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Expertos: las manifestaciones populares en el Líbano todavía no han alcanzado su objetivo final

El analista político Tony Bouloss señala a la cooperación entre los diversos grupos políticos que se reparten el poder desde hace años para proteger sus intereses como el principal motivo por el cual no pudo completarse la “revolución”.

Mahmut Geldi  | 18.10.2020 - Actualızacıón : 18.10.2020
Expertos: las manifestaciones populares en el Líbano todavía no han alcanzado su objetivo final Un grupo de personas participa en una manifestación en medio de la formación de un nuevo Gobierno democrático que se llevó a cabo en la Plaza de los Mártires en Beirut, Líbano, el 1 de septiembre de 2020. (Houssam Shbaro - Agencia Anadolu)

Beirut, Líbano

Expertos libaneses opinan que las protestas populares que comenzaron el 17 de octubre de 2019 a raíz de las políticas tributarias del Gobierno de entonces han conseguido destapar numerosos casos de corrupción entre los gobernantes, pero que todavía no han alcanzado su objetivo final.

En declaraciones a la Agencia Anadolu con motivo del primer aniversario de las manifestaciones, expertos y activistas coinciden en que la “revolución del 17 de octubre” ha logrado resultados poco desdeñables en un país donde chocan los intereses de muchos actores regionales e internacionales. Afirman, sin embargo, que no se ha logrado formar un frente popular común.

“La revolución del 17 de octubre ha servido para revelar a la gente donde se ha gastado el dinero de los libaneses, aparte de la corrupción y el despilfarro, y quienes son los que han arrastrado el país a una crisis tan grande”, dice el analista político Tony Bouloss.

El analista cuenta que las armas de la organización chiita Hezbolá impiden el desarrollo del Líbano y su apertura hacia el exterior y señala que estas armas, supuestamente adquiridas para poner fin a la ocupación del Líbano por parte de Israel, son motivo de tensiones internas.

Bouloss señala a la cooperación entre los diversos grupos políticos que se reparten el poder desde hace años para proteger sus intereses como el principal motivo por el cual no pudo completarse la revolución.

“Las intervenciones foráneas empezaron porque la administración libanesa no sucumbió a la intifada popular y porque los asuntos internos se internacionalizaron”, agrega Bouloss.

El analista prevé una vuelta a las calles de los manifestantes con un nuevo discurso económico y social más apropiado.

El escritor y analista político, Ali al-Amin, detalla que las protestas han puesto de manifiesto las debilidades de los gobernantes y su incapacidad de plantear soluciones a largo plazo. “La gente ya no confía en los políticos”, afirma.

Amin está convencido de que el cambio ocurrirá tarde o temprano en el Líbano. “Es imposible que el Líbano siga así”, indica.

Jamal Teru, uno de los muchos activistas que han participado activamente en las manifestaciones, dice que, por encima de todo, la revolución ha servido para romper la barrera del miedo de la población.

No obstante, Teru piensa que la revolución social fracasó en un aspecto: la imposibilidad de irrumpir en los domicilios de los políticos y revelar su riqueza.

"El hecho de que las fuerzas que se reparten el poder en el Líbano pertenezcan a diversos grupos ha hecho que los revolucionarios desistieran”, explica Teru.

Jad Lezzak, otro de los activistas, confirma la voluntad de la gente para seguir con la revolución y buscar una alternativa a la actual administración.

“Las manifestaciones en las plazas han cesado, pero la revolución no ha terminado. La gente se ha visto obligada a buscarse el pan del día debido a la crisis económica y la epidemia del coronavirus”, señala Lezzak.

Por su parte, el abogado Luai Gandur dice que los partidos políticos en el poder no se esperaban que la gente despertase 40 años después. “Estos partidos políticos han robado el dinero de los libaneses y no han ofrecido ningún servicio”, menciona.

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El abogado asevera que gracias a las manifestaciones los partidos políticos se acusan los unos a los otros de corrupción y destapan los escándalos de cada uno. Así mismo, Gandur considera que la reacción de la gente ha imposibilitado que los políticos se dejen ver en lugares públicos.

Líbano, donde la deuda pública supera los USD 90 mil millones, experimenta una de las mayores crisis económicas desde la guerra civil de 1975-1990. En el país, el desempleo llega al 35% y la pobreza supera el 50%.

El pueblo culpa a las fuerzas políticas y a los gobernantes por causar la crisis económica actual y demanda la instauración de un gobierno más pequeño, integrado por tecnócratas y sin partidos políticos sectarios que se han repartido el poder desde hace muchos años.

*Traducido por Daniel Gallego.

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