¿Habrá cambios radicales en la política exterior de EEUU con respecto a Afganistán en 2021?
En mayo de 2021 está programado el retiro de la mayor parte de las tropas estadounidenses en Afganistán, con el riesgo de que los talibanes ganen más fuerza en el país.

ESTAMBUL
La política estadounidense en materia de Afganistán está directamente relacionada con el equilibrio de poder a nivel mundial. Por tal motivo, las elecciones presidenciales de EEUU, que dieron como vencedor al demócrata Joe Biden, no parece que afectarán las políticas de la nueva administración de EEUU hacia Afganistán o que tendrán un cambio radical con respecto a las políticas del saliente presidente Donald Trump.
Han pasado 19 años desde el lanzamiento de la operación militar estadounidense en Afganistán, el 7 de octubre de 2001, contra Al Qaeda y los talibanes, la denominada "guerra contra el terrorismo". Estados Unidos perdió 2.452 soldados en la guerra más larga de su historia y gastó alrededor de 900 mil millones de dólares en la misma.
Sin embargo, mientras los talibanes controlaban casi la mitad de Afganistán, los funcionarios estadounidenses llegaron a la conclusión de que no se lograría una solución militar al problema de Afganistán y comenzaron a hacer esfuerzos para resolver el conflicto a través de canales diplomáticos.
Varias potencias globales y regionales se involucraron en el problema de Afganistán y mantuvieron conversaciones y consultas con los talibanes en varios niveles, pero Estados Unidos fue el único país que elevó oficialmente a la organización armada talibán a un nivel de “Gobierno” y la llevó a la mesa de negociaciones.
A pesar de los esfuerzos de la administración Trump para negociar con los talibanes, se cree que Estados Unidos podría hacer cambios parciales de su política para aumentar el apoyo al Gobierno central de Kabul y limitar el poder de los talibanes durante el periodo demócrata, que se espera que se centre más en la democracia y en los problemas de derechos humanos en el país.
Negociaciones con los talibanes
Ha sido claro que Estados Unidos ha fracasado en los campos militar, estratégico y político en Afganistán. A pesar de que Washington llevó a más de 100 mil soldados a Afganistán y llevó a cabo operaciones militares destructivas y a gran escala como el uso de la bomba GBU-43, descrita como la "madre de todas las bombas", en la ciudad de Nangarhar, en abril de 2017, EEUU no ha logrado una victoria concreta en ese país y ahora está retirando sus tropas.
Posteriormente, la administración Trump anunció el lanzamiento de su denominada "Estrategia del Sur de Asia" en 2017 y comenzó a implementarla. La estrategia se basó en liderar la escena afgana, presionar a Pakistán y alentar a India a unirse a la búsqueda de una solución en Afganistán, pero esta estrategia también fracasó.
Al fracasar militar y estratégicamente en Afganistán, a EEUU le quedaron dos caminos: uno, admitir su derrota y escapar, como sucedió en Vietnam, o dos, buscar un camino diplomático.
En vista del fracaso en Afganistán, Donald Trump ignoró el Acuerdo Bilateral de Seguridad firmado con el gobierno en Kabul en 2014 y decidió llevar a la mesa de negociaciones a los talibanes. El 29 de febrero de 2020, en Doha, la capital de Catar, iniciaron las conversaciones entre los Estados Unidos y los talibanes. En esta reunión se firmó el “Acuerdo para llevar la paz a Afganistán”.
Hay una parte en el texto del acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes que no se reveló. Los talibanes pudieron haber acordado mantener las tropas estadounidenses a un nivel limitado en las dos bases principales en Afganistán. Sin embargo, aún no se ha publicado información confiable sobre los detalles del acuerdo.
En general se puede concluir que Estados Unidos no evacuará Afganistán por completo, porque para Washington el tema de Afganistán también está vinculado otros intereses de política exterior de gran importancia como Asia Central, Irán y China.
Los talibanes están preocupados por el cambio de política de EEUU
Aunque los talibanes describieron la elección de Biden como un asunto interno de Estados Unidos y afirmaron que seguirán vinculados al acuerdo de paz que firmaron previamente con EEUU, el grupo teme que la nueva administración pueda cambiar el acuerdo. El acuerdo alcanzado pareciera estar a favor de los talibanes en su forma actual, y el Gobierno de Kabul se siente incómodo con esta situación porque debilita su posición.
Biden ha indicado que está de acuerdo con Trump en su objetivo de eventualmente retirar las tropas estadounidenses de Afganistán. El mes pasado la administración Trump indicó que aceleró significativamente el calendario de retiro del número de tropas de EEUU en el país y se reduciría a aproximadamente 2.500 efectivos.
La administración Biden enfrentará una nueva situación de facto en Afganistán, debido a que la reducción repentina en el número de tropas podría desestabilizar el país y este paso debilitaría la mano de Estados Unidos en las conversaciones de paz con los talibanes.
El presidente electo de los EEUU, Joe Biden, también insistió en reducir las tropas estadounidenses en Afganistán durante su cargo de vicepresidente en el Gobierno Obama, y ahora tendrá la autoridad para decidir sobre este asunto directamente como presidente de Estados Unidos.
Se espera que Biden se concentre en poner fin a la guerra en Afganistán, pero es vital que este proceso se lleve a cabo de manera gradual y equilibrada, y que la seguridad de Afganistán no se ponga en riesgo por completo.
La retirada de las tropas estadounidenses está programada para completarse en mayo de 2021, y la continuación del proceso de paz entre el Gobierno afgano y los talibanes podría allanar el camino para que los talibanes ganen más poder y tomen control de gran parte del país.
Antes de que las tropas extranjeras en Afganistán abandonen el país, es vital que se establezca un alto el fuego permanente entre las partes y que se llegue a un acuerdo de paz que también satisfaga las demandas del pueblo afgano. De lo contrario, es probable que el país caiga nuevamente en el caos y esta vez a mayor escala.
*Las opiniones expresadas en este artículo son del autor y no reflejan necesariamente las opiniones de la Agencia Anadolu.
**Camilo Hernández contribuyó a la redacción de esta nota.