono de Macron es problemático y que el presidente francés no llegará a ningún lado con ese tono.

Los presidentes de Senegal, Mali, Nigeria y Costa de Marfil también reaccionaron contra el tono y las palabras de Macron. Estas reacciones despertaron manifestaciones en otras ciudades en rechazo a las bases militares francesas en muchos países africanos.

Cumbre de líderes del G5 Sahel y la preocupación francesa

A pedido de Macron, los líderes de Mauritania, Chad, Malí, Nigeria y Burkina Faso, que conforman el marco institucional de coordinación conocido como el G5 Sahel, se reunieran en la Cumbre del G5 Sahel el 14 de enero en la ciudad de Pau, en el sur de Francia.

Durante la Cumbre, el antiterrorismo, la legitimidad de Francia en esta región, las nuevas estrategias y la reestructuración de las operaciones fueron discutidas.

La reunión contó con la participación del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat.

Aunque Macron confía en esta estructura, se sabe que Estados Unidos suavizó su apoyo al disminuir el número de soldados que tiene en África occidental en relación con el proceso de transformación de la política internacional.

Debido a esto, las circunstancias dadas preocupan a Francia día a día, por lo que aumentará su política inmoral en la región debido al temor de perder poder en el futuro próximo.

El presidente Macron espera declaraciones políticas de apoyo por parte de los líderes africanos con respecto al rechazo social contra la presencia militar de Francia en los países africanos.

París no solo espera una declaración fuerte y clara de apoyo a la presencia de las fuerzas militares francesas en el territorio de otros Estados del Sahel, sino que también quiere que sus aliados europeos jueguen un papel activo en esta región en caso de que sea necesario.

¿Qué significa la presencia militar francesa en África occidental?

Aunque actualmente solo cuatro bases militares de Francia son permanentes en toda África, como la dedicada a la operación Barkhane, las bases temporales prácticamente se están volviendo permanentes.

Macron afirma que la presencia militar francesa hace parte de las operaciones mencionadas y que es por la seguridad de África, pero esto oculta la verdad, y es que Francia está oprimiendo a los países en cuestión.

Su objetivo es mantener sus ganancias económicas provenientes de los valiosos recursos de la región. Debido a esto, Francia está tratando de aprovechar las actividades relacionadas con el terrorismo en África para proteger y mantener la legitimidad de su existencia en la región, especialmente en el campo militar.

De hecho, esta circunstancia demuestra que Francia viola notablemente la seguridad, la estabilidad y la soberanía de los Estados regionales, y en esta coyuntura las viejas potencias neocoloniales como Francia seguirán saqueando los recursos africanos.

Como resultado, tal como enfatizó el exministro de Asuntos Exteriores senegalés, Doudou Thiam, ha llegado el momento de que los Estados africanos consoliden sus logros en los ámbitos económico y social para así detener el saqueo. Es necesario atacar cuando el hierro está caliente, porque la joven y dinámica nueva generación de África tiene el potencial requerido para realizar estos ideales3.

*Kaan Devecioglu, vicecoordinador del Centro Africano de Coordinación y Educación (AKEM), mantiene sus estudios concentrados sobre economía política y temas africanos, específicamente sobre Sudán, en la Asociación de Investigadores sobre África (AFAM).

Las opiniones expresadas en el artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.

*Traducido por Juan Felipe Vélez Rojas.