Mundo, Análisis

¿Puede América Latina eliminar la pobreza siguiendo el modelo económico chino?

La crisis económica generada por el coronavirus amenaza con enviar a la pobreza a millones de personas en América Latina y el Caribe, pero también podría abrir las puertas para repensar el modelo económico que ha implementado la región.

Juan Felipe Vélez Rojas  | 03.02.2021 - Actualızacıón : 09.02.2021
¿Puede América Latina eliminar la pobreza siguiendo el modelo económico chino? Vista general del asentamiento improvisado en el barrio Paraíso, en las periferias de Ciudad Bolívar, en Bogotá, Colombia,el 8 de septiembre de 2020. (Juancho Torres - Archivo Agencia Anadolu)

BOGOTÁ, Colombia

Por: Juan Felipe Vélez Rojas

“Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos”, dijo el entonces presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, en su discurso presidencial; en el que llamó a luchar contra la tiranía, la pobreza y las enfermedades, y donde advirtió a los países de los riesgos de no ayudar a combatir estos males.

Han pasado poco más de 50 años desde aquel discurso y sus palabras siguen teniendo un gran significado, especialmente en medio de los desastrosos efectos económicos derivados por la pandemia del coronavirus.

La ONU, en su más reciente informe llamado la Situación y las perspectivas de la economía mundial en 2021, advirtió que tanto América Latina como el Caribe tendrán que hacer frente a una recuperación frágil e irregular debido a las secuelas a largo plazo generadas por la crisis de la COVID-19, que arrojará a millones de personas a la pobreza en la región.

El texto destacó que el PIB (Producto Interno Bruto) regional disminuyó cerca del 8 % en 2020 y que la pandemia llegó en un momento en que los Estados de América Latina y el Caribe “ya estaban sufriendo fuertes dificultades económicas, sociales y políticas”.

Ver también:La Organización Internacional del Trabajo dice que 114 millones de empleos se perdieron en 2020

El informe del organismo se reveló solo unas semanas después de que el Gobierno chino aseguró que había eliminado la pobreza extrema, al afirmar que erradicó la pobreza extrema en sus 832 condados y erradicó la pobreza absoluta y la pobreza regional.

Muchos no tardaron en señalar a China como un ejemplo para el mundo en la lucha para erradicar la pobreza. Según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su informe ‘El desafío social en tiempos del COVID-19‘, la coyuntura generada por la pandemia llevará a 28 millones de personas a la pobreza en la región, lo que incrementará el número total de personas sumidas en esta situación a más 215 millones (cerca del 35% de la población), de las cuales 83 millones estarían en condición de pobreza extrema.

Pero ¿qué tan factible es seguir el modelo chino para eliminar la pobreza extrema en la región? Para el profesor e investigador de la Universidad Externado de Colombia, David Castrillón, pese a las amplias diferencias económicas, culturales, políticas y demográficas, lo realizado por la nación asiática es un ejemplo para la región latinoamericana pues mostró la manera de crear una economía más resiliente, un modelo de desarrollo que piensa en los más desfavorecidos.

“América Latina tiene todos los elementos para sacar a su gente de la pobreza y ponerse en el camino del desarrollo. Que no se haya hecho es más una cuestión de disposición y de priorización. En nuestra región nos falta entender que el desarrollo de la sociedad en conjunto depende en buena medida de las condiciones de los más necesitados”.

En 2013, la CEPAL indicó que había seis países latinoamericanos a los que les costaría tan solo el 1% de su PIB terminar con la pobreza. El informe destacó en su momento a Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México y Uruguay y, sin embargo, ninguno lo ha hecho.

¿Atributos del modelo económico chino?

China establece su propio estándar nacional de pobreza extrema diferente al establecido por el Banco Mundial. Pekín establece un umbral de ingreso per cápita de 4.000 yuanes por año, unos USD 1.52 por día, y suma otros factores como el acceso a la educación y atención médica básica mientras que el Banco establece un umbral de USD 1.90 por día.

Pese a estas diferencias, el logro de China dista mucho de ser un objetivo improvisado o reciente. Desde 1978 Pekín ha sacado de la pobreza a más de 700 millones de habitantes por medio de un modelo económico que se ha adaptado a sus particularidades, su cultura y al mismo panorama internacional, dominado por la corriente económica occidental del libre mercado.

