Por: Islam Dogru

El asalto al Capitolio, el edificio donde se encuentra el Congreso de Estados Unidos, supone una nueva página en la historia política del país norteamericano. El incidente fue retransmitido por todos los canales del mundo y se pudo seguir minuto a minuto en las redes sociales. Durante cuatro horas, prácticamente todo el mundo centró su atención en el asalto al Congreso.

Mientras el presidente saliente, Donald Trump, empieza a ser mostrado como el principal responsable de la provocación del incidente, los expertos ya han empezado a hablar sobre las posibles implicaciones del asalto en el ámbito político a partir de ahora.

En realidad, las señales de lo ocurrido empezaron a surgir antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre cuando Trump empezó a dudar sobre el método de votación por correo, alegando que este generaría fraude. Luego de la victoria de su rival, Joe Biden, Trump siguió sin aceptar su derrota y dijo que no reconoce los resultados. Así mismo, Trump abrió múltiples casos judiciales con el propósito de anular los resultados de las elecciones, pero todos los tribunales rechazaron sus solicitudes por falta de evidencias suficientes. Sin embargo, Trump logró generar entre sus seguidores la idea de que los demócratas robaron sus votos.

Aún no se sabe si fue por las amenazas de responsabilizarlo por lo ocurrido o por algún plan suyo nuevo, pero Trump dijo que el próximo 20 de enero permitirá una transición de poderes sin obstáculos.

Frente a las manifestaciones populares surgidas a raíz del asesinato del ciudadano estadounidense George Floyd, la administración de Trump ha defendido la ley y el orden. Sin embargo, los acontecimientos del 6 de enero han puesto en evidencia la incoherencia de la administración de Trump.

Los hechos del pasado miércoles han abierto el debate sobre si el 'trumpismo' ha perdido el apoyo de sus extensas bases para convertirse en la ideología de un grupo de extremistas reducido y marginado. Así mismo, la base de los votantes republicanos podría desplazarse de la centroderecha a la extrema derecha.

Los círculos republicanos más extremistas han interpretado lo ocurrido como una respuesta de sus bases a los resultados electorales que creen ser fraudulentos y han tachado de extrema y de exageración de la prensa falsa de izquierdas las reacciones a lo ocurrido.

Por su parte, los demócratas han tachado de doble estándar la postura de la Policía durante el incidente y se preguntan cuál habría sido su reacción si los asaltantes hubiesen sido ciudadanos negros en vez de blancos simpatizantes de Trump. Muchos de ellos piensan que, en este caso, la Policía habría hecho uso de fuerza letal.

Por el momento, la polarización política en el país, formada a raíz de un 'trumpismo' cada vez más sólido, se ha convertido en uno de los principales problemas al que la nueva administración debe enfrentarse. Así mismo, las elecciones del 3 de noviembre han quedado grabadas en las mentes de una gran parte de la población estadounidense como unas elecciones que fueron robadas.

En cuanto a Trump, para algunos pasará a la historia como un presidente con una inclinación dictatorial que rehusó abandonar el poder por intereses personales, mientras que para sus seguidores será recordado como el héroe rubio que desafió el orden establecido mundial y las elites de Washington.

*Traducido por Daniel Gallego.