Castrillón identifica tres aspectos del modelo económico chino, los cuales podrían servir como ejemplo. El primero es una disposición pragmática y no ideológica. Segundo, acercarse a un sistema más meritocrático, en el que a los políticos se les mida a partir de los resultados que tengan de desarrollo (sacar a personas de la pobreza, mejorar las condiciones ambientales etc.). Y por último, generar políticas efectivas para combatir la corrupción en todos los niveles, uno de los mayores obstáculos en América Latina y el Caribe.

A estos atributos Manuel Alejandro Rayran, docente de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado, le agrega la resiliencia y la capacidad del pueblo chino para ver en los problemas una oportunidad para repensar sobre el futuro, ver en el fracaso una oportunidad.

​​​​​​​Ver también: ¿Qué implica la creciente influencia económica de China para América Latina?

Ambos expertos resaltaron el pragmatismo chino. Mirar los resultados de las políticas, determinar qué sirve para el desarrollo y qué no, y abandonar el sesgo ideológico, es decir no asociar las ideas y las políticas a un modelo político, capitalismo o comunismo.

“América Latina no ha podido salir del caudillismo, del acaparamiento de la tierra, del modelo político y económico que solidifica esa estructura inequitativa. Aún tenemos muchos vestigios del pasado... Los chinos han sido pragmáticos en el momento de aplicar diferentes modelos de desarrollo, ellos no copiaron el modelo de desarrollo de los británicos o de los estadounidenses. Ellos sí sabían que tenían que desarrollar su industria, su producto nacional, su mercado interno”, destacó Rayran.

Cuando se habla del modelo económico chino son muchas las voces críticas que casi al unísono señalan como principal problema la injerencia del Gobierno, del Partido Comunista de China (PCCh), en el sector privado, en las empresas.

Esto sin dejar a un lado las críticas de varias organizaciones humanitarias, como Human Rights Watch, que critican el estricto control del Gobierno sobre los medios de comunicación, la Internet, la academia y detenciones arbitrarias de minorías étnicas, periodistas y disidentes.

Sobre la participación del Gobierno en el sector privado, Castrillón señala que no se trata de una injerencia, para el analista es más una “articulación”.

“Lo que la experiencia china demuestra es que una buena articulación entre todas las partes puede resultar provechosa para el desarrollo. Eso incluye al Gobierno tanto a nivel nacional como regional, y a las empresas tanto privadas como estatales. Una economía articulada donde todas las partes tiene unos objetivos comunes y actúan en conjunto para lograrlos”, destaca el experto.

El académico resalta dos factores del modelo económico y político chino: la descentralización económica y la centralización política. Según el analista, más del 80% del gasto se da a nivel local, las autoridades locales definen en qué se debe invertir el dinero, pero ese componente va atado necesariamente con el segundo componente, pues sin él habría corrupción.

Castrillón señala que el Gobierno central fija los objetivos comunes que el país debe alcanzar y da los incentivos políticos para que esos políticos regionales tomen decisiones que conduzcan a alcanzar esos objetivos.

Así mismo, Rayran resaltó que muchos de los que están a favor del libre mercado y son críticos del modelo chino dicen que este atenta contra la libertad del mercado. “Pero si uno mira históricamente muchas de estas naciones recurrieron al proteccionismo para ser potencia, fortalecieron el mercado interno, fortalecieron su industria nacional”, señala.

El académico menciona la ‘Patada a la Escalera’, la teoría económica en la cual los Estados que han alcanzado la cima impiden que otros países implementen las mismas prácticas que ellos usaron para llegar a su privilegiada posición de dominio y así no puedan alcanzarlos.

Sin importar qué modelo económico siga la región, varios expertos han señalado que, para terminar con el ciclo interminable de la pobreza, los líderes políticos deberán garantizar el acceso a servicios básicos (educación, vivienda, salud etc.), terminar con la corrupción, garantizar instituciones gubernamentales transparentes, y garantizar la inclusión económica y social de las comunidades más marginadas.

El sitio web de la Agencia Anadolu contiene sólo una parte de las historias de noticias ofrecidas a los suscriptores en el Sistema de Difusión de AA News (HAS), y en forma resumida.